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Maestra presentó recurso de amparo para que se atienda su problema de garganta, el cual asegura le fue provocado por los químicos usados en las bananeras.
Cansada de esperar por una atención médica adecuada, Karen Rodríguez, maestra de primaria en la zona de Nájera, Guápiles, presentó un recurso de amparo en el que exige que se le atienda por un problema en su garganta, que aduce es ocasionado por las fumigaciones con agroquímicos de las plantaciones bananeras aledañas a la escuela en la que trabajaba.
Rodríguez denunció el año anterior en UNIVERSIDAD la situación que vive la escuela de Las Mercedes, en Nájera, donde la cercanía con tres plantaciones de banano hace que niños y docentes reciban parte de las fumigaciones con agroquímicos.
«Los niños llegan al borde del desmayo a la escuela, sufren de fuertes dolores de cabeza y a otros les empiezan a temblar las manos. Cuando llegan a la escuela hay que sacudirles los químicos de encima y es un problema que vivimos todos aquí», comentó Rodríguez durante la visita que realizó este semanario al lugar, el año anterior.
La joven maestra fue incapacitada por cinco meses, pues afirma que su garganta no soportó más las irritaciones que le causaron los agroquímicos presentes en el ambiente, consecuencia de las fumigaciones.
“Lo que tengo es faringitis por exposición a los químicos como el Ditane, y otro que es más fuerte, que le ponen a la tierra, que se conoce como “bravo” o Homocap, que al final de cuentas son órganos fosforados o nematicidas”, indicó Rodríguez.
DE UN LADO A OTRO
Los dolores de garganta y la pérdida de la voz, han obligado a la docente a ir de un lado a otro en busca de que se le practiquen análisis adecuados y una solución concreta a su problema.
“En el Ebais ya no me atienden, cada vez que voy me dan algo para desinflamar, pero al rato estoy igual y ya no puedo seguir así. Me dicen que vaya al otorrinolaringólogo del hospital de Limón, pero llego ahí y me mandan al Instituto Nacional de Seguros (INS), pero en el INS dicen que no es con ellos”, comentó la maestra.
En busca de una solución, Rodríguez presentó un recurso de amparo ante la Sala Constitucional el pasado 23 de septiembre, el cual fue acogido para estudio y de acuerdo con la joven, ya iniciaron el proceso para recabar información.
“Le han preguntado al Ministerio del Ambiente y respondieron que no es con ellos; el Ministerio de Salud lo que dice es que los agroquímicos no llegan ahí (a la escuela) pero los que hemos trabajado ahí sabemos que eso no es cierto”, expresó.
La “niña” Karen logró ser trasladada a otro centro educativo en Guápiles, pero se mostró preocupada por la situación de las otras maestras y los niños que quedan en la escuela de Las Mercedes.
“Hay otra compañera que está como yo, que se quedó sin voz y ni el INS ni la Caja la quieren atender. Así sin voz no podemos dar clases”, recalcó Rodríguez.
La maestra reconoció que algunas de las bananeras aledañas a la escuela han mejorado el manejo de las fumigaciones en los últimos meses; sin embargo, en otros casos sigue sin haber una “barrera forestal” adecuada que detenga la llegada de los químicos a la escuela, la cual por el clima de la zona, no tiene vidrios en las ventanas de sus aulas.
Rodríguez espera que la resolución de la Sala Constitucional ayude a dar una solución definitiva al problema de las fumigaciones y exposición a químicos, pues duda que las plantaciones puedan evitar que estas sustancias viajen menos de 40 metros desde el límite de la plantación hasta la escuela.
“Nosotros aportamos un estudio de biólogos y genetistas de la Comisión Científica en Ecuador, donde dice que la sola idea de fumigar es descabellada y se han encontrado muestras de los químicos en ranas ubicadas a más de 20 kilómetros de las plantaciones”, manifestó.
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