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El historiador publicó libro que replantea el papel de Federico Tinoco en la historia nacional.
La necesidad de revisar el lugar que la historia oficial le otorga al expresidente Federico Tinoco es lo que llevó al historiador Oscar Aguilar Bulgarelli a escribir el libro Federico Tinoco en la Historia, que sin duda promete generar polémica.
Tinoco derrocó mediante golpe de Estado a Alfredo González Flores en 1917 y gobernó hasta 1919; su periodo es recordado como uno de profunda represión, sin embargo Aguilar considera “injusto que toda la maldad de la historia del país recaiga sobre él”.
El replanteamiento de esta figura histórica que propone Aguilar reconoce el hecho de que Tinoco fue “duro” con la oposición, pero también ofreció una “lucha al extremo” por la soberanía nacional.
¿En qué radica la importancia de estudiar el periodo de Tinco en este momento?
Hay una tendencia mundial de revisionismo histórico, en la que muchos conceptos, proceso y verdades históricas son discutidos.
Durante los últimos años se hizo necesaria la revisión del tema de Tinoco, sobre todo desde que don Alberto Cañas, como presidente de la Asamblea Legislativa, tomó la decisión impropia de quitar el retrato de Tinoco del Salón de Expresidentes.
También hay una coincidencia en el hecho de plantear esta revisión en un momento cando también entra en juego el tema de la soberanía nacional, muy importante en la gestión de Tinoco, a quien le pueden poner todos los epítetos negativos que quieran, pero una cosa hizo que justifica que la historia lo reivindique: su lucha extrema por defender la soberanía nacional.
¿Es este libro una apología de Federico Tinoco?No, es una revisión de un capítulo muy importante de la historia de Costa Rica. La figura de Tinoco fue analizada por la historia de los vencedores y presentada como una dictadura permanente, un gobierno irrespetuoso de las leyes y casi sanguinario.
Tinoco llegó al poder a través de un golpe de Estado, pero luego se convirtió en un presidente constitucional, tras convocar a una Asamblea Constituyente, que fue apoyada por todas las fuerzas políticas sin excepción; además fue una Constituyente de lujo. Hoy desde el gobierno se habla de una Constituyente. ¿Cómo entonces se puede asumir esa lección de la historia? ¿Podría el oficialismo nombrar a ciudadanos “de lujo” para componerla?Son dos momentos históricos absolutamente diferentes. En aquel entonces hubo un golpe de Estado y poco después se nombró la constituyente, con amplio apoyo.
Hoy no se ha dado un golpe de estado, aunque tengamos a alguien que quiere jugar de dictador, y hay una Constitución Política que establece cómo convocar una Constituyente. En aquel momento no había constitución, y Tinoco creó un esquema constitucional para volver al estado de derecho.
Tinoco fue gobernante de facto durante tres meses, luego se constitucionaliza. Durante ese periodo ¿qué tan duro fue con la oposición?Cuando dio el golpe de Estado incluso le ofreció seguridad al propio González Flores, pero él decidió asilarse en la legación estadounidense y luego irse a los Estados Unidos. En los primeros tres meses prácticamente no hubo encarcelamientos, tuvo apoyo general para formar la constituyente, promulgar la nueva constitución y hacer elecciones en las fue el único candidato, pues no había oposición.
Cuando empieza el proceso constitucional surgen instrumentos de una oposición que al final es muy grande. Hay que ver el caso de Rogelio Fernández Güell, fue una de las grandes figuras de la oposición a Tinoco, pero durante los primeros tres meses lo apoyó.
Se conocen muchos testimonios del gobierno de Tinoco, como el que hizo Carlos Luis Fallas de la quema de La Información, o de las personas que fueron encarceladas. ¿Cómo se puede juzgar la proporcionalidad de Tinoco al lidiar con la oposición?Él fue muy duro, pero no fue el único ni el más duro. El gobierno de Teodoro Picado durante el periodo previo a la Guerra Civil de 1948, fue duro con la oposición, y la Junta de Gobierno que se estableció después también fue dura y en algunos casos cruel.
También Tomás Guardia fue severo, así como Braulio Carrillo, que incluso obligó a trabajar a los presos. Es cierto que Tinoco fue duro, pero me parece injusto que toda la maldad de la historia del país recaiga sobre él.
¿Qué fue lo que inclinó esa balanza de apoyo general inicial, a una oposición amplia al gobierno?Tinoco heredó una difícil situación económica, no sólo por la I Guerra Mundial que hizo a la economía del país caer como un plomo, sino que entre las medidas que tomó Alfredo González Flores, figuró un impuesto territorial que afectó no sólo a los grandes terratenientes, sino también a los pequeños agricultores que no podían pagarlo.
Así, Tinoco enfrentó problemas de falta de financiamiento, de empleo y de pago de salarios. Ello sirvió para que personas que venían del gobierno de González Flores levantaran cabeza y criticaran el manejo del país.
Esa oposición tuvo dos elementos de ayuda muy importantes para enardecer el ambiente. En primer lugar, la legación estadounidense se convirtió en un centro de agitación nacional. El otro apoyo fue la acción de González Flores en Estados Unidos para evitar el reconocimiento del gobierno, lo cual significó obstrucción a préstamos que solicitó Tinoco para hacer frente a la difícil situación económica.
Todo esto permitió que quienes ya estaban inconformes por la situación, empezaran a crear situaciones de enfrentamiento armado, donde aparecen figuras como Marcelino García Flamenco y los hermanos Volio. Esta oposición armada formó el ejército del Sapoá, desde Nicaragua, y mientras tanto había manifestaciones y oposición radical.
Quien promueve, facilita y paga, contrata mercenarios para esa fuerza, fue el Departamento de Estado de Estados Unidos, a través del gobierno títere que tenía en Nicaragua.
El gobierno de Tinoco tuvo confrontación con Estados Unidos; con fuerzas armadas en la frontera auspiciadas por ese gobierno y con el apoyo de Nicaragua, mientras a lo interno el cónsul de Estados Unidos propició situaciones de violencia en las calles. La principal característica del gobierno de Tinoco es una permanente lucha civil. No he encontrado datos para precisar cuántos fueron los detenidos, es cierto que hubo encarcelamientos, pero también muchos apoyaron al gobierno.
¿A qué se debió ese papel tan beligerante de Estados Unidos en este proceso interno?Estaba en juego el petróleo. Tinoco firmó un contrato de explotación petrolera en las provincias de Limón y Cartago con una compañía inglesa, pero el presidente estadounidense Woodrow Wilson había determinado que todo el petróleo del Caribe debía ser explotado de manera exclusiva por compañías de su país.
Tan fundamental fue el tema del petróleo, que cuando Tinoco vio la inminencia de una intervención armada y decidió renunciar, los Estados Unidos también se negaron a reconocer a su designado a la presidencia, Juan Bautista Quirós. A quien llegaron a reconocer, varios años después, fue a Julio Acosta, luego de que anuló el contrato petrolero con la empresa inglesa.
¿Cuáles son las lecciones que debemos aprender de dicho periodo histórico?La historia no es la gran maestra, la evolución de la sociedad es dinámica y más en nuestro tiempo. Pero debemos estudiar la historia para comprender el ser de la nacionalidad costarricense; estamos ante un proceso brutal de pérdida de la identidad precisamente porque cada vez somos más ignorantes de nuestra historia.
Lo más relevante de ese periodo es que la soberanía nacional no debe venderse nunca, a costa de lo que sea, y que no se le debe temer a la gran potencia, como no la temió Federico Tinoco, se enfrentó a Woodrow Wilson quien humilló a Costa Rica.
La principal lección, si se quiere llamar así, es que la soberanía nacional se debe defender siempre. Tinoco cometió errores, pero que me enseñen cuál presidente no los cometió.
Es irónico que Tinoco entró en confrontación con Estados Unidos por un contrato para extraer un petróleo que nunca se llegó a explotar. ¿Ese contrato fue un acto de oposición a la doctrina del Destino Manifiesto?Por supuesto y de manera absolutamente consciente, lo cual se demuestra en escritos que dejó, como su correspondencia.
Desde aquél momento el tema del petróleo ha sido constante en Costa Rica, como también lo ha sido el poder de las grandes corporaciones en busca de doblegar al país. Siempre hemos sido apetecidos para ser comprados y siempre ha aparecido gente para impedirlo, hasta que llegó el TLC y lograron buena parte de ese objetivo.
Habla de que estamos ante un proceso de pérdida de la identidad. Como historiador, ¿quiénes considera son los gestores de ese proceso?Se trata de un fenómeno mundial, en todas partes se evidenció de que la globalización estaba llevando hacia la uniformidad del pensamiento único. Todo surge a partir del momento en que el poder mundial no es un poder de países, sino de corporaciones. A éstas no les interesa que usted se sienta costarricense, el otro panameño y aquel alemán; lo que le interesa es que todo el mundo sienta la necesidad de tomar Coca-Cola.
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