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El aleteo de la luz

Hace ya algunos años, el  Festival de la Luz fue instituido dichosamente en nuestro país con la finalidad de alejar las oscuridades de la tristeza y de la falta de ayuda al prójimo. Se trataba entre otras cosas de recaudar fondos para un sinfín de obras sociales, todas meritorias y todas dignas de alabanza.

Hace ya algunos años, el  Festival de la Luz fue instituido dichosamente en nuestro país con la finalidad de alejar las oscuridades de la tristeza y de la falta de ayuda al prójimo. Se trataba entre otras cosas de recaudar fondos para un sinfín de obras sociales, todas meritorias y todas dignas de alabanza.
Con el tiempo, el Festival de la Luz tuvo que ser rescatado económicamente por el Estado, pues la recaudación apenas daba lo suficiente para pagar los gastos y de sobra permitir las obras bondadosas a que se había destinado. Eso no era el problema, pues un Estado solidario, no permite que caiga una buena obra por falta de pagos suficientes de parte del público o aumentos del costo de vida.
Un buen Estado social demócrata siempre demuestra su solidaridad con su pueblo a través de esos tipos de rescate.  Rescatar es permitir que un  bien mayor sobreviva a un mal tiempo de recaudación, pésima administración o peor aun promoción. Rescatar es pues algo que se opone al darwinismo social económico, que mantiene que el organismo que no sobrevive es el malo, cuando puede ser uno bueno derrotado por un mal. ( y/o un malo). El punto es que cuando la recaudación  no se da por un bien mayor, el rescate estatal es imprescindible. Debemos ahondar en el significado de esto, pues puede ser que el Festival de la Luz se haya convertido en un ridículo, con el paso del tiempo, cuando la dicha estaba mediatizada por la soledad, y el hombre del festejo mediatizado por la tristeza del alcohol, de las drogas y del consumismo. Puede ser que, lentamente, la explotación se introdujese en el Festival de la Luz y con ello el absurdo horroroso, de las promociones baratas orientadas hacia la nada y hacia el dolor. Promociones destinadas a mantener un opiáceo y no una solución. Atenuantes del estrés y no soluciones de vida y de obra humana. Manipulaciones de la soledad humana y su transformación a través de un populismo, lleno de consideraciones de seudogozo y disminución conductual del dolor económico y existencial. Por otra parte, el Festival de la Luz coincidió con una reciente exposición de Anderson Cooper en CNN en inglés (Diciembre 12 y 13, 2008) que culpa a Costa Rica y a su gobierno de descuido, en materia de protección de los tiburones alrededor de las Isla del Coco. Esta es, según el reporte, uno de los últimos reductos de tiburones en el mundo.

Un reporte anterior (la película “Shark Water”) culpa al gobierno de Costa Rica, plenamente de complicidad con la mafia de Taiwán, en materia del llamado aleteo de los tiburones.  Claro que el gobierno actual, sencillamente inculpó al gobierno anterior de dicha complicidad, pues la película se basaba en datos del periodo anterior al 2006. Pero ocurre que Anderson Cooper volvió a hacer un sondeo y encontró que nada se había hecho respecto de la protección de los tiburones de la Isla del Coco. Solamente hay una lancha de vigilancia y esta navega muy de vez en cuando en forma protectiva, alrededor de la Isla. El equipo de CNN, encontró innumerables anzuelos/líneas y aparatos aflote, para la pesca de tiburones en esas aguas.
Desde luego, esto constituye un Festival de la desdicha para el país y es posible que disminuya el turismo ecológico, significativamente. Hasta es posible, que de no tomarse acción pronto, vengan boicots de tipo ecológico, contra Costa Rica y su turismo. Entonces, en vez de estar construyendo con el dinero de la China, estadios de fútbol de $70 millones, hubiese sido mucho mejor pedir, además de una financiación de la educación superior, unas cuantas lanchas de patrullaje. No está comprobado que el fútbol disminuya el alcoholismo ni el uso de drogas.
Parece que como tantas otras cosas, eso también es un cuento chino. Al menos lo es en materia de comprobación científica. Lo usó Ronald Reagan, cuando puso a Albert Schwartzenegger, de director atlético del gobierno federal de los Estados Unidos. Dicho  programa de deporte no logró disminuir estadísticamente, ni el uso de drogas, ni el crimen, ni el alcoholismo, a pesar de la propaganda que se le había hecho. Incluso, los atletas de competencia, comenzaron a recurrir al “doping”. Entonces, ese estadio de fútbol suena como si fuese una  medida más de atenuación opiácea de tipo conductual o sea, producto de un populismo psicológicamente manipulativo. Volviendo al Festival de la Luz, nos debemos preguntar si dicho festival y su rescate económico está favoreciendo por rebote negativo, la ausencia de un rescate estatal, a la compra de lanchas de patrullaje. En otras palabras, nos debemos preguntar, si todo va en la dirección de pan y circo y poco o nada en la dirección  de pan y paradigma. Otro punto es si la mafia de Taiwán, seguirá  pagando el curso de los eventos de la política costarricense. Visto de otra forma, si el Festival de la Luz habría que renombrarlo como Festival de las Oscuridades y consecuentemente, a modo alternativo,  un  “Aleteo de la Luz”. Causas y elementos, para un poco de reflexión  de parte del alma, la mente y  el corazón.

  • Carlos Ml. Quirce Balma (Catedrático Escuela de Psicología y Facultad de Farmacia)
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