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¿Cómo superar la crisis?

Para superar la crisis actual, es necesario saber cuáles son sus causas y cómo se manifiestan sus efectos.

Para superar la crisis actual, es necesario saber cuáles son sus causas y cómo se manifiestan sus efectos.
Así vemos que esta crisis es generada por el sistema manipulador financiero que está desregulado, sin control por parte del Estado, tanto en el nivel interno como externo.
Mantiene un juego especulador y vemos cómo nuestros países están fuertemente enlazados con la economía de “libre” (desregulado) mercado, generando más penetración y vulnerabilidad al desarrollo nacional, por parte de los elementos condicionados: TLC, Petrochina, las transnacionales agroquímicas, agroexportadoras e industriales, sin ignorar a sus secuaces endocoloniales (exportadores e importadores, políticos-empresarios y nefastos grupos como el sama y sectores turismo de elite), quienes realmente han generado todo este problema de crisis global-local.
Ellos la generan y ahora piden ayuda al “papá” Estado.El mundo moderno siempre está en crisis… desde que se da el crecimiento ilimitado, que procede y afecta la economía de los ricos. Así, en los países periféricos una crisis significa niños en la calle pidiendo limosna. Mientras en EE.UU. significa consumidores consumiendo menos de lo esperado. Para salir de esa “crisis”, esos gobiernos plantean que la solución es aumentar el consumo. Irónicamente, aumentarlo es prestarle a la gente común su propio dinero a través de los grandes bancos privados que reciben la ayuda salvadora del gobierno. No se trata solo de salvar algunos bancos, sino de salvar una ideología y una cultura insustentable que se mantiene con base en estímulos financieros, hambre, guerras que impulsan la industria y controlan la participación popular, drogas y diversiones que estimulan, tranquilizan y anestesian en nombre del bien común.En el caso de Costa Rica, qué nos impone el gobierno los Arias (defensores de las transnacionales y las cámaras empresariales): un escudo que protege sus intereses, pero no al desarrollo nacional ni a la población, todo lo contrario, implica más hambre y miseria al pueblo, más vulnerabilidad a nuestros intereses y necesidades. Recuerden las palabras de escritor Luis Ferrero: “Si quieren comer mierda, voten por Arias y si quieren comer doblemente mierda, voten por el TLC”.Pero a todo esto es fácil solucionar, para ello se debe generar un desarrollo hacia adentro (y no hacia fuera tal como ahora), con fuertes procesos de regulación y defensa de los recursos y el bienestar nacional integral. Esto se logra enfatizando en el desarrollo de las relaciones Sur-Sur (que no exige relación de dominación o subyugación) con los países latinoamericanos y demás países del mundo sur (vea como están preocupados EE.UU., UE, Japón y ahora China, que disminuye esa relación norte-sur). Ejemplo, para que EE.UU. resurja económicamente y su insustentable “american way of life“, necesita de nuestros recursos ya. En el caso petrochino, de 100 barriles de petróleo, China se llevara 85 y solo 15 se “quedan”, pero el precio nacional seguirá siendo de mercado externo. Entonces, ¿qué gana la soberanía y la población nacional? Recuerden la minería, ¿quién se lleva nuestro oro y qué se queda en Costa Rica? Es sorprendente cómo regalan nuestros bienes naturales.Pronto vendrán más transnacionales que usarán la red del ICE, con precios bajos (temporalmente), luego cuando “quiebren” al ICE, sacarán su garras y elevarán los precios monopólicamente, tal como lo han hecho en otros países. Nos endeudan con $500 millones para el ICE, pero la realidad es que será de provecho para esas transnacionales de telecomunicación y los desgraciados cogeneradores eléctricos nacionales. Mientras, la prensa nacional en general, sucesos o noticias corrongas, telenovelas y deporte rentado, desinforman a diario, ignorando la realidad nacional e internacional. Bueno, cada pueblo tiene lo que se merece.Hoy se necesitan generar nuevas alternativas energéticas, pero no se ven en el horizonte.El neoliberalismo generó el problema y no lo va a resolver con su nefasto escudo empresarial, todo lo contrario, más bien agudizará todos los problemas sociales (pobreza, delincuencia y concentración de riqueza en pocas manos) y ambientales (degradación del suelo, agua, pérdida de biodiversidad)…en definitiva nos estamos centroamericanizando.Para superar esta crisis, se deben dar subsidios a los pequeños y medianos agroproductores e industriales nacionales, a las pymes, que son los que realmente generan empleo y la ganancia se queda en el país. Toda transnacional genera poco empleo y se lleva mucho dinero (ganancia) a fuera. Pues las exportaciones e importaciones nos debilitan productiva y económicamente. Por eso se debe de generar una soberanía alimentaria, y eso se logra regulando la producción nacional y a las trasnacionales, a que paguen impuestos fijos, según sus márgenes de ganancia; pero también esos importadores y exportadores “nacionales” no deben de endosar al consumidor el costo. Se debe proteger el salario ante el aumento de la canasta básica, que debe ser regulado sobre todo en la parte de alimentos, salud, transporte y educación. Para ello, se necesita que todo proceso productivo (industrial, agropecuario) sea primero para resolver las necesidades e intereses nacionales y luego está el mercado externo. Es decir, debe haber un desarrollo hacia adentro.Realmente, se está cocinando la crisis real -humana y ambiental- y no es una crisis artificial (de mercado desenfrenado) como la que tenemos hoy, sino por la verdadera supervivencia de la especie humana. Esta “crisis” es una oportunidad para cambiar nuestros hábitos y el modelo de desarrollo en general.Este pueblo exige respeto y no el desprecio que reflejan toda esa fauna de ministros, algunos diputados, parte de la iglesia que calla, el silencio de los precandidatos, la prensa vendida y hasta los hermanitos Arias y sus decretazos, los empresarios oligopólicos y las transnacionales, quienes amasan más riqueza cada hora en detrimento del pueblo desprotegido.

  • Róger Martínez Castillo (Catedrático)
  • Opinión
Neoliberalism
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