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En un artículo anterior (UNIVERSIDAD, 19-11-2008), manifesté mi preocupación por la práctica de la Comisión de Régimen Académico de solicitar a los docentes e investigadores de la Universidad de Costa Rica (UCR) copias de sus publicaciones previamente calificadas para determinar el grado de originalidad de las publicaciones nuevas que presentan a la Comisión.
Respecto de este tema, deseo precisar un aspecto y comentar una justificación aducida por la Oficina Jurídica.
El aspecto al que me refiero es que, según información suministrada por la misma Comisión, en el 2008 tal instancia solicitó publicaciones ya calificadas a 15 académicos, de los cuales 14 pertenecen al área de Ciencias Sociales y uno al área de Ciencias Básicas. ¿Por qué la práctica de solicitar publicaciones ya calificadas se ha concentrado en el área de Ciencias Sociales? Los representantes de dicha área quedan invitados para que den las explicaciones del caso.
Paso a lo del pronunciamiento. En mi artículo previo, indiqué que la práctica indicada no tiene respaldo en el Reglamento de Régimen Académico. A raíz de una consulta que sobre este punto la Comisión hizo a la Oficina Jurídica, su director, el Dr. Luis Baudrit Carrillo, respaldó el procedimiento empleado por la Comisión, con base principalmente en esta justificación:
“Se debe tomar en cuenta que de acuerdo con la actual situación ni la Comisión ni la Universidad posee un banco o colección de obras que le permita hacerse directamente de dicha información, por lo cual el único medio disponible es acudir a los autores que solicitan la calificación de una obra que se supone es ‘nueva’ y que, por lo tanto, debe acreditarse por algún medio como tal”.
Con esta justificación, el Dr. Baudrit Carrillo implica la inopia del sistema de bibliotecas de la Universidad de Costa Rica, el cual –según se desprende de sus palabras– no tiene copia de las publicaciones que realizan los académicos que laboran en la UCR.
De ser correcta la implicación que hace el Dr. Baudrit Carrillo, esa inopia sería tanto más grave cuanto que buena parte de los académicos que laboran en la UCR publican en revistas y con editoriales de la misma UCR. Por tanto, el sistema de bibliotecas de la UCR ni siquiera dispondría de copias de lo que la misma UCR publica.
Finalmente, puesto que las publicaciones que realizan tales académicos generalmente son producto de investigaciones financiadas por la UCR (con fondos públicos), resultaría gravísimo que el sistema de bibliotecas de la UCR no dispusiera de copia de dichas publicaciones.
En las circunstancias actuales, en que está en curso una nueva negociación del Fondo Estatal para la Educación Superior, la justificación dada por el Dr. Baudrit Carrillo y sus implicaciones podrían dañar severamente la posición de la UCR en esa negociación, al sugerir que la UCR ha sido negligente y/o irresponsable en la administración de la producción científica que financia. Por tanto, es urgente que dicho señor aclare públicamente los alcances de esa justificación y las implicaciones correspondientes.
Cuando lo haga, sería aconsejable que el Dr. Baudrit Carrillo aproveche la oportunidad para aclarar también a la comunidad universitaria por qué, en esa justificación, entrecomilló la palabra “nueva”, así cómo en qué artículo o inciso del Reglamento de Régimen Académico se trata el tema de la acreditación, como nuevas, de las obras presentadas a la Comisión para su calificación.
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