Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
La fábula o apólogo es un género literario que consiste en una narración breve en prosa o en poesía y encierra una alegoría que engloba una verdad práctica, cuyos personajes son animales, humanos u objetos.
Don Tomás de Iriarte (1750 – 1791) puso muchos apólogos en verso castellano que ostentaron críticas a la sociedad de su época. A continuación transcribo uno suyo denominado “El asno y su amo”:
“-Siempre acostumbra hacer el vulgo necio de lo bueno y lo malo igual aprecio: Yo les doy lo peor, que es lo que alaba.- De este modo, sus yerros disculpaba un escritor de farsas indecentes; y un taimado poeta que lo oía, le respondió en los términos siguientes: -Al humilde jumento su dueño daba paja, y le decía «toma pues que con esto estás contento» Díjolo tantas veces, que ya un día se enfadó el asno, y replicó «yo tomo lo que me quieras dar; pero hombre injusto, ¿piensas que solo de la paja gusto? Dame grano y verás que me lo como»- Sepa quien para el público trabaja, que tal vez a la plebe culpa en vano; pues si en dándole paja come paja, siempre que le dan grano, come grano.
Esta fábula vale para lo que a continuación discutiremos en relación con un reportaje publicado en el periódico La Nación del 23 de marzo, que pretende analizar las diferencias de información sismológica desde los dos observatorios sismológicos y vulcanológicos que existen en el país.
El informe periodístico recoge una serie de opiniones de tres expertos de ambos observatorios que de diversas maneras justifican las diferencias de información sísmica que ambos arrojan. No obstante, no se hace una síntesis y una conclusión respecto al tema central: ¿por qué la diferencia en cuanto a la información sismológica? Me parece que el artículo quedó abierto para que los lectores construyan sus propias conclusiones.
Por lo general, la crítica se dirige siempre a los científicos, pero queda incólume la prensa que presiona para obtener una noticia rápida, no importa si a costa de datos mal procesados o de información incompleta. No obstante, dicha presión tiene resultados diferentes en ambos observatorios, pues tanto como en una gran cantidad de veces son disímiles los resultados sismológicos de ambos observatorios, también sus apreciaciones sobre la divulgación de la información.
En el artículo Juan Segura del OVSICORI refiere que ofrecen los datos preliminares que luego modifican. Por su parte, Mauricio Mora de la RSN defiende el hecho de que si bien sus datos son también preliminares se toman más tiempo para efectuar un análisis más profuso. ¿Cuál posición es la correcta?
En lo que a mi concierne, la fabulilla transcrita en este artículo critica justamente el respeto que se debe tener para con el público, por lo que no se puede subestimar la opinión pública en cuanto a la recepción y el procesamiento que hace de la noticia, puesto que, como se ha observado cuando por la noticia se ofrece información científica sobre sismos y volcanes, se debe tener la certeza de informar coherente y verazmente; de lo contrario, se puede cometer el error de asustar a una población proclive a ello, o hacerla insensible a noticias recurrentes sobre pronósticos de eventos que finalmente no ocurren en el tiempo calculado, manejo a todas luces inadecuada, porque esto último fomenta la lógica consecuencia inmortalizada en otra fabulilla llamada “Pedrito y el Lobo”.
Ya que el periodista dejó abierto el artículo, mis conclusiones van en el sentido de explicar las diferencias de la información sismológica a la premura de un observatorio y al mesura del otro. Estoy de acuerdo con la mesura, pues aún cuando sea información preliminar, esta debe salir con un grado de seguridad óptimo para no tener que efectuar cambios bruscos en los datos iniciales en las siguientes entregas a la prensa.
Además, creo que es común ya en Costa Rica que algunos medios, sea por intereses de los dueños, o por protagonismo de los mismos comunicadores, tomen la información a la ligera o presionen con el fin de obtener la primicia. Esto hace que se fuerce la salida de información desde los centros científicos que existen en el país, práctica que obviamente hay que evitar.
Por otro lado, no estoy de acuerdo con que se unan ambos centros sismológicos, pues creo que la diversidad de opiniones científicas, a lo interno genera discusión benéfica para el desarrollo científico, pero sí creo que en momentos de crisis, como la generada por un sismo fuerte deben unirse y compartir la información y analizar de manera conjunta el dato, así las fortalezas de ambos centros se unen para dar un resultado idóneo, con el fin de darle una mayor seguridad informativa al público y que no pierda la fe en sus científicos.
Parafraseando la fabula inicial, si al público le dan paja, come paja, pero si le dan ciencia, come ciencia.
Este documento no posee notas.