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Elecciones: contrato social y diálogo ideal

Alguna gente pensante, entre empiristas, nativistas, críticos, vitalistas, universalistas y humanistas, ha apelado por un “Contrato Social”, como la forma posible de liberar al ser humano de las actuales y ancestrales servidumbres.

Alguna gente pensante, entre empiristas, nativistas, críticos, vitalistas, universalistas y humanistas, ha apelado por un “Contrato Social”, como la forma posible de liberar al ser humano de las actuales y ancestrales servidumbres.
El contrato social es el camino para alcanzar una Pragmática Universal que, constructiva y utópicamente, permitiría a los seres humanos basar su actividad en un Diálogo Ideal. Este diálogo es camino y fruto, siempre perfectible, de algunas virtudes que se han reconocido en nuestra especie: la voluntad, la esperanza, la conciencia socio-crítica y la razón. 
El diálogo es el camino para que las personas pongan, frente a intereses instrumentales, aquellos emancipatorios y holísticos que mejor benefician al todo. Este es el camino para conciliar teoría y  práctica, el dicho y el hecho.
Es clara la dificultad para lograr esto. Por ello es que otros, críticos y construccionistas, fundamentan propuestas para la acción y proponen que las personas debemos dar un primer paso y abandonarnos razonablemente a una decisión.
Pues bien, para dirigir nuestra actividad en las próximas elecciones, sería conveniente establecer algunas decisiones que sirvan de base para este necesario “Contrato Social”. Sería interesante que algún grupo político, cualquiera, establezca y ponga como sus compromisos-objetivos algo parecido a los siguientes:
1. Establecer una política de desarrollo integral que tome como base: -la educación significativa, diversificada y accesible, -el acceso global a los servicios de salud y los necesarios para la reproducción de la vida, -el resguardo y reproducción sostenible de los recursos naturales y –la participación social organizada.
2. Compulsionar a favor de derogar todas las leyes de implementación que fueron aprobadas, con la participación activa y pasiva, por el actual cuerpo legislativo.
3. Renegociar un TLC garante de que nuestro país podrá vigilar, resguardar y reproducir sus propios y diversos recursos y promover las acciones necesarias en beneficio de su particular proceso de desarrollo integral.
4. Resguardar y fortalecer constitucionalmente todos los derechos humanos básicos para la sobrevivencia e indispensables para el desarrollo integral de nuestro país.
5. Emprender una campaña de recuperación de recursos naturales, sobre todo de aquellos que han sido despojados de manera irregular y fraudulenta al país, las comunidades o las personas.
6. Investigar y llevar a juicio a todas aquellas personas, independientes o funcionarios públicos, que se hayan prestado a aquellas y otras tergiversaciones del orden político. Desarrollar y mejorar ésta como una práctica permanente de todo gobierno.
7. Hacer justicia laboral (derechos y condiciones de trabajo) y salarial. Cerrar todo portillo que lleve a las evidentes desproporciones que en estos campos se presentan entre instituciones y entre la clase trabajadora, activa y pensionada.
8. Promover la Inclusividad como base para la toma de decisiones sobre toda política, programa o proyecto, que contemplen las perspectivas que correspondan, ya sean éstas de género, étnicas, condición socio-económica, orientación sexual, discapacidad, ecológicas o etáreas.
9. Fortalecer el diálogismo como el principal código de comunicación entre diferentes actores.   Compromisos como los anteriores, quizá otros o parecidos, permitiría a parte del electorado abandonarse razonablemente en su decisión.

  • Carlos Yurán Chavarría (Psicólogo Social)
  • Opinión
Working Class
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