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Tras realizar una serie de exhaustivos ensayos sobre el contacto del pie humano en superficies sintéticas y naturales, un estudio de la Universidad de Cincinnati, en los Estados Unidos, en coordinación con varios centros de investigación de medicina deportiva, demuestra que la posibilidad de sufrir lesiones es mayor en las segundas.
En Costa Rica, el doctor del Saprissa, Willy Gálvez, dijo a UNIVERSIDAD, que el Instituto de Efectos de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), rechazó que jugar o entrenar en canchas sintéticas puede producir cáncer en el futbolista.
“Las canchas que cumplen las especificaciones de materiales autorizados no tienen ningún problema.
Hipotéticamente podrían generar un cáncer las canchas que dicen ser sintéticas pero no cumplen con la normativa; aquellas que se construyen a bajo costo, con fibra de baja calidad, caucho desechable, corcho de desechos de llantas, metales no certificados: cobre, plomo, mercurio que es peligroso se trasladen al organismo del deportistas tras una lesión”, agregó Gálvez,
Como solución para mantener el espectáculo a pesar del mal tiempo, y de paso, brindar protección a los deportistas de lesiones graves, producto de la mala condición de los campos naturales, hace más de 16 años se ingresó a la industria de los campos sintéticos.
Europa fue pionera por el tema del invierno; en América, Estados Unidos con campos para fútbol americano y béisbol; países como Argentina, México y Brasil para el fútbol en campos de entrenamiento.
En nuestro país se han equipado varios estadios con una grama sintética que asemeja a tal punto lo natural que difícilmente se puede apreciar cual de los dos campos es uno u otro.
“Excepto su apariencia alfombrada y un agradable tono verde, el césped del estadio Tooló de Helsinski no tenía nada de extraordinario, pero la superficie de juego para diez partidos, incluída la final del Campeonato Mundial Sub 17 de la FIFA Finlandia 2003, era, de hecho, artificial.
Fue la primera vez que se utilizó una superficie que no fuese de hierba natural en un torneo de la FIFA; el torneo se consideró como el emplazamiento ideal y la oportunidad perfecta para probar el césped sintético y evaluar su rendimiento.
El Estadio Tooló, de 11.000 mil localidades y que asemeja a una caja de bombones, pasaba vacío durante muchos meses del año por las condiciones climáticas de Helsinski, de ahí que fue utilizado como laboratorio físico en este evento. La prueba resultó un éxito y así lo manifestó el seleccionador finlandés, Jyrki Heliskoski: “creo que esta es la solución para el futuro del fútbol en Finlandia.
Con nuestros inviernos crudos y largos, podría ampliar nuestra temporada en dos o tres meses y eso podría tener un valor inestimable para el fútbol finlandés”, dijo el técnico.Días después, el jerarca de FIFA, Joseph Blatter, avaló sin temores la utilización de gramas sintéticas.
“La incorporación del césped artificial representa el inicio de una nueva era en la historia del fútbol. Millones de jugadores en todo el planeta se beneficiarán de esta decisión, porque podrán practicar su deporte favorito y sobre todo, en difíciles condiciones climáticas, que normalmente imposibilitan el juego en césped natural”, sentenció el presidente de la transnacional.
Un temor significativo que hubo antes de Finlandia 2003 era el riesgo de lesiones que entrañaba una superficie a la que no estaban acostumbrados los jugadores.
Estas y otras cuestiones se trataron en una reunión de jugadores, técnicos, árbitros, directivos y médicos celebrada después de ese Mundial en Helsinski.
Se comprobó que el número de lesiones sufridas fue similar a las del Mundial Sub 17 en Trinidad y Tobago el 2001 y que las siete lesiones reportadas fueron causadas por problemas futbolísticos comunes.
MENOS LESIONES
La FIFA tiene una regulación sobre las canchas sintéticas que se basa sobre distintos aspectos: la atracción del zapato para que no se quede pegado; el rebote del balón tras el impacto y la dirección tras el impacto.
FIFA pretende acondicionar los terrenos de juego para evitar lesiones en la medida de lo posible.
En el ámbito nacional en el auditorio de la UCIMED se programó un foro sobre canchas sintéticas con diferentes autoridades especialistas en medicina y fisioterapia entre otros.
En ese cónclave, José León, de la empresa Cicadex, que instaló la grama en el Saprissa, facilitó un estudio sobre las lesiones en campos naturales y artificiales.
Se valoraron 100 jugadores durante mil horas y se obtuvieron los siguientes resultados: en cuanto a gramilla natural, los entrenamientos reportaron un 2.95 de lesiones, en tanto que partidos oficiales, 21.5.
En la sintética, los entrenamientos dejaron 2.44 y los partidos oficiales 19.60.
El Dr. Gálvez también nos presentó un estudio hecho en el Saprissa, periodo 2003 al 2007 a 100 jugadores con radiografías, ultrasonido y resonancia magnética.
Cancha artificial: desgarros 2, lesiones condrales 1; lesión de menisco 2; rodilla lesión condral 1; esguince tobillo 3; fractura 1.
Cancha natural: desgarros 4; lesiones condrales 3; lesión demenisco 2, rodilla lesión condral 1; esguince tobillo 2; fracturas 0.
“No existe una diferencia significativa entre el origen de los síntomas y la lesión entre las canchas sintéticas y las naturales”, concluyó el galeno.
Por su parte, el Dr.Carlos Palavicini, médico costarricense del panel de FIFA, dijo a UNIVERSIDAD que “las canchas sintéticas han presentado desventajas que la tecnología ha ido resolviendo; por ejemplo, lo áspero de la fibra producía raspaduras (abraciones), al caerse; lo blando del terreno generaba enorme cansancio; un mal drenaje generaba inundaciones y hasta el calor ocasionaba ampollas en los pies de los futbolistas.
Estas situaciones hoy parecen tener solución mediante la aplicación de corcho y palma para bajarle dos grados de temperatura al terreno.
Está comprobado que en cancha sintética los jugadores se lesionan menos”, indicó Palavicini, quien también descartó que jugar en ellas puede derivar en un cáncer.
“Hay mayor contaminación en la entrada del Hospital San Juan de Dios por el tránsito, que el que puedan emanar los materiales que se usan en una cancha sintética.
Claro, para prevenir, es bueno que el Ministerio de Salud supervise el caucho que utilizan los empresarios para construirlas; agregó el médico.
MINA DE ORO
Saprissa fue el club que inauguró la moda del terreno sintético en el país en abril del 2004 y desde entonces, la fiebre artificial comenzó a apoderarse del fútbol costarricense.
Hoy cinco estadios cuentan con césped artificial, el Saprissa, Cuty Monge en Desamparados, Coyella Fonseca en Goicoechea, ST Center en Aserrí y Carlos Ugalde de San Carlos. También el Polideportivo de Belén.
Alajuelense lo instala en el Morera Soto; el Juan Gobán de Puerto Limón igual y un enorme proyecto deportivo y comercial se construye actualmente en el estadio de Paraíso de Cartago.
Jorge Vergara, el propietario del Saprissa fue el visionario y otros copiaron su plan; fue una ideas cautivante que aseguraba a los clubes no suspender partidos en época de invierno por empozado y barro en el terreno de juego: las divisiones menores de los clubes podían entrenar en el estadio y se terminaban los problemas del difícil y costoso mantenimiento a las gramas naturales.
Pero enseguida empezó la gallinita a poner huevos de oro, cuando Saprissa mostró que era viable extraer nueva plusvalía a ese tipo de césped, organizando conciertos, espectáculos de motores; cónclaves masivos y desde luego el alquiler de la cancha sin peligro alguno a interrupciones.Saprissa invirtió $510 mil (214 millones de colones) en la cancha sintética y la obra estuvo a cargo de la empresa Cicadex.
Aparte de esta empresa, el Grupo Icono, firma que preside el jerarca de Brujas, Minor Vargas, se ha dedicado a la construcción y proliferación de estas canchas y Alfombras Canon se encargan de instalar el césped.
Lo hace en el Morera Soto y luego en el Rosabal Cordero. Herediano invierte $1.3 millones en este trabajo que espera recuperar en siete meses.
“El factor principal en la expansión de canchas sintéticas es el gran beneficio que implica para el desarrollo de talentos y de paso se promocionan nuevas posibilidades de practicar deporte en Costa Rica. De acuerdo con nuestros números y posibilidades financieras, el Grupo Icono podría tener en un plazo de cinco años, por lo menos 50 canchas sintéticas en todo el país”, dijo Vargas al Semanario.
Rodolfo “Rudy” Rodríguez, ingeniero en soportes de esta empresa, dijo a UNIVERSIDAD que hoy en día, la cancha del estadio de Aserrí genera 1.800.000 (colones) por semana; el Coyeya en Guadalupe 1.500.000, gracias al alquiler de la grama a empresas bancarias y torneos de taxistas y otros gremios.
Además, la transformación que sufrió el estadio guadalupano, causó un revuelo en la comunidad que valió palabras de apoyo y agradecimiento del sacerdote Carlos Humberto Rojas, cura párroco de esa localidad. “El Grupo Icono nos transformó un nido de drogadictos, oscuro y abandonado en un campo pleno de luz y de sana práctica para los jóvenes del lugar”, manifestó.
“Lo que se busca es intentar hacer proyectos de menor costo, pero con buena proyección a mediano plazo; hay que invertir en estadios y zonas con proyección deportiva y comercial y no andar alfombrando plazas abandonadas”, agregó don Minor.
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