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GATOS COMPETITIVOS UNO

Quien lee el principal medio periodístico diario de Costa Rica queda convencido de que Hugo Chávez, Evo Morales y el vil Daniel Ortega ostentan el monopolio de los despropósitos, la canallada y la grosería mental en la actual escena política latinoamericana.

Quien lee el principal medio periodístico diario de Costa Rica queda convencido de que Hugo Chávez, Evo Morales y el vil Daniel Ortega ostentan el monopolio de los despropósitos, la canallada y la grosería mental en la actual escena política latinoamericana.
Es lo que reiteran día con día los opinionistas del medio y ¡hasta una filósofa!
Sin embargo, una publicación reciente (LN, 26/04/09), casi de página entera, trizó esta certeza. Al parecer se trata de un mercado competitivo. Los aludidos no están solos.
La acción se le imputa al presidente de Costa Rica. ¡Nada menos que al Arias ‘bueno’! Al momento de escribir estas líneas el mandatario no ha negado la autoría. Comencemos con un ejemplo que condensa parte de la línea argumental del extenso texto leído, según se anota, en la Cumbre de las Américas (es un decir) de abril de este año. Se le atribuye a un chino famoso la frase: “No me importa si el gato es blanco o negro, lo único que me interesa es que cace ratones”. Nonada ciertamente milenaria. En efecto, el color ‘natural’ de un gato no afecta para nada su eventual capacidad para cazar ratones. Pero si se cambia el rasgo natural por uno que implique una actitud política del felino casero, entonces la frase conmueve, digamos, por su inanidad. Por ejemplo, “no importa que el gato sea cooperativista o empresario capitalista, lo que importa es que cace ratones”. Se usa la referencia porque el presidente Arias elogió hace poco al cooperativismo costarricense.
Un gato cooperativista no mide su eficacia igual que un gato capitalista. Al no medirla igual, ‘la’ eficacia tampoco es la misma. Se trata de dos calidades de eficacia, de repente incompatibles. Por seguir con el ejemplo, algo bobo, un gato amarillo o celeste puede querer cazar ratones para comerlos, para atesorarlos, para ostentarlos entre amistades, para usarlos como proyectiles contra sus enemigos, para estudiarlos o para magnificar su prestigio sexual entre las gatas. Es el punto de los fines de la actividad y de los valores que ella compromete. Por supuesto un gato pardo o verde podría combinar varios de estos fines, pero siempre tendría que jerarquizarlos. Y las distintas constelaciones que se seguirían de su ordenamiento impedirían hablar de ‘la’ eficacia y hasta de un mismo felino.    
Arias siguió citando, como autor de su cabecera, al mismo chino. El prócer habría dicho, en chino, por supuesto: “La verdad es que enriquecerse es glorioso”. Se ve que al menos este chino (Deng Xiaoping), nunca se interesó por la historia de América Latina. La frase, sin duda, si no la dijeron la imaginaron (y guió sus acciones) españoles y portugueses en el siglo XVI. Y la repitieron y siguen repitiendo las oligarquías y neoligarquías señoriales que concentran desde entonces riqueza, poder político y prestigio excluyentes en América Latina. ¡Y el presidente Arias tiene que acudir a China para escucharla! Quizá por esto J. Rodríguez escribió que Obama el sexi ofrecía una ‘sonrisa compasiva’ a los otros presidentes.
Insistamos en que se trata del Arias ‘bueno’, el intelectual. Imaginemos como sería la presidencia del otro, del ‘menos bueno’, digamos. La presidencia del patrón.

  • Helio Gallardo (Catedrático UCR)
  • Opinión
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