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Pocas cosas degradan tanto al “Homo Sapiens” como su incontrolable sed de poder y avaricia, que lo hace encaminar sus máximos conocimientos hacia la destrucción de la vida, queriendo demostrar una “superioridad” que obviamente no posee, ni aún autoproclamándose hecho “a imagen y semejanza de Dios”.
Las ansias de omnipotencia de algunos seres humanos, sólo demuestran su enorme pequeñez, pues la ambición de ser reyes, los ha esclavizado hasta los abismos de lo impensable.
En esta vida, muchas virtudes y defectos se definen por los opuestos; se juzga “poderoso” a quien somete al más débil, pero en su agresividad radica su debilidad. No en vano los seres más pequeños, suelen portar las armas más grandes…
Mucho del ingenio humano se dedica a crear armas mortíferas y aterradoras, negocio en el que invierten esfuerzos y recursos insospechados. Esta industria armamentista evolucionó, superando la quijada de burro, el hacha y el garrote, la lanza y la flecha, la espada y el cañón, el tanque, el avión y la bomba atómica…Y cuando las armas tradicionales ya no asustan, las tácticas abarcan otros planos: depresiones económicas, tratados de libre comercio, enjambres virales y pánico psicológico.
Lo que tristemente no se ha podido superar, es el demente deseo de imponerse a cualquier precio. Tanto la mal llamada gripe española (1918) que abatió a más de 50 millones de seres humanos, como la aviar y ahora la porcina, el ántrax, o el sida, son confites de laboratorio, para un mundo ficticio y deshumanizado.
La industria cinematográfica, ha impactado la sensibilidad hasta más allá del poder de asombro. Saturó el subconsciente con los más inverosímiles hechos y atrocidades, donde el horror y la muerte superan los límites de la locura…¿Quién no disfrutó Terminator, Star Wars, o el King Kong, que subía al Empire State Building, destruyendo Nueva York?…Calderón de la Barca imaginó la vida como un gran teatro; los amos del mundo actual la han convertido en un film de fantasía, aventura y terror, sobre la pantalla de la vida real y toda la humanidad como comparsa…
La avaricia no tiene principios, sólo fines… ¿Quién no miró la fantástica demolición de las torres gemelas, cuya caída levantó una carrera armamentista venida a menos? Las pandemias cobran vidas pero unas cuantas transnacionales se enriquecen. Es posible que este “guión”: Gripe Porcina, sea más un juego de “influencias” que de “influenzas”, otro “business”, donde se toma a los cerdos de “su puerquito” y a media humanidad se la “agarra de chancho”.
¿Qué querrán ocultar bajo el parapeto AH1N1? ¿Por dónde va a saltar la liebre? En Costa Rica muere casi medio centenar de personas por semana debido a choques, asesinatos, narcotráfico o suicidio y nadie se inmuta… “In-Seguridad” dice que es “mera percepción” y el gobierno alaba esta paz verdadera…¿Por qué alarmarse con otra gripe si en el mundo muere un ser humano de hambre y miseria cada segundo, ante la indiferencia de los politiqueros, cuya avaricia y deshumanización constituyen la más grave pandemia que amenaza la humanidad y el planeta?
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