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En el anterior artículo abordé la formación del de la República de Sri Lanka y la composición étnica de la población que habita en ese territorio.
II Parte
Hacia inicios del 2009 el gobierno de Sri Lanka lanzó una ofensiva militar con la intención de acabar de una vez por todas el conflicto de más de 25años; para llevar a cabo esta operación recibió el apoyo de la Comunidad Europea, Estados Unidos de Norteamérica y de Inglaterra, estos países colocaron a los Tigres de Tamil dentro de sus lista de terroristas, debido a los constantes ataques de los Tigres contra miembros del gobierno cingalés y quizás también por los métodos utilizados (coches bomba, ataques suicidas) o quizás debido a la importancia geopolítica que tiene la isla.
Sri Lanka es el punto de desembarco obligatorio hacia la India y hacia el Oriente Lejano, además goza de una relativa cercanía con la base militar norteamericana en la isla Diego García en el archipiélago de Chagos, en el mar Índico.
No obstante, en marzo del 2009 en la que se supone la batalla final contra los Tigres de Tamil, el ejército logra atrapar a los guerrilleros (cerca de 1000 Tigres de Tamil) junto con decenas de miles de civiles de la etnia tamil (la ONU estima entre 50000 y 80000 las personas atrapadas en el fuego cruzado) en un territorio de 3,1 kilómetros cuadrados entre una laguna y el mar en el norte del país. Para colmo de males el ejército de Sri Lanka ha atacado el único hospital en funcionamiento en la zona de guerra del norte del país y ha realizado constantes bombardeos en la zona donde se encuentran los últimos rebeldes, dejando a miles de personas en el fuego cruzado, que también están recibiendo el bombardeo.
La ONU estima el número de muertes civiles sólo en este año en cerca de 7.000 civiles y alrededor de 16.000 los heridos, por su parte el número de refugiados asciende los 200.000. Los refugiados acogidos por el gobierno están siendo colocados en campamentos instalados por el oficialismo y administrados por el ejército, en los que está restringido el acceso de las agencias internacionales y en los cuales se les despoja de su libertad de movimiento (hay que recordar que no son ciudadanos de Sri Lanka).
Ante esta situación, el representante Tamil Selvarasa Pathmanathan, declaró: «Nuestra gente muere por las bombas, los proyectiles y el hambre. No podemos permitir que sufran más. Tenemos sólo una opción: retirar la última excusa del enemigo para matar personas. Hemos decidido callar nuestras armas».
Ahora bien, dada la situación actual podemos asegurar que las acciones del ejército cingalés han acabado con la vida de más civiles que de miembros de la guerrilla, que las acciones llevadas a cabo están teñidas de genocidio y de crímenes contra la humanidad, que la comunidad internacional fue lenta, torpe e indiferente. Además surgen las siguientes preguntas ¿Qué será de los refugiados? ¿Cómo van a ser tratados? ¿Cuál será la respuesta de la comunidad internacional? ¿Por qué las NN.UU. no intervino para evitar el genocidio? ¿Por qué Costa Rica, teniendo un puesto en el Consejo de Seguridad, no se ha pronunciado contundentemente?
Cabe recordar que la población tamil no ha desaparecido de la isla, solamente se han desmantelado los grupos armados tamileses, que la región norte del país esta devastada, las estructuras físicas destruidas, el acceso a alimentos es escaso y sobre todo que los roces étnicos no han desaparecido y que la lucha Tamil por lograr equidad de derechos políticos y social tampoco va a desaparecer.
Por otra parte, el principio de derecho internacional de no intromisión en los asuntos internos de otras naciones, es un absurdo cuando miles de personas están siendo asesinadas por motivaciones genocidas, el hambre y sobre todo la indiferencia de las grandes potenciasd mundiales. No hace mucho tiempo los Estados Unidos e Inglaterra justificaban su invasión en Irak, alegando la lucha democrática, por qué no alegar entonces el derecho de preservar la vida humana y el fomento de la tolerancia para justificar una intervención en Sri Lanka, a su vez el respeto a las minorías es uno de los pilares fundamentales de todo sistema democrático, ¿es respetar las minorías negarle la ciudadanía a los tamiles, declarar ilegal su partido político, restringir su acceso a la universidad, despojarlos de tierra, prohibirles su derecho a autodeterminarse? Es por esta razón que la indiferencia internacional justificada por la razón democrática de Sri Lanka, es un absurdo. Todo pueblo tiene el derecho legítimo de rebelarse contra la injusticia, por la defensa de sus derechos, por la búsqueda de su felicidad, la justicia, la equidad y el bienestar de su comunidad.
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