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Ministra de Salud niega vinculación con farmacéuticas

Un médico cuestionó la posible relación de la ministra de Salud, María Luisa Ávila, con organizaciones ligadas a industria de medicamentos.

Un médico cuestionó la posible relación de la ministra de Salud, María Luisa Ávila, con organizaciones ligadas a industria de medicamentos.
“La Dra. María L. Ávila-Agüero MD, infectóloga pediatra y Ministra de Salud de Costa Rica, teniendo una relación temporal (sic) y es importante señalar que no forma parte de este Instituto Carso de la Salud como miembro permanente. Su participación fue únicamente como Miembro Académico de la Comisión de Vacunas para América Latina al igual que otros 16 destacados profesores e investigadores líderes del tema de vacunación”.
Con esta carta extendida el pasado 12 de mayo por Héctor Gallardo, director de Soluciones Operativas del Instituto Carso –con sede en México-, la ministra de Salud salió al paso de los cuestionamientos que le ha hecho el médico Carlos Zamora Zamora, quien sostiene que la aplicación masiva (universalización) de la vacuna contra el neumococo en Costa Rica no es necesaria.
Este Semanario publicó en su edición anterior el reportaje “Dudan de conveniencia de universalizar vacuna contra neumococo”, en el cual algunos médicos coincidieron con Zamora Zamora, en el sentido de que la bacteria del neumococo no es un causante primario de muertes en el país, por lo que destinar más de ¢5.000 millones anuales a ello no es lo mejor para un sistema de salud que tiene los recursos limitados.
Dicho médico envió en febrero pasado cartas al presidente Óscar Arias, a la ministra Ávila, y a los directivos de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), en las que aclara que no se opone a que se apliquen estas vacunas, y pide analizar la relación de costo-beneficio y se reconsidere la decisión.
Tras aducir que la universalización de esta vacuna se hizo sin contar con estudios científicos adecuados, agregó que “es indispensable realizar el análisis de las condiciones epidemiológicas y económicas de la población a la cual se desea dirigir este tipo de intervención sanitaria”.
Zamora es del criterio de que quienes toman las decisiones y la población, deben preguntarse en este caso “si con esa cantidad de recursos se podrían hacer otras intervenciones que beneficien a más personas que las que se pueden beneficiar con esta vacuna (…). El uso de los recursos para salud debe ser dominado por la racionalidad y la definición rigurosa de prioridades nacionales”.
En la documentación enviada a las autoridades del Gobierno, el médico también reprocha la membresía de la ministra Ávila-Agüero a entes que promueven las vacunas, según consta en las páginas en Internet del Instituto Carso de la Salud y de la  Comisión para el Futuro de las Vacunas en América Latina (COFVAL:  www.salud.carso.org/docum/ics_cofval_esp.pdf .
La ministra Ávila dijo a UNIVERSIDAD que ella no es integrante de estos organismos y que su presencia en estos fue temporal, aun cuando todavía aparezca en sus páginas en Internet.
¿VÍNCULO INDEBIDO?
De acuerdo con las críticas planteadas por Zamora Zamora,  la jerarca de Salud tendría una incompatibilidad por su cargo, de pertenecer a dichas organizaciones internacionales privadas.
Para respaldar su afirmación, Zamora cita lo dicho por esos organismos en sus páginas en Internet, en donde proponen como estrategias básicas para cumplir con sus metas, hacer cabildeo entre los ministros de salud y otras instancias de decisión política.
En su opinión, las acciones que impulsan, “conllevan un conflicto de intereses en este caso, pues la Ministra de Salud de Costa Rica está en los dos lados: por una parte, del lado de los comisionados que cabildean y, simultáneamente, del lado de los ministros cabildeados”.
Zamora agregó que “la Ministra de Salud comparte en Comités con personas ligadas estrechamente a empresas farmacéuticas, y como funcionaria pública toma decisiones relacionadas con productos farmacéuticos, específicamente en este caso vacunas”.
Asimismo, se preguntó si un ministro de Estado tiene la autonomía para decidir por sí solo, si se incorpora o pertenece a organizaciones privadas, nacionales o extranjeras.
“Hasta la fecha no he recibido respuesta a mi solicitud de información, sobre si existe un nombramiento oficial de la Ministra de Salud de Costa Rica en las organizaciones mencionadas”, reclamó en su carta del 29 de mayo.
Otra situación que llamó la atención del médico, es el premio que en mayo del 2007 recibió Ávila Agüero, por parte del “Concilio Internacional de Expertos sobre el Neumococo (PACE, por su siglas en inglés), fundado en el 2006 y financiado por el Instituto Sabin de Vacunas.
El PACE es de carácter privado y está ligado directamente o indirectamente a la industria farmacéutica. “Me pregunté: ¿por qué esta organización privada le daba un `premio´ al país”. La razón fue porque Costa Rica se convertía en “el primer país de América Latina en incluir la vacuna contra el neumococo como programa universal”, puntualizó Zamora.
Al agradecer por el galardón que le entregaron en el Club Nacional de Prensa –en Washington- la ministra dijo: “Considérenme una aliada incondicional de todas las acciones que el grupo PACE y el Instituto Sabin desarrollen”.
Como hechos ligados con esta premiación, Zamora mencionó en sus cartas que la Ministra y la empresa proveedora de vacunas habían tenido reuniones a finales del 2006 y principios del 2007; el Consejo de Gobierno costarricense le había dado apoyo político en la sesión del 24 de enero del 2007, cuando se firmó un compromiso para universalizar la vacuna; y al mes siguiente el Comité Nacional de Vacunas y Epidemiología acordó incluirla dentro del esquema universal de vacunación, “sin tener los estudios técnicos necesarios para tomar tal decisión”. Sumado a lo anterior, Zamora recuerda que tres meses después de la premiación a Ávila, el PACE copatrocinó el “Simposio Regional sobre Vacunas”, celebrado en Costa Rica.
El subdirector del PACE es Orin Levin, quien a la vez es director del organismo PneumoADIP, que tiene como objetivo la introducción acelerada de la vacuna contra el neumococo en los países pobres. Al estudiar las relaciones entre la premiación y los organismos ligados a esta decisión, Zamora encontró que la COFVAL –en la que aparece Ávila Agüero- es financiada por el Instituto Carso de la Salud. Este último está adscrito a la Fundación Carlos Slim, el multimillonario mexicano que se disputa el primer lugar como la persona más rica del planeta.
Vale mencionar que según una información de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el 2007 cinco países y la Fundación Bill y Melinda Gates (dueños de Microsoft), se comprometieron a donar $1.500 millones, para una iniciativa que contribuyera a acelerar el desarrollo y disponibilidad de otras vacunas.
MÁS VÍNCULOS
Otro costarricense que aparece como miembro del Instituto Carso de la Salud, es el médico Adriano Arguedas Mohs, del Instituto de Atención Pediátrica, quien “es un conocido empresario nacional contratista con empresas farmacéuticas”, por lo que “no veo nada irregular en la pertenencia del señor Arguedas Mohs a esta organización privada”, considera Zamora.
Lo que sí le parece un “probable conflicto de intereses”, es que en octubre pasado Daniel Soley –Defensor Adjunto de los Habitantes- presentó un recurso de amparo por la tardanza en la universalización de la vacuna, lo cual no tendría nada de extraño, si no es porque su hermana está casada con Arguedas Mohs.
Consultado al respecto, Soley explicó que cuando presentó el recurso estaba de defensor titular y la ministra de Salud le había pedido apoyo a la Defensoría de los Habitantes, para lograr la universalización de la vacuna contra el neumococo, la cual era aplicada por la CCSS solo en algunos casos.
Por ser esta vacuna muy cara en el sector privado, actuamos “convencidos de que era una situación de derechos humanos y de protección de la niñez” (…), pues la Caja alegó que no hacía la vacunación masiva por un asunto de costo-oportunidad. “Es decir, para la Caja era mejor que se murieran 24 niños por año, que vacunar a toda la población”.
Soley enfatizó en que para ser congruentes con la protección de los derechos humanos, es mejor invertir en protección y no en curación.
Acerca de la pertenencia de su cuñado a las organizaciones mencionadas, el defensor adjunto afirmó que desconoce esta situación y lo que sabe es por lo dicho por Zamora.
“Conflicto de interés habría en el caso de que se actúe para beneficiar o remunerar a alguien, o que vaya en provecho de esa persona o de la mía, y en ninguno de los casos ha sido así. Éticamente he estado en absoluto dentro del marco legal. Además la decisión política correspondió a la Ministra de Salud, a la Caja, y la decisión judicial a los magistrados de la Sala Constitucional”, añadió.
Por otro lado, Zamora Zamora cuestiona que el Poder Ejecutivo mediante un decreto del 2006, declarara de interés público el estudio “Monitoreo epidemiológico multinacional latinoamericano para enfermedad neumocócica invasora”, patrocinado por la empresa farmacéutica estadounidense Wyeth, mediante un contrato por $4 millones con el Instituto de Atención Pediátrica. La Wyeth es la proveedora única de la vacuna marca Prevenal, con la que el país empezó a vacunar masivamente a los niños este año.
Otro decreto que reprochó es el DM-Y-9094-08 de octubre del 2008, en el que la ministra Ávila Agüero declara de interés una reunión en México sobre riesgos de la salud. Ávila designó a una funcionaria de su ministerio para que asistiera y el decreto se especifica que todos los gastos “serán cubiertos por el Instituto Carso de la Salud”.
Para Zamora, resulta improcedente que una funcionaria como la Ministra, en ese decreto otorgara fondos de una entidad privada a la persona que delegó por parte del Ministerio, que es un ente público. “Son faltas a la ética; evidencia conflictos de interés y cuestionan el cumplimiento de lo establecido en el Decreto Ejecutivo No.33146”.
Este decreto emitido por el Gobierno para sus funcionarios, en uno de sus apartados se refiere a la integridad: “No deberán ubicarse en situación de obligación financiera o de cualquier otro tipo frente a cualquier persona u organización, que pueda influenciarles en el desempeño de sus deberes oficiales”.
 

Ministra de Salud:
El país no compra vacunas a farmacéuticas
Para desvirtuar cualquier ligamen suyo con empresas farmacéuticas, la Ministra de Salud, María Luisa Ávila Agüero, aseguró que las vacunas contra el neumococo se adquieren a través de un fondo que maneja la Organización Panamericana de la Salud.
En una entrevista con este Semanario, la jerarca negó estar vinculada con empresas u organismos que vendan medicamentos y respondió a cuestionamientos que le ha hecho el médico Carlos Zamora Zamora, por la universalización de esta vacuna. A continuación un resumen de sus respuestas. 
¿Desde cuándo usted forma parte de la Comisión para el Futuro de las Vacunas en América Latina (COFVAL)?
-En realidad esa fue una comisión transitoria que se formó para elaborar una propuesta; no es permanente y fui invitada no solo como ministra de Salud, sino en mi calidad de pediatra infectóloga, especialista en el tema. De esa comisión surgió el folleto “El fortalecimiento de las políticas de salud en América Latina”. El patrocinador fue el Instituto Carso de la Salud, que es una fundación sin fines de lucro y no tiene nada que ver con compañías farmacéuticas.
¿Ha solicitado usted que la excluyan de esa dirección en Internet del Instituto Carso de la Salud?
-¿Por qué tendría que solicitar que me excluyan si eso no es una actividad ilegal o inmoral, ni produce ninguna vinculación de que yo, por ejemplo, esté vendiendo servicios o me estén pagando? Más bien es un honor participar en una comisión organizada por este instituto, ampliamente conocido en América Latina.
El médico Carlos Zamora dice que su pertenencia a estas organizaciones representa un conflicto de intereses, porque estas se vinculan con compañías farmacéuticas.
-Perdone. Como usted puede ver acá (folleto del Instituto Carso) eso no es cierto y si él quiere le puede preguntar a esta gente de dónde vienen sus fondos. Ellos no tienen vinculación con compañías farmacéuticas productoras de vacunas.
¿Hay otras organizaciones privadas a las cuales usted está adscrita?
-A ninguna otra.
La organización PACE le otorgó a usted un premio en el 2007 por ser Costa Rica el primer país en universalizar la vacuna contra el neumococo. ¿Cómo interpretar este reconocimiento: como una felicitación a Costa Rica por mejorar la salud de la población o un agradecimiento por una venta multimillonaria en vacunas?
-En realidad no me lo otorga a mí, sino que la placa la dan a Costa Rica por las acciones en la introducción de vacunas. No es un agradecimiento, porque la organización PACE no se dedica a la venta de vacunas.
El PACE está vinculado a PneumoADIP, que se dedica a promover la venta de vacunas.
-PneumoADIP se dedica a introducir la vacuna; ellos buscan fondos y se las venden más baratas a países.
¿Tuvo usted reuniones con empresas u organizaciones como el Instituto Carso de la Salud y otras que promueven la venta de vacunas, antes de que se acordara la universalización de dicha vacuna?
-Bueno, es que realmente esto nosotros lo acordamos desde el inicio del Gobierno; así es que antes de eso probablemente no. Fue una vez que se tomó la decisión que empezamos a tener las reuniones.
¿Antes de eso no hubo reuniones?
-Por lo menos en mi calidad de ministra no. Como usted sabe, soy pediatra infectóloga y  trabajo en el Hospital Nacional de Niños como parte de la seguridad social. No tenía en esa época prohibición para ejercer liberalmente la profesión, ni para dar charlas u otro tipo de cosas. En esa época sí pude haber tenido reuniones con casas farmacéuticas, pero no necesariamente para discutir la introducción de vacunas, porque en esa época no me correspondía ese rol.
El Dr. Carlos Zamora al hacer una relación de hechos sobre la universalización de esta vacuna, dice que le parecen llamativos los procedimientos “acelerados” para que este acuerdo se diera. ¿Hubo prisa por universalizar esta vacuna?
-Imagínese usted, llamar acelerado a una vacuna que tiene un montón de años de estarse vendiendo en los servicios privados de salud de este país, y hasta aproximadamente cinco o seis años después se introduce a toda la población que verdaderamente es de riesgo. Llamarle a esto acelerado es sinceramente estar en nada. Yo quería meter esta vacuna desde el primer año como ministra y más bien para mí el proceso va atrasado.
En un correo que usted le envió en octubre del 2008 a la defensora Lisbeth Quesada, le comenta que el Comité de Farmacoterapia de la Caja tenía dudas sobre los estudios de costo-beneficio de la vacuna. ¿No es esto una prueba de que la universalización de la vacuna ameritaba mayor discusión y estudios?
-No, porque hay una comisión creada por ley; hay un Ministerio de Salud que es el ente rector. A nosotros nos pusieron aquí para tomar decisiones y estas no necesariamente tienen que ser por consenso. Al Comité de Farmacoterapia de la Caja no le corresponde decidir qué vacunas se meten o no. Esta es una potestad del Ministerio de Salud, potestad que ejerce a través de una comisión donde hay representantes de la Caja, del Hospital Nacional de Niños, de la Asociación Costarricense de Pediatría, y de la Organización Panamericana de la Salud. La presido yo como ministra y es este el foro donde se tiene que discutir. Si tenemos que andarle pidiendo opinión a todo el mundo para hacer todo, la verdad es que nunca haríamos nada y aquí estamos hablando de vidas.
El Dr. Carlos Zamora considera que su membresía a organismos privados que promueven la venta de vacunas, constituye para usted un conflicto de intereses. ¿Comparte su criterio?
-Por supuesto que no, porque Costa Rica no le compra vacunas a proveedores, sino a través del fondo rotatorio de la OPS. Entonces, el país decide introducir la vacuna del neumococo y la OPS escoge cuál vacuna lleva. En el caso de la vacuna que aplicamos, solo hay una casa farmacéutica que la provee; cuando haya otras, la OPS escogerá la más barata.
Usted ha usado el estudio del Instituto de Atención Pediátrica para justificar la universalización de la vacuna contra el neumococo. La empresa Wyeth que fabrica la vacuna Prevenar financia con $4 millones una investigación en Costa Rica de este Instituto. ¿No crea esa relación comercial un sesgo que le podría restar credibilidad científica a los resultados que dicho instituto obtenga y a la decisión de universalizar la vacuna?
-Si solo me hubiera basado en ese estudio para hacerlo probablemente tendría razón, pero nosotros no solamente nos basamos en eso. En una respuesta a este señor (Zamora), le cito unos 50 artículos científicos en los que nos hemos basado, y también en recomendaciones de la OPS, en las que recomienda la introducción de la vacuna contra el neumococo, así como en otras recomendaciones de organismos internacionales.

El negocio de las vacunas
“Crean dolencias, colocando nuevos títulos a situaciones que no demandaban tratamiento con fármacos, con mercadeo agresivo sobre sus supuestos beneficios”. Así se refiere a las compañías farmacéuticas Silvia Ribeiro, investigadora del Grupo ETC (www.etcgroup.org) -con sede en Canadá-, en el artículo periodístico “El negocio de las vacunas: caso VHP” (virus papiloma humano), publicado en abril pasado. El ETC Group se dedica a la conservación y promoción de la diversidad cultural, ecológica, y de los derechos humanos. De acuerdo con Ribeiro, la industria farmacéutica se ha destacado desde sus orígenes por su avidez de lucro y por muchos años fue el sector con mayor ganancia. En esa línea, la comercialización de vacunas se espera que llegue a los $36.000 millones para el 2013, con un mercado dominado por cuatro firmas que se llevan el 91.5% del pastel: Merck, GlaxoSmithKline, Sanofi Aventis y Wyeth, absorbida por Pfizer este año.
La aparición de vacunas han estado ligadas a polémicas experimentaciones con humanos, sin el consentimiento de muchos de ellos.
En Panamá, “El Periódico” en su edición de julio del 2008,  publicó el reportaje “Ocultan información sobre la vacuna del neumococo”, en el cual detallan que el Ministerio de Salud no había dado a conocer cuáles era los 16 centros de salud que estaban participando en el experimento, ni tampoco el número de niños vacunados.
La polémica en tierras panameñas surgió porque una de estas grandes empresas estaba experimentando su vacuna contra el neumococo en infantes entre 2 y 24 meses de edad. Un caso similar ocurrió también en Argentina, en donde “30 Noticias” reportaba en setiembre del 2008 que “Investigan la muerte de 14 niños tras vacunarlos”. Las sospechas de esas muertes recaían sobre las vacunas contra el neumococo de la misma firma cuestionada en Panamá.
Por otra parte, para la médica canadiense Ghislaine Lanctot, quien escribió el libro “La mafia médica”, la industria farmacéutica “es el Padrino del sistema sanitario. Es el gran dictador y beneficiario de la enfermedad. Bajo el barniz de la investigación científica y de la sensibilidad humanitaria, siembra la enfermedad por los cuatro puntos cardinales y recoge sus frutos”.

  • Eduardo Ramírez 
  • País
Seguro Social
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