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“Elígelo bien, algún día será tuyo”

En el periódico Al Día del 19 de junio pasado (página 38), a las puertas de la celebración del Día del Padre, aparece un anuncio de la marca comercial Zippo, con la imagen de un bonito encendedor.

En el periódico Al Día del 19 de junio pasado (página 38), a las puertas de la celebración del Día del Padre, aparece un anuncio de la marca comercial Zippo, con la imagen de un bonito encendedor.
El diseño del anuncio es de uno sobriedad muy elegante. Se lee en el borde superior la frase “ELIGELO BIEN, ALGUN DIA SERA TUYO” (incluidas las faltas ortográficas).
Definitivamente, se trata de publicidad dirigida al hijo del siglo XXI, formado por el consumo irrefrenable y el egoísmo que caracteriza a nuestra sociedad moderna. Se trata de un  medio en el que valores como la solidaridad y el amor y respeto hacia los padres han pasado de moda. Por esto, más que una muestra de cariño, un regalo para el padre en su día se convierte en una inversión, en un objeto más que aumentará el caudal de bienes que algún día recibirá el hijo, cuando –por fin- su padre fallezca.
En este nuevo mundo globalizado, en el que podemos estar informados ampliamente de lo que ocurre en el otro lado del planeta; cada vez estamos menos conscientes de lo que ocurre en nuestras familias. Al formar una nueva familia o dejar la casa paterna, se nos hace una tortura la visita obligatoria a nuestros padres, en las celebraciones más comunes (Día del Padre, Día de la Madre, sus cumpleaños y celebración de aniversario de bodas).
Estamos atrapados por el ritmo del mundo moderno, en el que el consumismo no nos permite disfrutar de la simplicidad de una conversación con nuestros padres, frente a una taza de café. Tenemos en la casa infinidad de aparatos que nos roban el tiempo (radios, televisores, computadoras, DVD, LCD, Wii, etc.) y cada vez nos alejamos más de las personas con las que crecimos y con las que aprendimos los valores que hoy rigen nuestras vidas. ¿Será acaso que sus enseñanzas no calaron en nuestro carácter o en nuestros corazones?… ¿será que es más sencillo ignorarlas con la excusa del poco tiempo y el mucho quehacer?
Al fin y al cabo, la publicidad de Zippo no está muy alejada de la verdad, pues lo que elijamos hoy entregar a nuestros seres queridos (amor, tiempo, respeto, compromiso, valores, bondad, etc.), será lo que recojamos en el futuro cercano. Si preferimos dar bienes materiales en lugar de tiempo, probablemente será eso lo que recibamos… o… incluso, ni siquiera eso.

  • Rebeca Ramírez Hernández (Filóloga)
  • Opinión
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