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El representante de las empresas asegura que hay poca eficiencia en los controles estatales sobre el ambiente.
Las múltiples denuncias de ciudadanos e instituciones por problemas de contaminación relacionados con el cultivo de la piña en el país, han convertido a este producto en la “fruta de la discordia”.
Sin embargo, el presidente de la Cámara de Productores y Exportadores de Piña (CANAPEP), Abel Chaves asegura que este sector tiene una alta conciencia ambiental, y que es juzgado más duramente que otros.
Este empresario piñero aseguró a UNIVERSIDAD que existe un manejo “político” de los problemas con las plantaciones, y acusó a las instituciones estatales de no acompañar adecuadamente el crecimiento de esta actividad.
“ESTAMOS COMPROMETIDOS”
Hace poco más de un año, con motivo de la celebración del Día Mundial del Ambiente, el sector piñero presentó ante el gobierno y la prensa sus “Compromisos ambientales” y según Chaves sobre ese decálogo se ha trabajado fuertemente.
“Hemos desarrollado cada uno de los 10 compromisos y los sometimos a conocimiento de las autoridades; ese trabajo se terminó a finales de año. A principios de año, los entregamos al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y hoy los tenemos aprobados y firmados por el titular de esa cartera”, destacó Chaves.
El representante de los piñeros indicó que se está trabajado con el departamento sanitario del MAG, para concretar un programa de certificación que permita revisar el trabajo de campo en las fincas y evitar problemas a la hora de exportar la fruta.
En su opinión, es necesario comprender que la piña no es un cultivo que tenga tantos años como el banano, por lo que puede haber deficiencias en ciertas fincas, pero no se puede generalizar la realidad de más de 1200 productores, ahora esparcidos por todo el país.
El cultivo de esta fruta arrancó en los años 80 con la variedad “Montelirio”, la cual fue luego reemplazada por la “Cayena lisa” y posteriormente la “Champaca”, con la que se abrió el mercado para exportar a Europa. Actualmente la que está en boga es la conocida como “Golden”.
“Esta otra variedad requería de un mayor conocimiento para el manejo de plagas y de malezas y por eso se dio una etapa de aprendizaje que al principio fue muy dura, pues tuvimos pérdida de semilla. Pero al final se superó y empezó Costa Rica a ser exitosa”, afirmó Chaves.
Según los datos de CANAPEP, hay 45.000 hectáreas sembradas con ese producto en todo el territorio, en las que se generan 27.000 empleos directos y cerca de 110.000 indirectos. Ello convierte al país en el primer exportador mundial de la fruta.
PIÑA EN LA MIRA
Para Abel Chaves, la piña se puso en la mira de todos en el 2007, cuando se presentaron los primeros problemas en Siquirres. En ese momento aseguró, el sector no estaba tan preparado como ahora para afrontar el tema ambiental.
La comisión ambiental del sector piñero nació como un grupo de apoyo tras la situación denunciada en Siquirres, y trató de aprovechar la experiencia que en este campo ha adquirido el sector bananero, según explicó: “Creo que todas son etapas para ir mejorando, no todo es perfecto, pero poco a poco hemos hecho conciencia en los productores.
Hemos dicho que no solo podemos enfocarnos en lo económico y social, porque nada ganamos con un proyecto muy rentable o que genere mucho empleo, si por otro lado descuidamos el cuido de los recursos naturales, eso lo tenemos muy claro”, aseguró.
Consultado sobre si hubo un mal manejo del cultivo en la zona de Siquirres, Chaves respondió que lo ocurrido ha tenido un “manejo político” que ha impedido analizar “objetivamente” los hechos.
“Nos reunimos con la comisión ambiental de la Municipalidad de Siquirres y ellos mismos han dejado ver que han actuado muchas veces por presión, inclusive la misma moratoria que ellos tomaron en apoyo al Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica, lo hicieron por presión de la comunidad, porque dijeron que si no lo hacían iban a tener muchos problemas. Entonces ahí se metió la política”, afirmó Chaves.
El productor recalcó que en el caso de Siquirres los niveles de agroquímicos encontrados en el agua son menores a los rangos permitidos en agua de consumo en países como Estados Unidos.
“La misma Ministra de Salud dijo que ella hace dos años no se tomaba ni un vaso de agua, pero que ahora sí lo hacía. Cuando ocurrió el terremoto de Cinchona, mandaron los cisternas de Siquirres para allá y durante tres semanas la gente tuvo que tomar agua del lugar”, expresó.
Chaves aseguró no entender la preocupación de los pobladores de Siquirres, ya que es “imposible” tener agua 100% pura, y que nadie exige que se limpien los ríos del Valle Central, pero sí se alza la voz en otras zonas.
“Esto es un asunto de niveles permitidos. Vea el plomo, es una sustancia cancerígena y está en el agua que tomamos, pero para eso se define una cantidad mínima permitida para que no haya daño a la salud humana”, afirmó.
“SETENA NO NOS ACOMPAÑA” El Presidente de CANAPEP manifestó que se pidió a los productores no aplicar químicos como el bromacil en lugares donde haya cuerpos de agua cercanos y vulnerables, e indicó que han trabajado a la par del Tribunal Ambiental para acatar todas las recomendaciones.
Sin embargo, acusó a la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA) de no acompañar debidamente a los productores, a pesar de que ellos intenten aplicar toda la normativa como es debido.
“Un productor al preparar la siembra llena una fórmula llamada “D1” que es un documento de cumplimiento que uno somete a SETENA, pero a veces tarda 4 y 5 meses en hacer la visita para verificar lo que se puso. Entonces ¿quién va a esperar tanto tiempo teniendo todo listo para producir?”, cuestión Chaves.
Agregó que tras los meses de espera, cuando SETENA llega y ve que ya se ha iniciado el cultivo, envía el caso al Tribunal Ambiental, el cual tiene que actuar.
“Nosotros entendemos al Tribunal Ambiental, ese es su trabajo, pero aquí hay un gran problema institucional, como productores hemos querido someternos a las reglas, pero simplemente así no se puede trabajar”, advirtió.
Respecto de la plaga de moscas que afecta a los ganaderos de las zonas cercanas a las fincas piñeras, Chaves indicó que ya se está trabajando en un programa conjunto con el MAG para controlarla y tratar debidamente los desechos de la piña.
En su criterio no toda la mosca se le debe atribuir al cultivo, pues alrededor del ganado siembre hay moscas, ya sea por la boñiga u otros factores y no siempre se trata de la “mosca de establo”, la cual sí chupa la sangre de los animales.
Aseguró que espera que pase este “mal momento” para la piña, pues al igual que pasó en su momento con el cultivo del banano, esta fruta está hoy en la mira de muchos a la espera de que se cometa cualquier error.
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