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Un reconocido científico con formación artística en sus primeros años universitarios es el nuevo director del Sistema Editorial y de Difusión de la Investigación de la Universidad de Costa Rica (SIEDIN-UCR).
El ecólogo Julián Monge Nájera inició sus funciones el pasado 15 de junio, luego de ocupar durante 25 años el puesto de editor en jefe de la Revista de Biología Tropical de la UCR. Asimismo, anunció su intención de implementar esas nuevas tecnologías en la edición, a partir del uso del software libre.
¿Qué le llevó a proponerse ser director del SIEDIN-UCR?
– Es un desarrollo natural de la carrera que ya he impulsado dentro del sistema editorial. Durante mi periodo como editor de la Revista de Biología Tropical me tocó enfrentar muchos cambios tecnológicos, épocas fáciles y difíciles. Sentí que era un momento adecuado para pensar en algo más grande: en todas las revistas y producción editorial de la Universidad.
¿En qué estado encuentra la Editorial?
– Estoy muy optimista, la encuentro en excelente estado con un personal extraordinario que conoce muy bien sus lectores. Hay que mejorar la comunicación tanto con lectores como con autores; como con los editores y directores de las revistas de la UCR. Es necesario que se conozcan mejor los tiempos de trabajo de la editorial y los parámetros de calidad.
Usted proviene del área científica y técnica, ¿enfatizará más esa línea de trabajo que la producción literaria?
– En la producción de la Editorial predomina la literatura y es muy diferente la distribución de textos académicos a la de las novelas. Es muy conveniente haber tenido una experiencia de vida relacionada en un inicio con las artes y luego con las ciencias, para no aislar ninguno de los dos campos como también sucedió con el director anterior. Estudié pintura cuando joven, y el sueño de mi vida era la ecología. He pasado por muchos campos, incluso en algún momento fui fotógrafo de bodas y graduaciones para ayudarme con los estudios.
No pretendo darle prioridad a ningún campo porque la Universidad es multidisciplinaria y todas las áreas son importantes. Tendré muy marcadas las prioridades en las revistas y vamos a aprovechar el hecho de que ya han comenzado a indexarse en el Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal, conocido como Latindex. Creo que en la UCR hay más revistas indexadas que en el resto de Centroamérica, pero para cumplir con el requisito del Latindex de la publicación en tiempo, quiero definir un calendario de recepción de materiales y de publicación.
Se dice que hay una tendencia en las nuevas generaciones, a leer menos; y se recurre más a formatos digitales como soporte de la información. ¿Está en peligro el ejercicio editorial del libro como producto cultural?
– Para nada. No estoy de acuerdo con la idea de que se lea menos, siento que hoy se lee constantemente. La diferencia radica en que mucho de lo que se lee es producido por el mismo público en Internet. En cuanto a la actividad editorial, se producen y venden más libros que nunca, y no encontramos una crisis notable en la venta de nuestros libros, estamos satisfechos de la salida.
Sin embargo, considero que la Universidad no ha planteado una política clara ante el cambio tecnológico, que sí es muy grande y en el cual se seguirá produciendo el libro tradicional, aunque se distribuirá en medios no tradicionales.
Por ejemplo, el año pasado se vio en Estados Unidos un cambio revolucionario en el tema de distribución, y fue el inesperado éxito del Kindle, de la empresa Amazon; un nuevo libro digital que se carga por teléfono. Probablemente muy rápido se evolucione a abandonar el formato impreso tradicional por un libro digital. Los aparatos de soporte para este formato se agotaron en Estados Unidos en pocos meses y debemos tomar en cuenta que es cuestión de tiempo para que llegue a Costa Rica.
Este es un período muy bonito en el cual tendremos que ponernos muy al día en la parte tecnológica y tengo una visión muy positiva sobre ese salto tecnológico.
¿Qué elementos debe incluir esa política para enfrentar el cambio tecnológico que dice hace falta en la Universidad?
– El elemento central son los parámetros de calidad. En segundo lugar, el uso de software libre, pues no quiero limitar a los lectores a la compra de ciertos productos comerciales cuando existen opciones igual de buenas o mejores que se distribuyen gratuitamente. En tercer lugar, la participación tanto de lectores como de autores, ya que no podemos tomar decisiones encerrados en nuestra propia visión, sin que participen las personas que escriben las obras y quienes las leen. Mi política como director será la apertura para tratar directamente con ellos.
¿Es ese salto tecnológico la gran meta de su gestión?
– Tengo varios objetivos claros. El primero es salir de una presa de cerca de 100 títulos pendientes de impresión. En segundo lugar, resolver algunas necesidades de la Editorial, como en la infraestructura o el hecho de que tenemos vehículos cuyo mantenimiento sale más caro que comprar uno nuevo.
El tercero es la preparación de ese cambio tecnológico. Ese formato mencionado va a revolucionar todo el mercado en los próximos cinco años, pero en Costa Rica noto una gran inercia cultural, seguimos haciendo los libros como cuando no existía el sistema digital y la Internet. La idea no es dejar del todo la tecnología anterior, que tiene más de 2.000 años de funcionar, sino pasar a una mayor variedad de tecnologías que permita producir más y llegar a más lectores con el presupuesto disponible.
Manejamos los formatos de archivos necesarios para entrar en convenios con las empresas que manejan la tecnología, pero falta la plataforma. Creo que a diez años plazo, se habrá dado un salto grande en Costa Rica.
¿Consideraría editar productos bajo una licencia de Creative Commons, que libera la reproducción y distribución?
– Absolutamente, si el autor o autora lo desea así, tiene todo mi apoyo, soy un gran creyente en eso. Por supuesto que busco que se respeten los derechos de autor, aunque también pienso que en aquellos casos donde sea posible distribuir abiertamente los contenidos, hay muchos autores dispuestos a ello. La Editorial puede perfectamente hacer “el sacrificio económico” de poner algunas obras disponibles en esta modalidad.
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