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El tiempo

¿Qué es el tiempo? Si se expresa científicamente, el tiempo es una cantidad física, es algo medible.

¿Qué es el tiempo? Si se expresa científicamente, el tiempo es una cantidad física, es algo medible.
Pero yo me pregunto, qué está siendo el tiempo para cada uno de nosotros y para la sociedad en su conjunto: puede ser el tiempo de la hora de dormir, la hora de despertar un niño, el momento de una despedida temporal y a veces para siempre.
El tiempo es disfrutar de caminar, con la brisa matutina o en una tarde de verano, es sentarse y meditar qué debo decirles a mis hijos, qué debo hacer en mi trabajo.
También puede ser incluir en mi tiempo libre una visita a un ser amado con un pan bajo el brazo y disfrutar de un café.
Pero el tiempo para la sociedad en su conjunto, donde cada uno es parte, parece ser un momento, un todo que se nos está escapando de las manos porque debemos tomar un bus, asistir a una reunión urgente, hacer compras, lavar un carro y muchas más cosas simples y hasta innecesarias o prorrogables, pero se insisten en hacer y colocarles el nombre de necesidad, dependencia o como se quiera.
En estos momentos, el tiempo está atrapando demasiado, se está renunciando a actividades valiosas, porque muchas cosas son urgentes, son vicios digitales, cibernéticos o virtuales, son dos trabajos, claro, incluso parte de la crisis.
Pero seamos conscientes, la virtualidad y las redes de información son muy importantes, pero no pueden sustituir el tomar tiempo y leer un clásico, un libro de cocina o de aventuras. No puede sustituir una tarde de café con alguien que nos importa mucho, ni tampoco puede sustituir una clase magistral, con un experto o intelectual que logra despertar nuestra conciencia, ni tampoco puede sustituir caminar sin prisa.
El intercambio social y cultural está peligrando porque el tiempo se ha utilizado para cosas urgentes que no incluyen familia ni amigos, ni ratos de ocio.
Tratemos de detenernos por un momento y pensemos en todo el tiempo que nos sustraen los medios de comunicación para dictarnos noticias amarillistas, hábitos de consumo, enajenamiento, concursos ridículos y lucha de poderes entre otros. El bombardeo de los medios es atroz, abusivo, contaminante y para colmo…poco científico en su mayoría.
El tiempo va pasando y nos quedamos solo con el presente y con ese presente es que hacemos la historia, ese es el único tiempo que podemos controlar y ofrecerles  a los hijos, amigos, trabajo diversión y otros, el presente. Pero tal parece que nos quieren grabar en nuestras mentes que no hay tiempo para nada y por eso hay cada vez más niños solitarios, jóvenes consumiendo comidas rápidas y todo es rápido, hasta el amor, solo hay tiempo para ver un poco de televisión. 
Ya no hay creatividad para ver e improvisar donde se puede ir a pasar un buen rato, el buen rato ahora parece ser no cocinar e ir a comer afuera y otras actividades tan sutiles como ir a “molear”,  a ver qué tontería se ve: que no se puede comprar o que no hace falta.
Creo que se están acabando los padres que sacan tiempo par ir a un “play”, caminar con sus hijos, elevar un papelote o ir a conocer un lugar y degustar un plato típico en un pueblo, porque no hay tiempo. No descuidemos ese tiempo, porque estamos perdiendo ya nuestra propia identidad.
Y termino con un poema que le dediqué al tiempo. Tiempo: Le he pedido a la vida tiempo. /Tiempo para amar/Tiempo para verte crecer, para verte reír. /Tiempo para conocer tus hijos, mis nietos, nuestra historia. / Tiempo para escribir. / Tiempo para decir te quiero. / Tiempo para ver la lluvia del invierno y sentir los rayos del sol en un ocaso. / Tiempo para sentir una noche fresca y tiempo para leer un poema de Martí.
 

  • Nidia Rivera González (Profesora)
  • Opinión
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