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La frase ¿Será que soy un salvaje y por eso no entiendo al hombre blanco? la tomé de un escrito que se le atribuye a un jefe indio Seatle.
Ese escrito es una carta dirigida al presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, donde envía en 1854 una oferta al Jefe de Seattle (Sioux) de la Tribu Suwamish, para comprarle los territorios del noroeste de los Estados Unidos, los que hoy forman el Estado de Washington.
El jefe indio responde una carta muy bella en la que destaca su visión del medio ambiente. Yo quiero tomar algunas partes de esa carta para llamar la atención sobre lo que nosotros, los seres humanos hemos hecho y estamos haciendo en este planeta y lo que nosotros, los costarricenses – que tanto nos ufanamos de ser un país conservacionista – estamos haciendo en nuestra tierra.
Últimamente miro con mucho pesimismo lo que pasa en el mundo y lo que pasa particularmente en Costa Rica. Pregonamos al mundo que somos un país verde, pero nuestro gobierno declara de interés público la explotación minera de Crucitas. Nos llenamos la boca con el programa “Paz con la Naturaleza” y el gobierno manda un proyecto a la Asamblea legislativa segregando y cambiando de categoría el Parque Nacional Marino Las Baulas. Estamos llenos de contradicciones y creo que priman los intereses de unos pocos, sin mirar que prácticamente no nos queda tiempo para rectificar el daño que le hemos hecho al planeta.
El jefe indio decía en su escrito: “Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el ciervo, el caballo, el gran águila, son nuestros hermanos… ¿Que resta de la vida si un hombre no puede oír el llorar solitario de un ave o el croar nocturno de las ranas alrededor de un lago?. Yo soy un hombre piel roja y no comprendo. El indio prefiere el suave murmullo del viento encrespando la superficie del lago, y el propio viento, limpio por una lluvia diurna o perfumado por los pinos. El aire es de mucho valor para el hombre piel roja, pues todas las cosas comparten el mismo aire -el animal, el árbol, el hombre – todos comparten el mismo soplo. Parece que el hombre blanco no siente el aire que respira. Como una persona agonizante, es insensible al mal olor.” ¡Cuánta sabiduría en este párrafo! Si somos parte de la tierra, pero parece que la mayoría de los seres humanos no lo entienden y viven como si fueran las únicas criaturas en el mundo.
También agrega en su carta: “Soy un hombre salvaje y no comprendo ninguna otra forma de actuar. Vi un millar de búfalos pudriéndose en la planicie, abandonados por el hombre blanco que los abatió desde un tren al pasar. Yo soy un hombre salvaje y no comprendo cómo es que el caballo humeante de fierro puede ser más importante que el búfalo, que nosotros sacrificamos solamente para sobrevivir. ¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales se fuesen, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu, pues lo que ocurra con los animales, en breve ocurrirá a los hombres. Hay una unión en todo”.
Y yo me pregunto: ¿Qué diferencia tenemos nosotros, los costarricenses, cuando preferimos el desarrollo salvaje de infraestructura para traer turismo, a la conservación de recursos como el bosque que protegen nuestras fuentes de agua?. O cuando permitimos la siembra masiva de cultivos como la piña, que sabemos que contamina nuestros acuíferos y que por eso estamos mas expuestos a padecer enfermedades como cáncer.
Y continúa: “¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales se fuesen, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu, pues lo que ocurra con los animales, en breve ocurrirá a los hombres. Hay una unión en todo… Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre; es el hombre el que pertenece a la tierra. Esto es lo que sabemos: todas las cosas están relacionadas como la sangre que une una familia. Hay una unión en todo. Lo que ocurra con la tierra recaerá sobre los hijos de la tierra. El hombre no tejió el tejido de la vida; él es simplemente uno de sus hilos. Todo lo que hiciere al tejido, lo hará a sí mismo”. Por favor piense en lo que dice este indígena norteamericano y póngalo en el contexto de su vida.
A veces me pregunto si yo soy “un salvaje y no entiendo al hombre blanco”, porque veo como seguimos el camino de la autodestrucción. Como ser humano y como un profesional que ha invertido 20 años de su vida en el campo de la investigación de la vida silvestre, veo cada día el deterioro de la vida silvestre en nuestro país; el deterioro de los ríos, de los lagos, y de todos los recursos de los cuales dependemos y dependerán las generaciones futuras. No somos organismos aislados, debemos cuidar por los organismos que están a nuestro alrededor, pues de eso depende nuestra vida, la vida de nuestros hijos y las de todas las generaciones futuras.
Debemos ser consecuentes con lo que predicamos como país. Sí son necesarios el desarrollo, la generación de empleo y de bienestar para la mayoría de la gente. Sin embargo, estas metas no deben ser alcanzadas pasando por encima de los recursos naturales, que al final, son los que determinaran la calidad de vida en este país y el planeta entero.
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