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Lisbeth Quesada, Defensora de los Habitantes: “Próximo defensor debe tener independencia política”

La Defensora de los Habitantes, Lisbeth Quesada, evalúa los logros y los obstáculos durante su mandato y el perfil de la persona que la sustituya.

La Defensora de los Habitantes, Lisbeth Quesada, evalúa los logros y los obstáculos durante su mandato y el perfil de la persona que la sustituya.
Sus palabras provocaban eco en la sala donde se encontraba, así como sucedía cuando era criticada por la intervención de la Defensoría de los Habitantes en asuntos políticos, como el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (TLC).
Su seguridad se manifestaba con las respuestas a las interrogantes que se le realizaban. Luego de cuatro años en el cargo de Defensora, Lisbeth Quesada Tristán, quien inició su periodo en el 2005 y lo finaliza este año, comentó en una entrevista a UNIVERSIDAD los puntos más altos, así como los más delicados de su administración, y su posición respecto al cumplimiento de los derechos humanos en el país.
En su último informe anual de labores, usted menciona que no llegó por casualidad a la Defensoría de los Habitantes, ¿Cuáles fueron esos logros principales, por los que usted diría que efectivamente no llegó por casualidad?
– Cuando yo digo que no fue por casualidad que llegué a la Defensoría, veo un orden, una serie de cosas que se dan. Ofrecí mi nombre y me tocó vivir un periodo muy importante en la historia de Costa Rica, que fue el Tratado de Libre Comercio.
La Asamblea Legislativa siempre le pregunta la opinión a la Defensoría de los Habitantes sobre una buena cantidad de proyectos. Nos consultaron el TLC, y es cuando yo digo de alguna manera que no fue por casualidad, en este momento histórico se requería una Defensoría con independencia de criterio, que realmente se uniera a su control de legalidad y que dijera lo que tenía que decir, lo técnico. Si se revisa el informe, no es político, es técnico, tomamos la Constitución y el Tratado, y vemos una gran cantidad de aristas y roces, y sobre eso nos pronunciamos. En nuestro informe nunca dijimos “sí, vótenlo, no, no lo voten”, sino “encontramos esto”.
En ese caso, ¿en qué afectó, positiva o negativamente, el hecho de que la Defensoría haya tenido un pronunciamiento sobre este tema?
-No nos pronunciamos en contra ni a favor, el informe no dice “estamos en contra del tratado” ni “estamos a favor”. Es un criterio técnico donde decimos “encontramos esto”, “aquí hay un posible roce con la Constitución”. Fuimos señalando una gran cantidad de cosas dentro de un marco de derechos humanos.
Pero igualmente señala en el documento que el balance para Costa Rica es negativo, y que el tratado “no tiene alma”.
Es muy difícil en algo como el TLC, que llegó a dividir a la sociedad costarricense, quedarle bien a todo el mundo, es imposible, y menos si se decide respetar el criterio técnico.
Nosotros no aceptamos en ningún momento ir a una discusión, un foro, ir a pelear. Cuando fuimos, no fue a un foro de discusión sino a exponer qué decía el informe. Es imposible quedarle bien a todo el mundo, no es real ni posible; y es una situación donde uno asume posiciones. Entonces, una de las consecuencias importantes que tuvo el haber apoyado ese informe técnico, fue el aislamiento de algunos medios. Hubo un momento en que muchos se retiraron.
¿Cuáles medios?
-Específicamente yo podría decir que fue el Grupo Nación.
¿Cómo se dio ese aislamiento?
-Hubo un cuestionamiento a nuestra legalidad, a nuestra capacidad de externar criterio y a la legitimidad de la institución. Se cuestionó en algún momento, “quiénes son ustedes para pronunciarse sobre el TLC”. Eso de alguna manera cuestiona la institución, el trabajo, y el ejercicio de esa magistratura de influencia que debe hacerse en defensa de los derechos humanos. Creo que desde ese punto de vista se golpeó a la institución, dentro de la visión de un grupo de personas. Dentro de otro grupo de personas, dijeron que fue un informe concienzudo, respetable y de ponerle atención.
¿Cómo lo combatió?
– Con trabajo, con transparencia, con rendición de cuentas, no “dándole bola”. La Defensoría siguió trabajando y pronunciándose ante las críticas que nos hicieron, las veces que se tuvieron que responder, se respondieron.Muchas de ellas (las críticas) llegaron no tanto en el sentido del pronunciamiento nuestro, sino más bien en otras cosas, como por qué la defensora se monta en un avión y sale tantas veces del país. Me cuentan las veces que salgo, que salí más que el presidente, hasta mis vacaciones fueron tomadas en cuenta en esa lista.
¿Alguna vez recibieron presiones durante su administración?
Las presiones en una sociedad se dan, los sectores presionan dependiendo de dónde y que interés tengan que proteger. Ese aislamiento y cuestionamiento al trabajo de la Defensoría en general, y un poco la orientación que tuvieron algunos ataques personales, iban como una “pasadita de factura”, por la posición independiente técnica que había tenido la Defensoría, y en este caso en mi persona.
¿Cómo ha visto el trabajo de otras instituciones como el Ministerios Público, el Ministerio de Seguridad o la Contraloría General de la República?
– Esos son órganos que dan asistencia, están hartamente limitados y sobrecargados. Falta educación en derechos humanos y poder visualizar a las víctimas como parte de todo el proceso.Hemos criticado que en muchas ocasiones la distribución y la presencia de otras instituciones como la Fuerza Pública no está donde debería estar, los policías están guardaditos cuando en realidad deberían estar en otros lugares con temas muy específicos.
¿Qué le falta a Costa Rica para lograr el respeto total de los derechos humanos?
– Carencias siempre van a existir. De una u otra forma, los derechos humanos se violan y el principal violador es el Estado.Pero ese no es el problema. A pesar de que tenemos presupuestos reducidos, lo que sí debería existir es una voluntad política por mejorar constantemente, por trabajar siempre dentro del marco de los derechos humanos, y ahí es donde se siente que esa política no se está dando.Por eso se nos ve en muchas ocasiones con tanto recelo, porque nuestro trabajo es fiscalizar. Sí falta un encuadre más grande y consolidado de defensa de los derechos humanos por parte del Estado, y que de acuerdo con los recursos que va teniendo, vaya focalizando y priorizando una serie de áreas. El doble discurso del Gobierno es generalizado, lo vemos en el ambiente muy claramente, es indefendible, y en vivienda, no se cumplió con lo que se había planteado, y se arreglaron un poquito las cosas, para poder decir que se está cumpliendo. Es un doble discurso porque vemos un montón de situaciones de corrupción dentro del Gobierno y por muchos ratos nos traían a escándalo por semana.
Según su experiencia como Defensora, ¿cómo debería actuar el nuevo Gobierno a favor de estas garantías?
– No puedo dejar de ver que el gobierno que venga, sea quien sea, no trabaje dentro de un marco de los derechos humanos y de una distribución de la riqueza lo mejor posible, de un acceso equitativo a la educación, salud y servicios.Si un gobierno próximo enfocara sus baterías en términos de vivienda en las zonas más abandonadas, como la frontera sur, norte y las reservas indígenas, los índices de vivienda se irían hacia arriba. Es importante que exista una relación clara entre lo que se habla y lo que se actúa, hablar y actuar tiene que estar en sintonía, ser consecuentes.
¿Qué características debe tener la persona que ocupe el cargo de Defensor o Defensora de los Habitantes?
Debería respetarse la alternabilidad que se ha dado, pensando en las mujeres. Yo estoy saliendo en este momento, quien debería llegar es un hombre. Si eso se rompe, posteriormente van a decir que un hombre vaya por 3, 4 o 5 periodos, porque ya se rompió. Es un acuerdo tácito en áreas de transparencia y acceso de las mujeres y los hombres equitativamente a estar dentro del Gobierno. Por otro lado, considero que la persona que llegue, tenga algún grado de experiencia en el trabajo de la defensa de los derechos humanos, que sea una de sus cartas de presentación. También que sea bien independiente, que no venga de recién formados o salidos partidos políticos. La institución debe preservar su independencia de criterio y funcionalidad. Si viene una persona como parte del botín político de la repartición de las instituciones, vamos a amarrar el accionar de la defensoría y no la vamos a dejar pronunciarse como debe de ser. Que la persona que venga diga las cosas sin miedos, abierta y francamente, que entienda que talvez entra con muchos amigos y va a salir con muchos enemigos. Si viene de “compadre hablado”, amarrado, eso es cerrarle la boca a la futura defensora o defensor, y matar la credibilidad de la democracia de las instituciones.
¿Ha ganado muchos enemigos?
– Muchos enemigos, están en todo lado. Pero también me llevo el profundo cariño y agradecimiento de una gran cantidad de habitantes que se han visto beneficiados con nuestras acciones.
¿Qué nombres ha podido escuchar como posibles candidatos o candidatas al puesto?
– Los mismos que se han escuchado en la prensa nacional, no tengo otros nombres. Se habló de Andrea Morales, Ana Helena Chacón, Ofelia Taitelbaum, no he oído de ningún hombre.
Estos tres nombres son de integrantes activas de la política, ¿estaría en desacuerdo con que se postulen?
– Absolutamente podría afectar. No estoy en desacuerdo con ellas como personas, son intachables y no tengo nada que decir. Lo que sí me molesta es que no exista un periodo entre su terminación de trabajo como diputadas y la posible entrada a un puesto de defensora o defensor, que requiere independencia.
¿Cómo hacer para que la Defensoría sea una entidad con mayor injerencia y preocupación por los problemas nacionales?
– La preocupación por los problemas nacionales es nuestro diario vivir, nunca la vamos a abandonar. Podrían darnos mayor presupuesto para llegar a una mayor cantidad de personas y educar más en derechos humanos. Hay un proyecto en la Asamblea Legislativa para darle mayor rango constitucional, un fuero de protección para el Defensor o Defensora, como tienen los diputados y diputadas, para poder denunciar y controlar, y que las resoluciones fueran de acatamiento obligatorio, así podríamos tener un impacto más importante, sin convertirnos en jueces.

Lisbeth Quesada Tristán, Defensora de los Habitantes saliente.
-Profesión: Doctora en Medicina y Cirugía.
– Magister en Cuidados Paliativos.
Bachiller en Artes Dramáticas.
-Ha formado parte de instituciones como la Caja Costarricense del Seguro Social, Instituto Latinoamericano de Prevención y Educación en Salud, Junta Directiva de la Asociación Latinoamericana de Cuidados Paliativos y la Asamblea General del Instituto Costarricense Contra el cáncer infantil.
-Fue directora del Albergue San Gabriel, primer centro de este tipo enfocado en el cuidado paliativo pediátrico en América Latina.

Cumplimiento de derechos
Extractos del Cuarto Observatorio de Derechos Humanos en Costa Rica. La seguridad humana: una apuesta por la dignidad. Informe Anual de Labores de la Defensoría de los Habitantes, 2008-2009.
 “He aprendido mucho sobre el doble discurso de la clase gobernante en la Costa Rica de los últimos 39 años. Protegemos el ambiente, nos vendemos al exterior como un paraíso ambiental, creamos toda una legislación ambiental, que deslumbra y, sin embargo, es el Estado el principal violador de esa legislación, ya sea desde el gobierno central, o desde lasMunicipalidades”.
“Un sistema político cuyo marco de trabajo no son los derechos humanos está lejos de ser justo, equitativo y no discriminante”.
“Entre más intolerante y dogmática sea una persona, más insegura es, más amenazada se siente, y menos convencida está de esa realidad, que tanto defiende. Esa defensa de la fidelidad a su propia versión de la realidad, a ultranza, sólo refleja el profundo miedo en el que vive”
“Me ha tocado como jerarca vivir junto con la institución y las y los habitantes, una de las pruebas más duras para la Defensoría: El Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y República Dominicana, conocido como el TLC. El país dividido, las familias divididas, las presiones en su máximo”.
“Algunas aristas de la seguridad humana se encuentran en una situación de vulnerabilidad y si se quiere garantizarla, debe primero pensarse y adoptarse un modelo de desarrollo que proponga la construcción de la paz social, la cual depende, no sólo de la ausencia de violencia directa, sino también de la ausencia de violencia indirecta o violencia estructural”.
 

Amparo a la sociedad
Lisbeth Quesada comentó otras metas logradas en la Defensoría de los Habitantes:
* Lucha para que las personas adultas mayores puedan viajar en los buses gratis, sin necesidad de presentar tiquetes.
* Creación del área de laborales, para responder a denuncias de trabajadores.
* Resolución de varios casos en el área migratoria, donde se violentaban los derechos humanos: extranjeros detenidos en aeropuerto (adulta mayor de Hong Kong que estuvo 10 días y José Ángel Roque, cubano detenido por casi dos meses); y Chere Lyn Tomayco y Nicole Kater (estadounidenses que huían de violencia doméstica).
* Organizar una comisión para ayudar a reducir los niveles de contaminación en la zona de Jacó.
* Interposición de acciones contra la tala de bosque primario en la Península de Osa.
* Denuncia de irregularidades en la construcción de proyectos estatales como acueducto de Sardinal.
* Intervención para que RACSA bajara las tarifas de Internet y que el ICE suspendiera el alza en el servicio telefónico.
* Apoyo a la compra de la vacuna neumococo con el Ministerio de Salud, para hacer medicina preventiva para toda la familia.
* Presencia en audiencias públicas de la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos, para la discusión de alzas en los servicios básicos como buses, combustibles, alcantarillado, telefonía y electricidad, de Heredia, San José, Guanacaste, Limón, Alajuela.

 

  • Nathalia Rojas Zúñiga 
  • País
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