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Esta es una fotografía del Hotel Riu, un megaproyecto turístico que se construye con capital español, está ubicado en playa Matapalo de Sardinal.
La poca capacidad de la cámara con que fue hecho el retrato no permite captar la extensión completa de la obra, la cual cubre varias hectáreas de terreno que incluye cabinas y amplios espacios de recreación como piscinas y canchas de golf, entre otros.
Esta insólita obra de infraestructura reposa imponente al pie de una columna montañosa que aún puede considerarse un reservorio importante de bosque, en esta zona donde el “desarrollo” turístico ha venido devorando de forma compulsiva el patrimonio natural. Hasta el inicio de la construcción de este megahotel la playa Matapalo era considerada por los vecinos del lugar como una playa oculta que servía de sitio de esparcimiento a los lugareños y a algunos otros, y otras que toparon con la suerte de descubrir esta playa refugiada en soledades.Como se puede apreciar en algunas fotografías, Riu se asoma en un primer plano escondiendo las montañas, su diseño y su color contrasta con el ambiente natural que lo rodea. El propósito con el que fue construido no contenía la intensión de mimetizarlo con el bosque, el mar y las montañas. Por el contrario, deja explícita la idea de diferenciarlo para subordinar al escenario natural, de modo que le sirva de accesorio, como se luce la bisutería en una situación de modelaje. El significado que subyace a su diseño supone la sumisión del orden natural a una supuesta magnificencia de la creación industrial. Deviene de esto una concepción de naturaleza cuya función se reduce a satisfacer las necesidades de la actividad humana. Es decir, no tiene valor en sí misma, vista de este modo la naturaleza constituye una bodega de recursos los cuales se administran siguiendo la lógica de las actividades económicamente productivas. Riu, no solo invisibiliza el valor de la naturaleza, también desdibuja los sujetos y oculta las comunidades: Matapalo pasará en algún momento a ser conocida como la playa donde está instalado el hotel Riu y el valor que esta pueda tener será una atribución de este megaproyecto. En cuanto a los habitantes nativos, en el mejor de los casos se convertirán en un recurso más que la infraestructura necesita para perpetuarse, o en su defecto, personas que habitan en un sitio donde se ha perdido el sentido de lo comunitario como expresión de la riqueza cultural autóctona. Para Riu eso no es todo, posee la capacidad de excluir, discriminar y separar a las personas usando como medida inevitable el criterio económico. Con ello legitima y descalifica imaginarios sugiriendo estilos de vida, aunque sean estos muchas veces inalcanzables. Riu de algún modo puede orientar o controlar diversas formas de actividad humana. Por eso Riu es un fetiche, es decir como tal tiene vida propial, como lo advirtió una vez F.Hinkelamert en “Las Armas Ideológicas de la Muerte”. Su razón de existir es como siervo del capital, a este debe su vida. Pero esta forma de vida no es compatible con las formas conocidas, para prevalecer debe anular la vida tal cual la conocemos, por eso Riu acabó con humedales, mientras crece arranca porciones de laderas para transformarlas en caminos, tampoco le importa delimitar la “capacidad de carga” de la zona, ni cuidar los ecosistemas. Riu consume cantidades enormes de agua y energía que atrae junto con la amenaza de la escasez. Aún así su conclusión está próxima como presagio de un testimonio más de la tragedia que está haciendo sucumbir a Guanacaste.2-Set-09
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