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Solo con un milagro la Selección tica podría derrotar a Estados Unidos y clasificar.
Se nos escapó la clasificación al Mundial de Fútbol en Sudáfrica 2010, como agua entre los dedos.
Después de liderar la primera vuelta de la hexagonal de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Fútbol (CONCACAF), la segunda etapa se convirtió en catastrófica y con tres derrotas consecutivas, Costa Rica pasó del primero, al cuarto lugar.
De acuerdo con el calendario que resta, dos partidos para cada seleccionado, todo está puesto para que la Selección Nacional se juegue el viaje al Mundial, enfrentando al quinto lugar de Suramérica, en un “repechaje” de dos juegos, ida y vuelta.
Hoy, el propietario de ese quinto puesto, es la otrora potencia futbolística mundial, Argentina, que vive sus horas más amargas de la mano de su dios de papel, Diego Armando Maradona.
Cambiar los tres partidos de trámite que cumplió Costa Rica en los Mundiales 2002 en Corea y Japón y 2006 en Alemania, y que seguramente se repetirían en el continente africano, por un par de juegos contra los argentinos repletos de estrellas, no suena nada mal al gusto de los fanáticos costarricenses. Así verían no solo a Maradona sufrir desde el banquillo del entrenador, sino a figuras de renombre universal, como Messí, Zanetti, Verón, Palermo, Agüero y quizá Riquelme, pedido a gritos por los aficionados argentinos, a precios de eliminatoria, una presentación imposible de firmar si no es en instancias como estas.
La Selección Nacional está contra las cuerdas: debe derrotar a Trinidad y Tobago en el Saprissa y a Estados Unidos en Washington y esperar que Honduras deje dos puntos en sus partidos contra los mismos estadounidenses en Tegucigalpa y ante El Salvador en El Cuscatlán, para amarrar la tercera posición que da el boleto directo a la cita futbolera universal.
La bronca es que fue en 1985, hace casi un cuarto de siglo, cuando Costa Rica logró derrotar a los Estados Unidos en su patio y no se vislumbra ninguna fórmula que pueda revertir la situación.
Desde esa fecha, la tricolor es fácil presa de los anfitriones que nos derrotan con la misma facilidad con que los ticos los hunden en la cueva del Ricardo Saprissa.
Ahora, en caso de incendio y de que se ratifique la eliminación del pasaje directo a Sudáfrica, podría darse también la situación de que no sean los argentinos los rivales del “repechaje”, sino Colombia, Venezuela, Uruguay y Ecuador, cuatro selecciones que están separados entre sí por dos y un punto, aritmética que va a variar, una vez cada equipo cumpla con sus dos partidos que les restan.
Específicamente, Argentina recibe a Perú, último lugar de la clasificación suramericana y cierra en El Centenario contra Uruguay, de manera que a nadie le podría extrañar si los discípulos del Diego se reactivan y cosechan los seis puntos, que los ahuyentarían de su eventual visita a nuestro país.Entonces, los ticos podemos quedarnos sin santo y sin limosna: eliminados de la hexagonal y sin la visita de los argentinos.
SUBIDOS AL TOBOGÁN
Los toboganes son atractivos pero causan temor; quienes se trepan a ellos suben las gradas con dificultad y emoción; en la cúspide se preparan y se lanzan; se dejan ir.
La primera pendiente provoca un vacío en el estómago imposible de olvidar; todos gritamos mientras las mariposas revolotean en nuestro cuerpo interior.
Enseguida viene el deslizamiento incontrolable y sin freno hasta el final; esto hasta pegar con cerca, una vez que las nalgas abandonan la plataforma.
En la cima del tobogán, con cuatro victorias en cinco partidos; con doce unidades y como líderes de la hexagonal, la Selección Nacional se dejó ir por la pendiente y apenas en el primer declive, Honduras los meneó, los mareó y los goleó, un 4-0 contundente, que empujó a los pupilos de Rodrigo Kenton al despeñadero.
En ruta al final del aparato, no hubo frenos ni contrapesos y el equipo rodó sin control, catapultado a un precipicio sin fondo gracias a un par de nuevas derrotas ante México y El Salvador.
Fue así que nos pusimos de cara al “repechaje”.Fue así que se nos esfumó Sudáfrica y se nos aproximó Suramérica.
“¡PERRAS, PERRAS, PERRAS, PERRAS!”
Así le gritaban los fanáticos a cuatro futbolistas del campeón nacional Libería Mía, también integrantes de la Selección Nacional.
Furiosos porque los monarcas desaprovecharon una ventaja de 3-0 en el partido de ida en la pampa y fueron borrados con un 6-0 en San Pedro Sula por el Real España, la barra brava despedazó a Hárold Wallace, Freddy Fernández, Michael Umaña y Esteban Sirias, cuatro baluartes de la tricolor en esa primera vuelta de ensueño; de pronto inútiles e incapaces de jugar bien al fútbol, contra unos hondureños que pocos días después de ese 6-0, se uniformarían de seleccionados para enfrentar en ese mismo escenario a los ticos.
¿Cómo harán estos cuatro muchachos tan malos para el fútbol, para frenar a Pavón y compañía, sus verdugos con el Real España?
Y de verdad que no pudieron frenarlos: Honduras 4 Costa Rica 0 y ahí empezó a construirse el drama de negativismo y destrucción, apoyado desde luego por un fuerte sector de la prensa deportiva que se comportó en forma idéntica a la de los fanáticos liberianos y quebró la de por sí frágil mente de nuestros jugadores y cuerpo técnico.
Por eso y muchas cosas más, como canta Luis Aguilé su canción de Navidad, estamos como estamos.
¡CONTRA LA PARED!
Saque la calculadora: Costa Rica botó a la basura nueve puntos; se estancó en doce y podría ganar seis.
Dieciocho puntos es una cantidad que depende de las combinaciones de resultados, y que podrían guiar a la Selección directamente al Mundial.
El primer paso no se ve tan complicado.Hay que derrotar a los trinitarios, ya eliminados totalmente de posibilidades; ahora, jugando como estamos jugando, no les ganamos acá tampoco.
Y es factible, no sería una sorpresa, que Estados Unidos, líder de la hexagonal, siempre práctico, directo, efectivo, le saque algo a los catrachos en su patio.
Si Honduras empata y Costa Rica gana en la penúltima fecha, atrapamos el tercer lugar a una jornada para que concluya la hexagonal. Estaríamos a 90 minutos de Sudáfrica.
Se ocupa un milagro en Washington.En busca de lograrlo y al cierre de edición, se da por un hecho de que no será con Rodrigo Kenton como director técnico del seleccionado, que los federativos irán a buscarlo.
La cabeza de Kenton iba a ser decapitada el lunes anterior.
¿Cuándo funcionará la guillotina?
Ustedes ya tienen la respuesta.
16-set-09
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