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Cuando aquel gigante llegó al país de los enanos, venía tan agotado y enfermo que se acostó sobre el verde follaje de un bosque dejando sus pies en la playa y su cabeza sobre una loma.
El pesado cuerpo activó las esencias anestésicas de las plantas de manera tal que se durmió por varias semanas, emitiendo ronquidos volcánicos.
Los enanos conocedores de los efectos de estas plantas pronto rodearon el cuerpo, caminaron sobre sus piernas, brazos, estómago pectorales, respetando la cabeza que a veces movía, poniendo en peligro la vida de algún escalador.
Ego, que tenía gran riqueza y poder, se reunió con un grupo de sabios: abogados, economistas, filósofos, politólogos, pastores, sacerdotes y la bruja más famosa.Emocionado por la grandeza y obsesionado por dejar de ser tan diminuto, les preguntó:¿Qué debo hacer para lograr estas dimensiones?, señalando con su diminuto índice el horizonte ocupado por el gigante.
Los sabios le aconsejaron ir a las mejores universidades y obtener maestrías y doctorados.
Pero la bruja más sabia y astuta, le dijo:
Unas consultas y concesiones privadas en mi humilde recinto, le darán las dimensiones que usted aspira a tener.
Ego, que ya lucía de sobra títulos, optó por iniciar el tratamiento con la bruja. La hábil curandera le aplicó unas graduaciones en sus zapatos, tipo zancos, le coló un traje con unas manos postizas que Ego manejaba con las suyas.
En cada sesión ante al espejo de aumento, la sonrisa del paciente afirmaba el éxito económico de la bruja y de los sabios cómplices.
Los periódicos, radio, televisión hacían elogios de las transformaciones y progreso, nunca antes vistos.
La fama de Ego se hizo internacional y tuvo que crear un sistema privado de protección de los alimentos, aguas benditas, brebajes y pastillas que eran parte del tratamiento.Cuando le preguntaban sobre esos secretos, afirmaba:
Estoy escribiendo un libro que va a producir millones de dólares, en él indicaré los procesos de mi transformación; por ahora debo cuidar mi secreto que me está costando mucho dinero.
Pronto la realidad se hizo evidente, las drogas le fueron dañando, cuerpo y mente, no tenía fuerzas para usar los zancos, su rostro pálido se pobló de arrugas y ante los embargos de sus propiedades, todas endeudadas, le vino una crisis nerviosa que fue desesperante, cuando constató que los acreedores talaban sus bosques, vendían sus aguas, llenaban de plaguicidas los suelos, levantaban hoteles y marinas en sus playas e islas.
Ego arruinado y enfermo decidió suicidarse y al tomar el arma en sus manos, un paro cardiaco le robó la existencia.
Lo que nunca supo Ego es que aquel gigante era uno de los últimos sobrevivientes de un gigantesco país que desapareció ante los cataclismos naturales y las más cruentas guerras civiles que nunca antes vivió la humanidad.
Desgraciadamente el gigante venía contaminado y al morir fue imposible darle sepultura y al descomponerse produjo un daño radioactivo en la mayor parte del país que nunca más pudo recuperar la pureza de su aire, aguas, suelos, playas, ríos y mares.Los extranjeros dueños de propiedades de Ego formaron sociedades anónimas con los sabios y las brujas. Ellos tomaron el poder y fueron privatizando las instituciones que por siglos habían construido los viejos enanos.
La paz, tranquilidad y seguridad ciudadana que se vivía antes de la llegada del gigante, se fue perdiendo porque aparecieron muchos Egos que unidos a sabios y brujas continuaron emulando las políticas del país destruido.
Además los vecinos enanitos del norte y del sur descubrieron que aquellas plantas anestésicas y alucinógenas tenían un gran valor económico y vinieron para explotar esas riquezas y aquí se quedaron.
El pequeño país de los enanos se transformó en uno de los peores sitios del planeta, plagado de contaminación ambiental y humana, donde los Egos, sabios y brujas son los que mandan.
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