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Obama busca nueva estrategia, tras ocho años de guerra en Afganistán

En Estados Unidos se dice que Obama fue arrastrado a la guerra afgana por el secretario de Defensa de Bush que continúa en el cargo.

En Estados Unidos se dice que Obama fue arrastrado a la guerra afgana por el secretario de Defensa de Bush que continúa en el cargo.
El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, enfrenta renovados desafíos en Afganistán, cuando la guerra está a punto de cumplir ocho años, sin que se vislumbre una salida al conflicto.
El comandante de las tropas estadounidenses y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán, el general Stanley McChrystal, desató una polémica al reiterar públicamente la semana pasada, su pedido de otros 40 mil soldados, que se sumarían a los casi cien mil a su disposición, para hacer frente a la creciente resistencia del Talibán.
En septiembre pasado, la BBC de Londres hablaba de un “informe confidencial” de McChrystal, en el que advertía de un posible fracaso militar si no se aumentaba urgentemente el número de soldados y la estrategia empleada hasta ahora para combatir a los rebeldes.
La semana pasada el general reiteró en un discurso pronunciado en Londres, que cualquier estrategia para derrotar a los talibanes que no considerara el incremento de tropas solicitado, sería “miope e ineficaz”.
La propuesta, pero, sobre todo, la forma pública en que la hizo, provocó molestias en Washington, precisamente cuando Obama analiza con sus asesores políticos y militares un cambio de estrategia en Afganistán.
El senador demócrata Jim Webb, miembro del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, criticó los comentarios de McChrystal. Sus recomendaciones, afirmó, “son sólo una de las piezas en el proceso de deliberaciones y creo que el general tiene que demostrar claramente que entiende eso».
El Secretario de Defensa, Robert Gates, un funcionario que ya ocupaba el cargo durante la anterior administración de George Bush, pareció respaldar la opinión de McChrystal, al afirmar que los talibanes estaban venciendo a Estados Unidos y sus aliados porque no fueron capaces de enviar a tiempo “tropas suficientes”, mientras los combates se intensificaban en el país ocupado.
CAMBIO DE ESTRATEGIA
La semana pasada, en uno de los peores días vividos por el ejército norteamericano en los ocho años de guerra, murieron ocho soldados y unos cien rebeldes, de acuerdo con la información militar.
Los rebeldes atacaron de madrugada un puesto de avanzada del ejército estadounidense en la provincia de Nuristan, al este del país, que se prolongó durante todo el día.El ataque puso en el tapete una renovada discusión sobre la estrategia en esa guerra: enviar tropas a las áreas rurales o concentrarlas en la defensa de ciudades y pueblos.
McChrystal quiere que la actividad antiguerrillera se concentre en las áreas urbanas, pero eso permitiría que los talibanes extendieran nuevamente su influencia en todo el territorio, según diversos analistas.
Según el Consejo Internacional sobre la Seguridad y el Desarrollo (ICOS) los talibanes tienen una “presencia permanente» en 80% del territorio afgano, incluyendo a los suburbios de la ciudad de Kandahar, en el sur, considerada su hogar espiritual.
Harun Mir, director del Centro para la Investigación y los Estudios Políticos de Afganistán, estimó que sería un «error» abandonar las zonas rurales, ya que la mayor parte de los afganos vive ahí.
En realidad, el Talibán ya ha venido extendiendo su influencia a zonas de las que había sido expulsado en el 2001.
La capacidad de los talibanes de desplazarse libremente en las áreas rurales de Afganistán es considerada uno de los secretos de su éxito por los expertos.
Este dilema «rural versus urbano» ha sido una cuestión clave para la OTAN en Afganistán, dijo a la prensa un oficial de contacto de la Fuerza para la Asistencia a la Seguridad (ISAF), que solicitó el anonimato.
Para decidir cuál será el rumbo a seguir, el presidente Obama ha iniciado una serie de consultas, que podrían durar varias semanas. Entre las alternativas estará también la de limitar la misión de las tropas en Afganistán, concentrándose en atacar las células terroristas de Al Qaeda, como propone el vicepresidente Joe Biden.
En todo caso, afirmó el Secretario de Defensa, la retirada no es una opción. «No vamos a salir de Afganistán. Este debate se acerca de los próximos pasos que daremos y el presidente tiene que tomar algunas decisiones trascendentales», afirmó.
¿GUERRA PERDIDA?
A los rusos les tomó diez años darse cuenta de que no podían ganar la guerra en Afganistán, antes de retirarse.
El periodista británico Robert Fisk, uno de los que mejor conoce la zona, afirmó recientemente que “en Estados Unidos existe una creciente sospecha de que Obama fue arrastrado a las profundidades de la guerra afgana por Robert Gates, el secretario de Defensa de Bush que aún continúa en el cargo y por el siempre alabado por la prensa general David Petraeus, cuyos pedidos de aumentos de efectivos militares no parecen estar teniendo el mismo éxito que en la guerra de Irak”.
Con razón, agregó, “Osama bin Laden decidió dirigirse “al pueblo estadounidense” en estos días. “Están peleando una guerra desesperada y perdida”, dijo bin Laden en su grabación por el octavo aniversario del 11 de septiembre”.
Citando un informe canadiense sobre la situación en Afganistán, Fisk destacaba que los afganos están “menos satisfechos con los niveles de educación y de empleo, debido a que hay poca o ninguna seguridad. Canadá se está concentrando ahora sólo en la seguridad de la ciudad de Kandahar, abandonando cualquier intento serio de controlar la provincia entera”.
Otros de los problemas en el país son la corrupción y el abuso de poder, dos prácticas que le dan a los afganos pocas razones para apoyar al gobierno.
“Yo estuve en Kandahar en el período de Navidad y en los hospitales traían a muchos niños famélicos porque no había alimentos en los pueblos y el hospital tenía una incubadora para tres criaturas prematuras”, dice Fisk.
“Esto fue siete años después de la ofensiva estadounidense en Afganistán. ¿Qué tipo de progreso estamos llevando a Afganistán? Éstas son las necesidades cruciales a las que hay que responder si se quiere enfrentar al Talibán”.
“El ejército canadiense estará yéndose de Afganistán en el 2011, pero hasta ahora sólo cinco de las 50 escuelas que proyectaban construir fueron terminadas. Sólo 28 más se están construyendo. Pero de las 364 escuelas existentes en la provincia de Kandahar, 180 se vieron obligadas a cerrar”.
Las elecciones del pasado 20 de agosto, lejos de contribuir a una solución política del conflicto, está empantanada, en medio de denuncias de fraude, sin que se tenga hasta ahora un resultado definitivo.
El principal factor que ha contribuido a que los fundamentalistas islámicos ganen terreno es el fracaso del presente gobierno y de la gestión internacional en Afganistán, afirman los analistas. Se trata del mismo gobierno, encabezado por Hamid Karzai, que encabeza los conteos electorales, denunciados como fraudulentos.
El Talibán está creciendo entre la gente normal, pues el 80% o el 90% no tiene empleos ni oportunidades, y es a esa gente a la que en 2001, cuando la ofensiva de Estados Unidos derrotó al gobierno del Talibán, se le ofreció una mejoría en su situación, una mejoría que no ha llegado», dijo a la BBC Jorrit Kamminga, consultor de ICOS.
Esos son los desafíos que cualquier nueva estrategia tendrá que resolver en Afganistán. Pero parece que las opciones son cada vez más reducidas.

  • Gilberto Lopes 
  • Mundo
Terrorism
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