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¡Cierres de infarto con las selecciones de fútbol !

El temor a ganar y la mente débil sacaron a Costa Rica del protagonismo inicial.

El temor a ganar y la mente débil sacaron a Costa Rica del protagonismo inicial.
Costa Rica clasificó de cuartos en el Mundial de Fútbol Juvenil. Pero, pudimos ser terceros.
Tenemos una última oportunidad de clasificarnos al Mundial en Sudáfrica.Pero, estuvimos a 20 segundos de viajar a la cita de manera directa.En menos de una semana el fútbol de Costa Rica se derrumbó en un par de cierres de partidos dramáticos, y a las dos selecciones nacionales les sacaron la victoria del bolsillo de forma dolorosa y frustrante.
No increíble, porque los juegos terminan hasta que terminan. Tampoco es injusto, porque los actores no presentaron el juego correcto para sostenerlas.A siete minutos del final del partido por el tercer lugar del Mundial Juvenil, Costa Rica derrotaba a Hungría 1-0, anotación de Marco Ureña. Pero ellos empataron en el minuto 90, gracias a un tiro de penal. Luego nos eliminaron con remates desde los once pasos.Más lamentable fue lo de la Mayor, que derrotaba a Estados Unidos 2-1 en Washington, victoria que le daba la clasificación directa a la cita planetaria en Sudáfrica. Pero los anfitriones empataron en el minuto 95, en la última jugada del juego, ante un equipo mentalmente perdido y desconcentrado, error letal en esas circunstancias.En el deporte costarricense no abundan los atletas mentalmente fuertes, y el fútbol, desde luego no es la excepción.Mentes poderosas como la de Paulo César Wanchope, que le permitieron sobrevivir a insultos raciales en varias ciudades europeas y argentinas. Alexandre Guimaraes, quien se traslada de una vida llena de lujos, propios de una familia diplomática de Brasil, a una pequeña residencia en Puntarenas y en lugar de naufragar, emerge como basquetbolista, futbolista y técnico, triunfante hoy en Dubai y con tres copas del mundo en sus largas espaldas.Rónald González, técnico de la Selección Juvenil, criado y formado por su madre, quien crece sin figura paterna. Era ficha adolescente por el modesto Uruguay de Coronado, donde con su infaltable uniforme número 4, quema etapas gracias a una fortaleza mental impresionante, que lo llevan a Arabia Saudita, a Italia 90, a varios clubes en Austria, a Guatemala, al Saprissa y a convertirse en el entrenador más joven de la última cita universal en Egipto.¿Por qué es que metemos un gol y nos echamos atrás?¿Por qué Bryan Ruiz le anota dos veces a los Estados Unidos y tenemos temor de golear, de aplastar, en fin…de vencer?¿Por qué Marco Ureña le dobla las manos al portero húngaro, para luego permitir que el rival se apropie de los ritmos de la acción?
FALTA DE EDUCACIÓN
El sociólogo Francisco Escobar Abarca, resume para el Semanario sus propias conclusiones, que explican desde otra arista bien distinta este fenómeno, que le negó felicidad al deporte preferido de los costarricenses en instantes tan determinantes y claves.“Cuando un jugador no tiene un buen desempeño se pueden dar algunas explicaciones: la sociológica y la falta de preparación física, que no es solo músculo, sino mente y cuerpo, vigentes toda la vida.No es una semana antes, ni un año antes que se forma mental y físicamente a un futbolista.  Eso se hace desde la infancia, como al artista que no se le prepara un mes antes de ofrecer su concierto”, expresó Escobar. “Nosotros en Costa Rica hemos pensado que hay una explicación mágica y psicológica para levantar a un equipo y creemos que enviándole buenas vibras, por arte de magia ya van a vencer. No puede ser. Eso no es así”, agregó.“Para ganar se debe tener calidad y capacidad. A nuestros jugadores tenemos que educarlos, más que motivarlos. La motivación no alcanza sin la educación.Lo que sucede es que para educar, se necesitan recursos y como no se tienen, apostamos al coraje, que es posición machista.”“Con ‘huevos’ ganamos. ¡Falso!”“Educar a un futbolista es prepararlo para la victoria y también el fracaso; todos los días se debe hacer la tarea; que el futbolista se levante a cumplirla, sin importar que el día anterior el equipo ganó por goleada o los golearon.”De ahí que el asunto no es solo emocional.“Tampoco es temor a ganar la Copa”, detalló Escobar.Y concluye:“Tan fanáticos que somos en Costa Rica para la educación.  Educamos a medio mundo: a los médicos, a los artistas, a los profesores, a los bomberos, menos a los futbolistas, porque ahí los creemos buenos y los tiramos a la guerra.Viajan a Europa sin los idiomas básicos, juegan y hasta triunfan como los juveniles, y resulta que no ganan dinero.Los niños prodigios deben ganar dinero, como los pequeños talentos ajedrecistas.Pobres futbolistas, los hemos discriminado. El país los aparta de una educación integral, de ahí los resultados”.
MANOS A LA OBRA
Si lo expresado por Escobar es cierto, podríamos estar llegando tarde a la cita con los mundialistas de Egipto, cuarto lugar del orbe, en esto de educarlos, a sus 20 primaveras, integralmente.Pero nunca es tarde cuando la dicha es buena y si hay un grupo de deportistas prodigiosos en los que el Estado debería garantizar una educación integral, repleta de recursos económicos. Es con estos jóvenes que se proyecta defender el fútbol nacional en las Olimpiadas de Londres (2012) y el Mundial en Brasil (2014).En estos juveniles brotó el talento; uno de ellos, el portero Esteban Alvarado fue elegido el mejor del mundo en su categoría y varios quedaron ubicados entre los mejores del torneo: José Mena, Cristian Gamboa, Diego Madrigal, de la UCR, Josué Martínez, Diego Estrada y Marco Ureña.En cuanto a la Selección Nacional mayor, lamentablemente no pudo soportar un ataque inclemente y avasallador de los Estados Unidos.  Ante los rivales mostraron los nuestros resquebrajaduras mentales, físicas y futbolísticas. “El equipo se quedó sin piernas”, fue la justificación del entrenador, René Simoes y se sabe que sin piernas, no hay mente.Mientras los juveniles fueron recibidos como héroes nacionales el pasado lunes 19, los mayores enfrentan el desafío de eliminar a Uruguay en el repechaje, los días 14 y 18 de noviembre; primero acá, después allá.En tres semanas habrá que inyectarles ingredientes que bien lo afirma Escobar, parecen no servir ahora, porque, para una educación integral de los discípulos de don René, ya no hay tiempo.

Uruguay nos espera
Veinte futbolistas uruguayos que juegan en Europa, vendrán el 14 de noviembre al juego de ida del repechaje y nos esperan el 18 en el mítico Estadio Centenario.Uno de ellos, el delantero, Diego Forlán, gana más del triple de toda la nómina de Costa Rica junta pues vale $53 millones.  Nuestra máxima figura, Bryan Ruiz, quien juega en Holanda, cuesta $7 millones.Uruguay, quinto lugar en Suramérica y Costa Rica, cuarto en CONCACAF, tendrán que definir la última plaza para el Mundial de Sudáfrica de la zona americana.Los celestes son favoritos. Una buena noticia es que no podrán contar para el juego acá, con cuatro de sus estrellas suspendidas por acumulación de tarjetas: Diego Pérez (Mónaco), Andrés Scotti (Argentinos Junior), Martín Cáceres (Juventus) y Cristian Rodríguez (Oporto).El técnico uruguayo, Oscar Tabarez, pretende viajar varios días antes del juego en el Ricardo Saprissa o el Morera Soto – aún no está definida la sede – a Miami, Colombia o México, para que sus jugadores practiquen en cancha sintética, porque en Uruguay no existe una sola.Por su parte, el técnico de Costa Rica, René Simoes, afrontará el repechaje con la misma planilla que jugó contra los Estados Unidos. Solo se agregará Celso Borges (Noruega), ya repuesto de su lesión.

  • Gaetano Pandolfo Rímolo 
  • Deportes
FootballItalyRicardo Saprissa
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