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Pongamos que hablo de números

En agosto del 2005, una  empresa encuestadora, experta en no acertar, vaticinaba un triunfo del “Capitán” del barco y su hermano con un 62% de los votos.

En agosto del 2005, una  empresa encuestadora, experta en no acertar, vaticinaba un triunfo del “Capitán” del barco y su hermano con un 62% de los votos.
Muy atrás, sin posibilidades reales, sumido en la derrota, el siguiente candidato  tenía un distante e intrascendente 13% de intención de voto.
Titular del periódico que publicó la encuesta por aquellas fechas: “El Capitán, su hermano, su primo, y 1000 personas más con holgada ventaja”. 
Setiembre 2009: el mismo periódico al que hacía alusión antes, publica los resultados de la última encuesta de la misma empresa/oráculo, experta en no acertar, con resultados similares. La candidata “firme y honesta” muestra una ventaja, ya no tan holgada como la del Capitán, pero ciertamente significativa. 55% de los costarricenses darán su voto a la opción oficialista.
Lejos, donde sólo en un universo onírico se puede ganar a la firmeza y a la honestidad, el “primer perdedor” se estanca con un distante e intrascendente 13%, igual que hace 4 años. Otros dos partidos, miembros del infame G-38, aparecen con 11% y 6% respectivamente.
Titular del medio de comunicación que publica el estudio: “La elegida firme y honesta para capitanear el barco a falta del Capitán inicia campaña con significativa ventaja”.
¿Déjà vu? Error en la Mátrix, cuatro años después básicamente nos encontramos en la misma situación. Condenados aparentemente a otro gobierno de los (neo) liberales del puño y la rosa.
¿Para qué participar? Parecen decir. La ventaja ya es lo suficientemente holgada, significativa o extensa. Parece que invitan a pensar: “con que sentido sufragar, si ya hay ganadora…”
A todo esto, no es el 55% el número que más nos debería interesar, más sugestivo resulta ser el número 72.
El 7 de octubre de 2007 el 48% de Costa Rica votó en contra del TLC, pero ahora acontece una peculiaridad; resulta que de acuerdo al reciente vaticinio 72% (porcentaje que resulta de la suma de las cifras independientes de apoyo en la encuesta para los partidos PLN, ML y PUSC) de los sufragios terminarán en las tiendas de los tres partidos principales que apoyaron dicho tratado.
En otras palabras una porción sustancial de los votos del NO, de acuerdo con este estudio de opinión, han emigrado al otro lado del espectro político/partidario.
¿Qué me perdí? ¿20% de los que antes se oponían al ideario político y programático de estos partidos ahora los apoyan? ¿No le parece extraño? ¿Quién y cómo se explica esto?
Puede ser que la popularidad del “Capitán” haya sido traspasada a la honesta y firme. Pero, un momento, más números, según Mitofsky México (última consulta de aprobación de mandato), el Capitán no es exactamente el más popular de América Latina y para ser más exacto es de los más bajitos, 37% de aprobación popular en junio pasado cuando el estudio fue realizado. Hipótesis desechada.
Sigamos con números, entonces. Propongo ahora dos números más: 1500 millones y 110 mil. El primero, es el costo en colones de la publicidad que el gobierno nos ha venido recetando, diariamente, en las horas de más audiencia en televisión o en radio, mostrando montajes que exhiben las “magnas obras” del bicéfalo gobierno del Capitán y su hermano. ¿Serán estos spots publicitarios del gobierno razón del 55%? No lo sé, pero ciertamente nuestros impuestos y buen proselitismo le han hecho al aspirante gobierno “firme y honesto”.
Y mientras los 1500 millones circulan todavía por su cabeza (y las arcas de las televisoras), tomemos el otro número: 110 mil. Esa es la cantidad de empleados públicos que podrían no tener aguinaldo por la pésima planeación financiera del oficialismo. Presumible es decir que algo de los 1500 millones antes mencionados habrían sido útiles en este momento y pregunto: ¿Qué más no se habría pagado o cuánto más gasto social se habría contraído (idea planteada por los hermanos Grimm, perdón, Arias) si los ciento y tantos millones de dólares para los trabajadores de los muelles de Limón de compensación se hubieran hecho efectivos? Si hablamos de números el gobierno tiene números verdes para unas cosas, pero unos muy rojos para otras.
Y entre tantos números quedan dos sietes y un diez. Siete, de octubre, día en que inicia la carrera electoral. Diez, el número que Lionel Messi lucirá en el Ricardo Saprissa, pues en Costa Rica casi siempre todo sigue igual y esto será lo que importará, en este pueblo sin memoria los otros números aquí expuestos no contarán.
Pero queda otro 7, de febrero en esta ocasión, día en el cual la empresa oráculo puede seguir fallando sus predicciones (para no perder la costumbre) y día en el que tal vez logremos, como decía Charly García,  no vernos atrapados dos veces por la misma red.
 

  • Roberto Jaén Chacón (Estudiante de Ciencias Políticas y Administración de Negocios UCR)
  • Opinión
Ricardo Saprissa
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