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En Costa Rica las enfermedades cardiovasculares, los diferentes tipos de cáncer y las denominadas “causas externas” dentro de las cuales las más importantes son los accidentes de tránsito, son las principales causas de muerte.
Todos los días los medios de comunicación masiva nos bombardean desde primeras horas de la mañana con noticias en general muy impactantes sobre los últimos accidentes de tránsito, sus consecuencias mortales y escenas desgarradoras de amigos y familiares de las víctimas mortales de esos accidentes.
Por otro lado, la discusión sobre las modificaciones a la ley de tránsito es interminable y la opinión de políticos y del público sobre este tema llena páginas en periódicos. Conductores ebrios salen constantemente por la televisión y los periodistas nos hacen creer que esta es la única causa de los accidentes: los borrachos al volante. Recientemente en España mientras se discutía la problemática de los accidentes de tránsito cuyas tasas de mortalidad por esta causa son de las más altas de Europa, un funcionario del gobierno español con una lógica fría, la que debería ser imitada por políticos del Ministerio de Transportes, analizó las posibles causas de los accidentes y las dividió en las dependientes de los autos, de las carreteras y de los conductores y se extendió en las características de cada una de ellas para así enfrentar el problema de la mejor manera. Hasta donde he observado, según los políticos y las autoridades, en Costa Rica la mayoría de las causas son dependientes de los conductores. Pero todos hemos visto en nuestras carreteras circulando autos (automóviles, buses, taxis, etc.) que merecen estar en chatarreras o ser vendidos a terroristas para ser usados como “coches bomba”. Por otro lado, ni qué hablar del estado lamentable de muchas de nuestras carreteras, las que no cuentan en general con una demarcación adecuada. Bien, en estos días leí un artículo escrito por dos médicos del departamento de Medicina Legal del Poder Judicial y profesores de nuestra escuela de medicina sobre “Accidentes de tránsito fatales en Costa Rica en el 2007” (Vargas M y Solano L Rev Med Legal CR 2008; 25:7-24) De este excelente estudio los autores obtienen algunas conclusiones que me permitiré transcribir porque arrojan alguna luz sobre este angustiante problema. Los accidentes de tránsito representaron casi 25% de todas las autopsias médico legales realizadas en el periodo estudiado. La tasa de mortalidad por 100 mil habitantes fue de 16.58 superior a la encontrada en Canadá, Chile y algunas islas del Caribe, pero una de las más bajas de Latinoamérica (la media europea no supera los 12 por 100 mil habitantes). La mayoría de las víctimas fueron hombres con edades entre 15 y 50 años y los accidentes ocurrieron preferentemente en las noches y madrugadas de los fines de semana y con más frecuencia en las provincias costeras. Más de la mitad fallecieron en el sitio del hecho. Y de manera interesante, en el 44% de los accidentados (no se define si eran conductores o acompañantes) se demostró un alto nivel de alcoholemia. Podríamos decir que el etilismo sería la causa única más frecuente de los accidentes de tránsito y estaríamos en lo cierto, pero ¿qué sucede con el 56% restante de los accidentados en los que no se demostró alcohol en la sangre? ¿Cuáles serían las causas? ¿Exceso de velocidad, irrespeto a señales de tránsito, mal estado de los autos, mala señalización de carreteras, mala educación vial de peatones (33% de los fallecidos eran peatones) y de conductores? Estas y otras preguntas deberían ser contestadas en futuras investigaciones al respecto. Por lo pronto, debemos estar conscientes de que no solo el alcohol al volante mata.
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