Una de las metas de la actual administración era mejorar la infraestructura vial del país, pero a pocos meses de finalizar su período no hemos visto mayores avances en el desarrollo en materia de carreteras y se ha caído en la demagogia discursiva de la mayoría de políticos.
En los últimos días han querido hablar del desarrollo que ha tenido el país, pero no ven más allá de lo que les interesa proyectar, máxime en meses de campaña. No puede ser posible que cerca del año 2010 nuestro país que busca ser más competitivo y con más oportunidades, tenga en el Área Metropolitana vías tan en mal estado, como por ejemplo la autopista Braulio Carrillo (trayecto del Periódico La República hasta el Estadio Saprissa).
Esta carretera fue una de las mejores autopistas del este país, construida en concreto, pero que con el pasar del tiempo y la falta de un buen mantenimiento tanto preventivo como correctivo, se ha convertido en una de las más peligrosas y, peor aún hemos caído en el error de que las reparaciones que se le han hecho ha sido con material asfáltico, lo que ha generado que la unión cemento – asfalto produzca grietas, las cuales día a día con el transitar de tantos vehículos así como la filtración de agua, haga que esas grietas se conviertan en trampas mortales para todos los usuarios que transitamos por esa vía.
No puede ser posible que el país teniendo la tecnología, el recurso humano para mantener vías en concreto, sigamos con la terquedad de recurrir a la utilización del asfalto. Las capas asfálticas no es la mejor opción en un país tropical como el nuestro, debido a que los cambios climáticos son drásticos y el asfalto requiere de un proceso de secado y de compactación para que funcione correctamente.
Además, estas capas son más caras, se requiere de un equipo especializado y no todo el personal del MOPT ni de las municipalidades, sabe trabajar a la perfección el asfalto; contrario con el material de cemento que se ha comprobado que tiene un rendimiento similar al asfalto y que a la hora de la reparación de algún tramo de carretera, no se producen los abultamientos (denominados en la jerga popular como: “huecos para arriba”, “parches”, entre otros) generado por la capa asfáltica. Otro buen resultado del concreto es que no requiere de tanto tiempo de secado y el proceso de compactación es diferente.
Un muy buen ejemplo del desempeño del cemento en las carreteras, es la Vía que comunica a La Aurora de Heredia con esa misma provincia, esta vía se mantiene impecable a pesar de que maneja un flujo vehicular de grandes proporciones; vehículos tanto livianos como pesados que han transitado por ahí por muchos años. Otro reflejo de ello es la vía principal de Guadalupe que si bien es cierto esta es más reciente es una carretera de alta calidad y en excelentes condiciones.
Con estas líneas, únicamente lo que pretendo hacer un llamado a las autoridades, para que sean visionarios y piensen que gran parte del desarrollo de Costa Rica depende de la estructura vial. Por lo que, seguir insistiendo en el sistema de construcción de carreteras en asfalto en un país tropical nos llevará a un mayor estancamiento y a una “des-infraestructura vial”, que provocará la falta de inversión extranjera y una significativa disminución de los ingresos en el sector turístico.