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Ante proyectos de construcción: Crece preocupación por Humedal Nacional Térraba-Sierpe

Diversas organizaciones trabajan planes de manejo sociales y ambientales que permitan proteger los recursos.

Diversas organizaciones trabajan planes de manejo sociales y ambientales que permitan proteger los recursos.
La ofensiva del desarrollo urbanístico, así como el plan para construir en la zona un aeropuerto internacional y un proyecto hidroeléctrico de envergadura, son las principales amenazas que motivan a varias organizaciones a dar la voz de alarma sobre la situación  del Humedal Nacional Térraba-Sierpe.
No sólo se trata del humedal más grande del país, sino del más grande del litoral pacífico del continente y, por tanto, es único en el mundo. Además, el sitio es reconocido por la Convención Internacional de Humedales de Ramsar, lo cual subraya su trascendencia internacional.Bernardo Aguilar, director de la Fundación Neotrópica, que muestra interés en los planes de manejo del sitio, explicó que hay tres “tensiones” que se ciernen sobre el humedal. En primer lugar, destacó el desarrollo turístico y urbanístico en la región del Pacífico Sur: “de hecho personeros de gobierno han dicho que quieren reproducir el modelo guanacasteco de desarrollo. Ha habido un crecimiento de la construcción, tanto de hotelería como de urbanizaciones”.“La otra amenaza es el proyecto de construcción de un aeropuerto internacional en Sierpe, nada menos que el corazón del humedal, y la tercera es el Proyecto Hidroeléctrico Diquís, pues aún tenemos dudas sobre sus efectos respecto del arrastre de sedimentos y sobre la cantidad de agua y el balance de salinidad que requiere un humedal como éste. El Río Grande de Térraba tiene un caudal gigantesco y regular su oferta hídrica tendrá un impacto”, manifestó.Aguilar lamentó que “el desarrollo urbanístico es impulsado por el alcalde de Osa, quien tiene todo el apoyo de la administración Arias Sánchez; por ello ha sido tan difícil implementar las acciones del Tribunal Ambiental Administrativo, así como cuestionar las viabilidades ambientales que otorga la Secretaría Técnica Nacional del Ambiente (SETENA)”.  “Lo que se presenta en el Pacífico Sur forma parte del problema general del país respecto de la agenda ambiental”, añadió.
RIQUEZA SOCIAL Y AMBIENTAL
El Humedal Nacional Térraba-Sierpe logró esa denominación en 1994 y a partir de 1996 fue incluido en la lista Ramsar de sitios reconocidos por esa Convención Internacional. Está ubicado hacia el norte de la Península de Osa; sus principales afluentes son el Río Grande de Térraba y el Sierpe, así como la Laguna de Sierpe.Según la información oficial en la página web de la Convención de Ramsar, mide 30.654,5 hectáreas. Aguilar señaló que “la cantidad de servicios ambientales que este humedal provee, no sólo para Costa Rica sino para el mundo, es bastante significativa; en él se puede observar la mayor cantidad de especies de mangle concentradas en un solo sitio en el país”.Entre las riquezas naturales del Humedal, el especialista destacó que se trata de una zona frecuentada por aves migratorias y que además se pueden encontrar algunos mamíferos como los monos tití, cariblancos o pizotes. “Es un sitio de gran riqueza en especies de peces y de crustáceos, por ejemplo se encuentra la piangua, que está en peligro, así como camarones”, puntualizó.El especialista también destacó la riqueza social del lugar, pues ha alojado una tradición de “gran cantidad de usos culturales; dentro del humedal hay sitios arqueológicos y es el núcleo de toda una cultura pesquera desarrollada en la parte externa al Golfo Dulce. Por ello, el Humedal es de gran importancia “tanto desde una perspectiva del capital natural, como del capital humano”. Además informó que la organización no gubernamental (ONG) Earth Economics, realizó una estimación de los servicios ambientales provistos por el humedal y los valoró entre los $250 millones (¢146.577.500.000 a ¢586,31 el dólar) y $2.500 millones (¢1.465.775.000.000) al año, según diferentes variables. “Esto se hace para aumentar la conciencia de lo que se pierde si el humedal se pone en peligro, so pretexto de oportunidades supuestamente de desarrollo”, explicó.
AMENAZAS
El biólogo Jorge Lobo de la UCR, quien ha trabajado intensamente en la zona sur, explicó que los ecosistemas costeros y humedales, como es el Humedal Térraba-Sierpe, dependen mucho de su entorno para mantener sus características biológicas y su extensión original, sobre todo de las descargas de agua de las áreas montañosas que les rodean, sea por movimientos subterráneos o por escurrimiento superficial, especialmente de los ríos. “Es de suma importancia tanto la cantidad como la calidad de esa agua, para que la vegetación y la fauna asociada se mantengan y se reproduzcan”. En dicho Humedal apuntó que los dos ríos principales: el Térraba y el Sierpe, y numerosos ríos menores afluentes de esos dos, son los responsables del ingreso de agua dulce a estos ecosistemas. Por ello, lamentó que “la calidad del agua de estos ríos se ha deteriorado con el avance de las actividades humanas en la región, particularmente la sedimentación y contaminación por nutrientes del Térraba, producto de extensas actividades agropecuarias en su cuenca, entre las que destaca el efecto altamente erosivo de las plantaciones de piña de PINDECO”.Por otro lado, recalcó que en los últimos diez años han aparecido nuevas fuentes de erosión y degradación del agua, “por el avance los desarrollos inmobiliarios en la Fila Costeña, que repercuten en la calidad del agua de numerosos afluentes menores localizados en la margen derecha del río Térraba” (Ver UNIVERSIDAD del 1 de julio y 26 de mayo del 2009 y del 18 de enero del 2007). “Estas construcciones han crecido sin planificación alguna, producto de la política de estímulo a las inversiones extranjeras de los gobiernos del país y a la corrupción en la Municipalidad de Osa”, denunció el biólogo, quien forma parte del grupo Llamado urgente por el País.Al respecto, Aguilar recordó que en el sitio desde hace años se dio un “manejo de camaroneras sin el suficiente control, también caza ilegal y ya se intentaron hacer desarrollos inmobiliarios al lado de la Laguna de Sierpe”.Añadió que todo esto se da en el contexto de que el Humedal Nacional Térraba-Sierpe “es el patito feo de las áreas protegidas del Área de Conservación Osa (ACOSA), pues es el que menos fondos atrae”.“Si construyen el aeropuerto y la represa y si continúa la ofensiva inmobiliaria, estaríamos poniendo en peligro nuestros compromisos. Si bien es posible minimizar los impactos de todo esto, para hacerlo se requiere una inversión de la misma cantidad de recursos en conservación y eso no se está haciendo”.Durante una exposición a la prensa de algunas de las iniciativas que se manejan para el sitio, realizada en octubre, la Fundación Neotrópica presentó el acta de una sesión de la Municipalidad de Osa de abril del 2008, en la que el alcalde Jorge Alberto Cole manifestó su intención de construir un aeropuerto internacional.Por otra parte, el Proyecto Hidroeléctrico Diquís, gestionado por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), ha generado suficiente preocupación como para que el Consejo Universitario de la UCR, en sesión del pasado 25 de agosto, acordara conformar una comisión especial para investigar los alcances de este.Según fuentes oficiales, el embalse inundaría 6.002 hectáreas de territorios, algunos de ellos indígenas, 600 hectáreas de bosque, afectaría 108 sitios arqueológicos y provocaría una reducción de 315 hectáreas del humedal Térraba-Sierpe.
OPCIONES
Aguilar informó que desde hace dos años se concluyeron planes de manejo que fueron “sumamente participativos con las comunidades, como pocas veces se han visto en este país”, liderados por la Universidad para la Cooperación Internacional (UCI), con el apoyo de varias ONG.Según dijo, esos planes incluyen una serie de medidas que no solo mejoran la conservación del humedal, sino que regularían actividades productivas que le permitirían percibir ingresos a la gente cercana al humedal.Sin embargo, no se han implementado todavía pues requieren la aprobación de los consejos regionales, según lo estipulado en la Ley de Biodiversidad. “Se requieren partidas presupuestarias para este proceso, me refiero a la caja única del SINAC, más los recursos que vienen a Costa Rica para implementar la conservación, que no necesariamente pasan por el Poder Ejecutivo. Claro que parte de todo esto pasa por la voluntad política”, indicó.Aguilar destacó la iniciativa ECOTICOS, gestada por la Fundación Neotrópica junto a la UCI y la Universidad de Vermont, Estados Unidos, la cual busca no sólo actualizar los datos científicos sobre el humedal nacional, sino proveer a la población de información y gestar que ella misma decida sobre el tipo de manejo que se le debe dar al sitio.Se buscó la opinión del jerarca del Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (MINAET), Jorge Rodríguez, sobre la situación presente y futura del Humedal. En un primer momento se le contactó en su teléfono celular y se le planteó el tema, pero dijo no poder referirse por estar en una reunión, luego fue imposible volver a contactarlo.
 

  • Vinicio Chacón 
  • País
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