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Tenista retornó a las canchas después de operarse en la India.
Casi cincuenta años jugando al tenis: sus proezas de niño cuando tomó una raqueta a los ocho años de edad y seis años después defendía a Costa Rica en la Copa del Café. Su primer partido en el estadio del Country Club fue a los 14 años contra un astro juvenil de la época, Allan McDónald.
Nervios de punta en un partidazo, pero aún así, el adolescente muerde el cemento. Eso sí, dejó ver desde el arranque puntos muy fuertes en su juego que con el paso del tiempo, lo llenaron de gloria: derecha de oro y excelente en la “bolea”; todo lo contrario, el servicio nunca le fue fiel.Un año después, hace vibrar el mundillo del tenis nacional con su primer triunfo en la Copa. El quinceañero derriba la fortaleza del chileno Alexánder Pakozdi y lo doblega.“Este es uno de los momentos más grandes de mi vida: ganar el primer partido de Copa del Café resulta imborrable; aunque después derroté al japonés Masaka Araanaki y en dobles hice pareja con Carlos Mora y vencimos a los estadounidenses Gettys y Cooper”, recuerda Dário Fallas en la Academia de Tenis de su mismo nombre en Concepción de Tres Ríos. Miles de niños y tenistas de todas las edades llegan ahí a nutrirse de las enseñanzas del profesor Fallas y su grupo de entrenadores profesionales, desde hace 22 años.“En estos momentos podemos tener cerca de cien deportistas practicando tenis en los diferentes horarios de la Academia”, nos dice el veterano tenista, declarado en su momento el mejor jugador costarricense en la Copa del Café y seguidor de los Colts de Indianápolis, los Celtics, el Udinese – por la sangre de su madre Gabriella Boselli – y el Real Madrid.“En 1971 el comité organizador de la Copa me puso a jugar el estelar de la noche inaugural contra el argentino, Roberto Carruthers; fue una noche muy triste para mí porque perdí el juego cuando el estadio estaba a reventar. Me reiventé un poco cuando hice pareja con Mario Delgado y vencimos a los peruanos Velasco y Maurthua. Desde luego que jugar y ganar en la Copa del Café durante cinco ediciones me lanzó a la aventura del tenis competitivo, donde obtuve muchísimas satisfacciones y títulos”, expresa Fallas.Con 18 y 19 años, Dário empezó a jugar los campeonatos nacionales y tuvo que enfrentar a una generación muy poderosa, en la que destacaban, Niko Kaló, Carlos Muñoz, Mario Delgado, Carlos Mora, Jorge Arias, Fernando Chavarría, Alvaro Rodríguez, los hermanos Rónald y Javier Cartín, Felipe Oreamuno y muchos más.Fallas fue finalista de varios campeonatos nacionales y viajó a competencias internacionales a San Andrés, Panamá, México y Centroamérica. Siendo jugador activo, fue fundador de la primera Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) en el país, al lado de Rodolfo Vargas y Javier Cartín.Una lesión en su cadera lo fue alejando paulatinamente de los rectángulos y en el 2000 se despidió de la competencia; pero el gusanillo quedó ahí.SURGE EL ENTRENADOR
Convertido en pilar de la ATP, Fallas se propuso con el resto de compañeros, traer técnicos de renombre al país para ofrecer cursos y charlas.Contaron con el apoyo de Ricardo Kriebel, Ramón Coll, Álvaro Sancho y Raúl Odio, entre otros dirigentes y así visitó Costa Rica el profesor Dennis Van der Meer, una autoridad perteneciente a la Asociación de Tenis de los Estados Unidos (USTA).Después llegó el laureado instructor Doug Mc Curdy, de la Federación Internacional de Tenis (ITF), quien visitó en varias ocasiones nuestro país y así Fallas, alumno aventajado, se empezó a llenar de conocimientos, diplomas y títulos.“Tuve experiencia como entrenador de la Selección Nacional para Juegos Centroamericanos; el circuito JITIC por toda Latinoamérica; Centroamericanos y del Caribe y fui técnico del equipo de Copa Davis de Costa Rica”, dijo.“Un triunfo memorable fue cuando fungí como capitán de Copa Davis y derrotamos a Bolivia en La Paz, con Felo Brenes, Kenneth Thome, Fabricio Golfín y Federico Camacho en el equipo”, relató orgulloso Dário en su faceta como entrenador.Este deportista, padre de Ana Laura, Rosella y Camila, para quien el tenis es su vida, pudo combinar algunas temporadas sus funciones de entrenador y tenista de torneos mayores, hasta que la lesión lo obligó a un “¡no va más!”
LLEGÓ EL MILAGRO
Sumergido entre bolas, raquetas y tenistas, este deportista de alta competencia no estaba completo: una tristeza, una frustración, decenas de recuerdos lo atormentaban. Quería, deseaba y necesitaba jugar, y no podía. Su maltrecha cadera se lo impedía.Tenía 15 años de ser juez, ya que se formó de manera similar a la de entrenador.El Comité Organizador de la Copa del Café contrataba para el evento anual al profesional, Chuck Turner, quien aprovechaba sus visitas a Costa Rica para ofrecer cursos de arbitraje y Dário fue su alumno de honor.Un año en que Turner no pudo venir, él recomendó a Fallas para que lo sustituyera y Dário se quedó con el mandado.Para convertirse en la máxima autoridad del referato de tenis en el país, Dário se preparó a conciencia e hizo los cursos de capacitación de la ITF, obtuvo diplomas en Trinidad y Tobago con el “Gafete blanco” que le da derecho a ser juez de silla y de campo en cualquier torneo de la ITF en esta zona.De hecho, Fallas cumple con esas delicadas funciones no solo en la Copa del Café, sino en el Costa Rica Bowl.En su camino para ascender en esa carrera como juez y buscar el “Gafete de plata”, que le permitiría ser árbitro en torneos Challenger y Future, a Fallas se le atravesaron en su propia Academia unos amigos y ellos le cambiaron su vida.
VIAJE A LA INDIA
A conocimiento de Fallas y de todos los deportistas que practican diferentes disciplinas en el Indoor Club, llegó la noticia de que en la India, un médico restablecía los desgastes en la cadera, con una intervención quirúrgica cercana a los $7.000, operación que en los Estados Unidos no baja de los $60.000.Dos amigos de Dário, Mario Fishman y Roberto Pauly vivieron la experiencia y regresaron satisfechos y rehabilitados; se le abrían al entrenador y juez las posibilidades de volver a las canchas y hace 17 meses se arriesgó a la aventura.“Viajé a la India, me presenté a un hospital público en la ciudad de Chennai y fui directo donde el doctor Vijay Bose, el médico apóstol de esta cirugía. El no te rompe el hueso, sino que te hacen un implante, como un odontólogo que coloca una corona en la pieza dental dañada. Así opera Bose, quien hecha la cirugía obliga al paciente a permanecer once días allá en contacto con el hospital y él.“Es increíble, pero he podido volver a jugar. Viajé a Europa y jugué en Suiza, Francia, Alemania y Austria torneos para senior, categoría 55 años. Gané consolación y un par de juegos que me permitieron ingresar al ránkin mundial de la ATP en la categoría señor”.“Volvió Dário”, gritaba entusiasmado este tenista de corazón, que viaja en estos días a los Estados Unidos a jugar el Open Señor en Indian Wells en su categoría y luego pasará a México, al renombrado torneo de Naucalpan en busca de puntaje, porque Fallas tiene un sueño y una meta y sabe que la va a cumplir.Jugar pronto un Grand Slam en su categoría: Australia, Roland Garros, Wimbledon o el U.S. Open lo esperan.¡Y no duden que Dário irá y competirá!
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