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Honduras es una nación que vive desde la década de los 90 un proceso de transición hacia una forma de gobierno democrático, pero sobre todo hacia una relativa estabilidad social.
Desde el golpe de Estado propiciado contra Zelaya la nación hondureña vive una serie de manifestaciones sociales y de medidas por parte del gobierno que ha llevado a la nación hacia un proceso de desestabilización.
Desde la llegada al poder de Manuel Zelaya, este se ha caracterizado por tomar una serie de medidas a favor de los sectores más vulnerables de la sociedad hondureña; recordemos que menos del 10% de la población consume el 45% del total de los bienes y servicios de la nación y sumado a lo anterior en Honduras siguen existiendo grandes latifundios en manos de algunas familias o empresas. A su vez, la línea de la pobreza ronda el 70% de la población hondureña, con una población mayoritariamente agrícola y manufacturera; graves problemas de salud y de escolaridad, hacen la situación social como una cuestión prioritaria. Durante la administración del derrocado Manuel Zelaya, este tomó una serie de medidas que causó molestia entre las clases en el bloque en el poder, realizó una serie de medidas de corte ambientalista, así como un aumento del 60% en el salario mínimo, hacia el final de su administración entabló relaciones con el gobierno de Hugo Chávez y trató de llevar a cabo una consulta popular sin apego al Estado de derecho. En relación con este aspecto la consulta era una medida ilegal, lo que probablemente a través de los procesos legales le hubieran costado la destitución de cualquier manera; sin embargo, los seguidores de Michelletti también actuaron contra la legalidad y el Estado de derecho, en lugar de entablar el juicio contra el presidente Zelaya y seguir el debido proceso, decidieron actuar de manera tal que si aplicara el proceso este resultaría nulo por vicios de procedimiento. Siguiendo con lo anterior, las negociaciones en el conflicto Zelaya-Michelletti han sido infructuosas, debido en primera instancia a que ambos manejan posturas de suma cero, en segundo término debido al choque ideológico y finalmente a la falta de mecanismos para presionar más severamente por parte de la comunidad internacional al gobierno de facto. Sin embargo, la razón principal del fracaso para el retorno de Manuel Zelaya tiene su razón de ser en el conflicto que representa confrontarse a la clase más poderosa de Honduras, esta clase se encuentra detrás de la clase dirigente, detrás de las figuras políticas, me refiero a los ricos terratenientes, que acumulan gran parte de la riqueza de la nación y a los cuales les afecta directamente una transformación del status quo. Las élites en el poder intentan mantener su condición o por lo menos hacer que las transformaciones no afecten de manera significativa sus privilegios, lo que si estaba ocurriendo durante la administración Zelaya.El bloque en el poder hondureño a demostrado ser capaz de tomar cualquier medida con tal de defender su condición, claro ejemplo lo constituye la constante suspensión de las libertades individuales, la violación de derechos humanos y las medidas tomadas contra la oposición tanto política, civil y en los medios de comunicación.Las actuales negociaciones, son realmente una fachada para satisfacer a la comunidad internacional y para paliar la frustración social que vive el país. Pensemos lo siguiente: ¿qué tan significativo es restituir a Zelaya en el poder con las elecciones en Honduras tan próximas? ¿Cómo sabemos que no volverá a ocurrir en el futuro? ¿Fueron las medidas de la comunidad internacional significativas para preservar la democracia hondureña? ¿Cuál fue la verdadera causa del golpe de Estado? Quizás para esta última respuesta podemos sugerir que las élites en el poder también tienen un límite de tolerancia, limite que están dispuestos a defender con tal de preservar su condición. De haberse llevado la consulta popular en Honduras esta hubiera establecido un precedente importa en la participación ciudadana y para rabia de las élites probablemente modificado las reglas de juego del sistema político y como es bien sabido por los estudios los procesos morfogenéticos son los más temidos por las élites en el poder, porque generalmente significan el surgimiento de una nueva élite.
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