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Responsabilidad penal y objetiva

Sobre el caso reciente donde un autobús cayó al río Grande de Tárcoles cuando el puente se desplomó, con un saldo de 5 muertes, sin duda  que existe la  responsabilidad penal y a la vez  la objetiva, propia  del   Derecho Público.

Sobre el caso reciente donde un autobús cayó al río Grande de Tárcoles cuando el puente se desplomó, con un saldo de 5 muertes, sin duda  que existe la  responsabilidad penal y a la vez  la objetiva, propia  del   Derecho Público.
Los  expertos en  Derecho Penal    harán  el   análisis  de   esta situación  desde su  campo   profesional. En lo que atañe  al   Derecho Público, se da la  responsabilidad  objetiva  por   los daños  causados, de modo similar a las condenas judiciales de los bancos  estatales  por la sustracción de dineros  por  acciones  ilícitas  electrónicas; o bien a los  estacionamientos  públicos  de  vehículos  por  los daños que sufren  éstos  en   esos espacios .
Los gobiernos, incluido por supuesto  el  actual, son  responsables   objetivamente  por   los daños  que  se generen  por las   vías  terrestres, puentes  en  obsoleto y   pésimo estado, etc.
Se tiene   el descaro de argumentar que no hay recursos  económicos para reparar puentes; pero  los  impuestos  a los combustibles,  al pagar el marchamo por el rodaje,  entran  a las arcas del Estado  y éste   no  los dirige  totalmente  a  los  destinos fijados  por la ley, a pesar de que  la Sala Constitucional ya ha dicho que  esta conducta de  empleados  del gobierno, de carne y hueso,  es falta grave.
Ahora lo que procede  es presentar todos los   juicios ante el Poder Judicial  por responsabilidad objetiva  de los   funcionarios  del gobierno y  del  propio Estado.
Vamos  a  ver si  el  relajo  burocrático público  sigue   lanzando   pretextos y mentiras  para tapar el sol con un dedo: la negligencia,  pereza e  irresponsabilidad    de los   jerarcas   estatales  que  dañan  y violan el   interés público, se convierten en  una burla permanente  de los  habitantes de  este país, tan dejado de la mano de Dios.
 

  • Jorge Enrique Romero-Pérez (Catedrático UCR)
  • Opinión
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