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El pasado 15 de noviembre salió en La Nación un artículo del Dr. Arias Sánchez denominado “Cuatro trabas culturales”. Al leerlo no pude evitar una fuerte sensación de “dèja vu”. Me pareció estar retrocediendo diez años.
Es como si me hubiese montado en una máquina del tiempo. Se esgrimen en el artículo, argumentos críticos de los viejos valores de Costa Rica y de América Latina. Dichos planteos, fueron los mismos que se usaron hace veinte años para introducir el neoliberalismo no regulado en el país. En aquel entonces, recuerdo que todos nos sentíamos culpables de haber sido ticos y costarricenses, pues lo nuevo tenía que imponerse sobre y contra, los valores viejos, que supuestamente impedían el progreso. Se atacaron los fondos de pensiones del magisterio y eso en una nación que valoraba el rol del educador más que la del soldado. Contrario a la Constitución, se impusieron impuestos al profesor pensionado. Se esgrimió un extraño teorema, orientado a indicarnos lo terrible que eran las pensiones libres de impuestos y el poder ser recontratados con base en la calidad meritoria. Se privatizaron los sistemas de salud parcialmente, los bancos, el ICE, el INA y todo la demás heredad de la vieja social democracia. Solo faltó arrancar alguna estatua de don José Figueres Ferrer y estrellarla contra el suelo. En la nación donde la igualdad estaba a punto de ser real, se creó el brechismo. El Dr. Arias parece ignorar el reporte del Estado de la Nación donde encontramos que casi la tercera parte de la fuerza obrera gana un sueldo menor que el mínimo establecido por la ley. ¡Expansión económica a expensas de la prosperidad obrera, y logrado a través de la explotación! En esos últimos veinte años se proclamó la privatización de la educación superior, creando innumerables mini universidades que son negocios y no centros de avance humano. Se aumentó el costo de vida a tal punto que la clase media tuvo que ir disminuyendo la carne, el pollo y el pescado en su mesa alimenticia, creando serios problemas nutritivos.Pareciera ser que dicho avance es el que critica Benedicto XVI en su encíclica Caritas in Veritate. Es un avance logrado a través del desarrollo excluyente y que va induciendo focos de tugurio en todo el país. Las recientes investigaciones de los estresólogos sociales tales como Kawachi, Putnam, Mirowsky, Wilkinson Kirkbride, Koop y Yu indican una y otra vez que la desigualdad salarial causa mortandad, enfermedades derivadas del estrés, criminalidad y factores de riesgo en la adquisición de la esquizofrenia. Dichas investigaciones han sido realizadas en los Estados Unidos, Inglaterra, Hungría y la China. Parece que el planteo neoliberal de mercado abierto no regulado, prolifera dicha desigualdad social. Es imposible evitar la crítica de la ciencia social del estrés al respecto. Interesantemente el Dr. Arias sí indica que América Latina gradúa demasiados científicos sociales y pocos científicos de tipo “ciencia dura”. De nuevo ese espejismo de que la ciencia por sí misma produce prosperidad, cuando es dependiente del contexto socioeconómico en que se utilice. Aplicado en forma que reproduzca las brechas sociales, algunos gozarán de los beneficios del avance científico y otros no.Asombra la crítica del armamentismo latinoamericano, cuando este responde a las presiones externas de las gigantescas firmas productoras de armamentos en el mundo. Firmas de nuevo, basadas en la libre competencia de mercado abierto no regulado. No sé, me da la impresión que nuestro presidente ha perdido la oportunidad de convertirse en un intelectual latinoamericano de renombre. Defiende el sistema socioeconómico que ha causado la recesión mundial y los gigantescos cuadros migratorios latinoamericanos. Me produce esa sensación de “deja vu “que mencioné. Es como si estuviésemos en 1999, cuando el capitalismo no regulado había alcanzado su cenit. ¡El mundo entero gemía bajo el yugo del capitalismo no regulado! A pesar de las desigualdades producidas por las privatizaciones y el fracaso del teorema del “goteo”, en aquel entonces, toda la propaganda estaba orientada a proclamar las victorias del neoliberalismo y la muerte de la social democracia. Hoy en día se ha iniciado la crítica social en los Estados Unidos mismos y ciertamente en Europa. Los teoremas protectivos están retornando y los paradigmas privatizantes están en retirada. Al menos en los círculos intelectuales del mundo. Estamos al borde de una nueva civilización y cultura mundial, adonde está ocurriendo el regreso de una filosofía socioeconómica mucho más humanista. Incluso más religiosa. El eje fundamental del hombre se está elevando sobre el eje del auge aritmético sin humanos. ¡Ecce Homo!El neoliberalismo no regulado no es el futuro, es un fósil jurásico que se exhibe en un museo. El humano como un ser cotizable, terminó siendo la monstruosidad que crearon en esos veinte años. Un pobre ser, carente de civilización y necesitado en forma desesperada de un consumismo que alimente su ausencia de valor verdadero. Es verdad que aun se mantienen gigantescos aparatos de propaganda que nos indican que ese “mundo feliz” es lo mejor que podemos esperar. Pero se están resquebrajando. Viene de camino el cambio verdadero impulsado a través de modelos humanistas que centren al hombre en su realidad enaltecedora y no en la de un mundo empresarial que continuamente intenta manipularlo. El retorno de lo sacramental y lo mitológico son verdaderos hechos revolucionarios. Es parte de la naturaleza humana.
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