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Hay que transformar el sistema político y lograr un acuerdo nacional, si es que se quiere enfrentar de manera adecuada los problemas más urgentes de resolver en el país, aseguró Rolando Araya Monge, candidato a la presidencia por el partido Alianza Patriótica.
El político respondió el pasado 7 de enero a una serie de preguntas que le hizo este Semanario, relativas a sus planes y el proceso electoral que culminará con las elecciones nacionales del próximo 7 de febrero. A continuación un resumen de sus respuestas.
En un eventual gobierno suyo, ¿cuál sería su principal proyecto?-Tenemos problemas muy serios y creo que el principal problema de Costa Rica es la incapacidad del sistema para resolverlos. Entonces, eso es lo primero que hay que corregir, porque es como el sida de la democracia. Propongo un gobierno de acuerdo nacional, para hacer una transformación del sistema político y así poder acometer las otras urgencias: seguridad ciudadana, pobreza, una nueva economía, educación. Estamos llegando a un punto en que nos damos cuenta de que el gobierno de un solo partido -hijo del presidencialismo-, está haciendo aguas. Tenemos un sistema político que es como una dictadura de la burocracia, una democracia judicialmente intervenida, y entonces hay una parálisis del Estado y una impotencia económica de este. ¿Hasta qué punto Alianza Patriótica llegará a estas elecciones como una verdadera alianza electoral?-Estamos a un mes de las elecciones y la característica principal de esta elección no es quién va adelante o atrás, sino la indiferencia, la apatía, la frialdad del electorado, pese a los millones que se están gastando. De acuerdo con nuestros sondeos, hay entre un 60% y un 70% de la población que no va a ir a votar, o que no sabe por quién votar a estas alturas, lo cual quiere decir que todos tienen posibilidades. Las nuestras van a estar muy ligadas a que podamos resolver en los próximos días –estamos tratando de hacerlo- la cuestión económica, que consideramos fundamental. Hemos llegado a una campaña en la que nunca se había visto tanto dinero como ahora, y es necesario poder competir con recursos mínimos, para poder tener una presencia decorosa.
¿Por qué usted no aspira también a una diputación, como otros candidatos a la presidencia?-Porque si me hubiera metido en eso, estaría mandando la idea de que esto se podría arreglar porque uno llegaría a la Asamblea a proponer leyes. Llegaría a perder el tiempo. Uno ve que lo único que ha pasado en estos años –gracias a una extraordinaria presión ejercida desde afuera- han sido las leyes de implementación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. En la Asamblea no se aprueba ni un minuto de silencio y si salen leyes las echa para atrás la Sala IV.Me parece que el país necesita un cambio mayor y acepté ser candidato presidencial para proponer eso. Porque no creo que debamos hacer soluciones parciales. Aquí lo arreglamos todo o no arreglamos nada. Por eso no me metí de diputado.
Aparte de liberacionistas disidentes y sectores que votaron contra el TLC, ¿a cuáles otros electores piensa usted captar? -Hemos dicho que somos el brazo político del movimiento social. Hemos trabajado en una alianza de sectores sociales y empezamos por los agricultores. Luego seguimos con el movimiento sindical –al que le hemos dado una amplia participación-, con los educadores, con los cooperativistas, comunalistas, ecologistas y grupos religiosos. Desde un punto de vista electoral, creemos que los jóvenes son una prioridad y ese es el sector que está más desconfiado de las ofertas que hay.
¿Qué lo diferencia a usted y su partido de otros grupos que dicen estar ideológicamente cerca de los sectores sociales? -Tenemos una formulación distinta en ideas económicas, en programas sociales, en la relación entre la sociedad y el Estado. Hay algunos aspectos en los cuales coincidimos; pero –por ejemplo-, creemos que para hacer el cambio que Costa Rica necesita, no basta con que ganemos las elecciones o lleguemos a posiciones de poder. Aquí, si no hay lo que en nuestro programa se llama un despertar de la conciencia, un cambio de actitud, de mentalidad de la población, ningún cambio legal va a producir nada. Planteamos una estrategia de abajo para arriba. Tiene que haber una nueva concepción de Estado, fuerte, con presencia, interventor; pero, sobre la base de un Estado no excluyente, ni fragmentado, ni burocrático, ni centralista, sino metido en la sociedad. Proponemos una estrategia económica basada en energía, educación, ecología y ética.
Esa transformación del Estado que usted plantea, ¿implica convocar a una asamblea constituyente?-Sí. No creo en la constituyente de los Arias (Óscar y Rodrigo). Una constituyente en seco no va a producir nada. Tiene que ser una producida con la transformación de la mentalidad y la cultura política que estamos viviendo. Lo que proponen los Arias es centralizar y nosotros más bien descentralizar; creemos en el parlamentarismo, en la abolición del presidencialismo.
En su opinión, el nuevo Código Electoral ¿favorece o perjudica a las agrupaciones emergentes? -Hay que esperar un poco, pero lo que estamos viendo hasta ahora es que no está favoreciendo la emergencia de nuevos grupos. En el pasado, los medios de comunicación tenían más libertad para negociar la publicidad con los distintos partidos, mientras que hoy tienen que cobrarle a todos por igual y no admiten bonos. De no resultar electo presidente ¿cuál será su futuro político? -Confieso que estoy de candidato presidencial porque me saqué la rifa. No pensaba volverme a meter como candidato. Entre la Presidencia y el liderazgo me quedo con este último. Muchas veces uno puede tener más liderazgo sin ser presidente. Con lo que sueño es con ser un factor influyente en esta propuesta de ideas por las que estoy luchando.
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