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Francia en busca de su identidad

En Francia, a partir del 2 de noviembre de 2009, se lanzó una campaña liderada por el Gobierno del presidente Nicolas Sarkozy para redefinir cuál es la identidad nacional francesa.

En Francia, a partir del 2 de noviembre de 2009, se lanzó una campaña liderada por el Gobierno del presidente Nicolas Sarkozy para redefinir cuál es la identidad nacional francesa.
El debate nació como respuesta a los efectos de la globalización, en el cual, gracias a los medios de comunicación y las relaciones cada vez más interdependiente entre los países, una identidad nacional como tal, es cada vez más difícil de definir (si es que alguna vez ha sido posible).
Además, la iniciativa es considerada como una estrategia del Gobierno para ganar apoyo de los grupos más conservadores de la sociedad en las elecciones regionales que se llevarán a cabo en el mes de marzo de 2010.            Sin embargo, este debate tiene sus peligros, esto pues, alrededor del 13% de la población en Francia es migrante. Este tipo de campañas puede atizar todavía más los sentimientos xenófobos dentro de los nacionales y poner en una situación de inferioridad a los extranjeros, en las que sus prácticas culturales pueden verse como una “interferencia” para con la identidad nacional establecida, lo que traería consigo un choque cultural importante.            Con respecto a la idea de identificar claramente una identidad nacional única y hegemónica, se corre el riesgo de dejar excluidas a otras manifestaciones culturales que la mayoría tal vez no asimile como prácticas francesas, pero que una minoría las considera como propias. Tratar de establecer específicamente qué es ser francés parece una tarea imposible, no sólo en la actualidad, sino que siempre lo ha sido y lo seguirá siendo, ya que Francia como cualquier otro país del mundo, es resultado de una mezcla de tradiciones, prácticas, costumbre, valores, dialectos; todo como consecuencia de la interacción con otros pueblos. Es imposible pensar en algo tan rígido y estático como la identidad nacional que se propone establecer el gobierno de Sarkozy, las sociedades se encuentran en constante cambio a través del tiempo, y la retroalimentación, la interacción con personas extranjeras resultan factores fundamentales que provocan esta dinámica cultural y social.            Naturalmente, todas las naciones del mundo se llegan a sentir amenazadas por los “otros”, los extranjeros, por que sienten que sus tradiciones, sus prácticas, sus valores se encuentran indefensas; esto ocurre sin necesidad de que se realice un debate como el que se propuso en Francia. Sin embargo, para el Gobierno de un país tan influyente a nivel mundial, donde una importante parte de su población no es francesa de nacimiento, y muchas más son descendientes de inmigrantes; tomar una decisión como esta, no resulta racional. Esto, especialmente, si se toma en cuenta que los resultados pueden ser contrarios a los objetivos planteados, debido a que el debate sobre la identidad nacional nació como resultado de la “necesidad” por encontrar lo que define a los franceses como “franceses” dentro de un mundo cada vez más cambiante con una diversidad cultural cada vez es más perceptible.
Pero que por estas mismas razones el debate puede ocasionar cada vez más polarización dentro de la sociedad francesa, además habría que estar consientes de que parte de las consecuencias no se quedarán aisladas, sino que repercutirán en otras partes del mundo.            Por ello, es menester de Estados como Francia, el analizar con detenimiento antes de tomar decisiones tan delicadas como las de un debate sobre lo que es la identidad nacional, pues aparenta ser una iniciativa inofensiva, pero cuyas repercusiones pueden llegar a ser muy peligrosas.

  • Alejandra Arce (colaboradora del Observatorio de Medios de Comunicación sobre Población Migrante y Refugiada)
  • Opinión
France
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