Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Capital está urgida de una arquitectura inclusiva, tendencia que se dejó de lado en su redoblamiento.
Al posgrado de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Costa Rica (UCR) le suena extraño e inaceptable que San José se quiera repoblar con soluciones habitacionales diseñadas solo para ricos y que se excluya a la clase media y a las familias pobres.
Por eso Daniel Morgan, director del posgrado en Arquitectura, destaca que existen estudios de la mencionada facultad que demuestran que es posible construir proyectos en San José que le permitan a la gente de recursos medios tener acceso a una vivienda.La moda ha sido el desarrollo de torres en las que un piso cuesta $400.000 (¢200 millones), una suma astronómica e impensable para una familia cuyo sustento depende del ingreso de su labor cotidiana. Entre las propuestas de Arquitectura está repoblar la capital con una media de 600 habitantes por hectárea. Detrás de la Plaza de las Garantías Sociales hay espacio donde hoy hay edificaciones viejas que podrían servir para impulsar un proyecto alternativo.Para que una iniciativa de este calibre se desarrolle es necesario, precisó Morgan, que se cree una figura especial como una corporación municipal, una cooperativa de vivienda o asociaciones especializadas que favorezcan este tipo de ideas. “Creemos que la gente normal, común, también tiene derecho a vivir en la capital. Lo que se ha planteado hasta ahora lo que busca es excluir ”, dijo Morgan. De acuerdo con su visión, el bono de la vivienda es insuficiente para solucionar los complejos problemas habitacionales que hay en el país.De ahí que es posible crear proyectos mixtos en los que unos financien a otros en una misma edificación.“Esto no lo va a hacer la empresa privada, porque lo que le interesa es ganar dinero y no va a tomar recursos para financiar a familias de limitados recursos”. Se pueden combinar opciones en las que, incluso, gente con el bono de vivienda pueda, en términos reales, acceder a una casa en la ciudad.Para ello se tienen que establecer subsidios que salgan no del Estado sino de cada proyecto habitacional. “Es posible una solución así, pero la gente tiene que organizarse. Hay experiencias en otros países que confirman que se puede lograr un proyecto de ese tipo”, enfatizó Morgan. El académico consideró que la complejidad de San José exige a su vez medidas que contemplen diferentes aristas del problema. Sobre la modernización de San José y otros sectores urbanos impulsado por el Programa de Planificación y Urbanización de la Gran Área Metropolitana (PRUGAM), Morgan prefirió no referirse al tema, al aducir que no conoce a fondo lo que se hace por medio de dicha iniciativa.
MIRAR HACIA LA TIERRA
Mientras la propia municipalidad de San José, encabezada por su alcalde Johnny Araya, es partidaria de que se edifiquen torres habitacionales, Morgan expresó que no son necesarias torres de 30 pisos.Con edificios de cuatro o seis pisos sería suficiente. Se debería convocar a los ciudadanos que por lo general son excluidos para que tengan acceso real a comprarse una casa o un apartamento en la ciudad, explicó.“Las torres se han hecho cerca de La Sabana donde hay ciertas ventajas, pero en otras áreas de la ciudad podrían no funcionar”. San José es una ciudad a la que a diario ingresa un millón de visitantes procedentes, en especial, de las zonas cercanas al Valle Central, pero también llegan visitantes del resto del país.Pese a esa alta cantidad de personas, la ciudad poco a poco se fue quedando sola y mientras el comercio más diverso empezó a ganar terreno, los habitantes comenzaron a emigrar a zonas fuera del gran casco urbano.Desde hace al menos diez años existe un alto interés del municipio para que los costarricenses vuelvan a vivir en la ciudad, lo que no se ha logrado todavía.Los problemas de drogas y la inseguridad son dos de las razones por las que los josefinos decidieron cambiar de domicilio.
BUSES Y TRANSPORTE
No hay duda de que una de las mayores dificultades que presenta San José es su tráfico diario, en especial el relacionado con el ingreso de autobuses. En ese sentido, Morgan no cree –y esta es una apreciación personal– que la solución sea sacar de un golpe a los buses del centro de la ciudad.Lo mejor sería reagrupar en cinco o siete lugares las paradas para redireccionar los autobuses, pero sin bloquear su ingreso. Ello por varias razones: la primera, que la gente se ve obligada a caminar por la ciudad y esto favorece al comercio y al contacto social. Tampoco es cierto que el evitar entrar a la ciudad le ahorre tiempo a un pasajero. Está el caso, por ejemplo de alguien que prefiere tomar la periférica para llegar a la Ciudadela 15 de Septiembre y para ello opta por bajarse en San Pedro. Si hace el recorrido en periférica y lo compara con lo que tarde en llegar a San José y abordar otro bus, se dará cuenta de que los tiempos son muy similares. De ahí que el mito de que el no pasar por San José ahorra tiempo no es del todo cierto.Otra de las ventajas es que San José ya cuenta con zonas agradables para caminar como son los bulevares y, al haber una adecuada vigilancia en ellos, hace que se conviertan en un sitio seguro para andar. Morgan también descartó que las rutas intersectoriales sean la solución, porque las rutas no siempre cubren las necesidades de transporte de los pasajeros. En síntesis, lo que se requiere es una planificación del transporte que integre y que ordene, y no necesariamente que elimine la presencia de los buses en el corazón de la ciudad.De acuerdo con Morgan, el gran problema se da porque quienes toman las decisiones no viajan en bus, no saben cómo es esa experiencia y tampoco tienen conocimiento certero de cómo es que se mueve ese sector del transporte urbano.
OTRA MIRADA
Para la Escuela de Arquitectura y el director del posgrado, es necesario que el abordaje de lo urbano se atienda de manera diferente y se busque, ante todo, la inclusión, la que al final facilitará un verdadero repoblamiento de San José.También conviene que los planes enfoquen, en toda su dimensión, la complejidad que encierra una ciudad como la josefina, que creció sin una regulación adecuada. Por eso, sería prudente no solo pensar en soluciones habitacionales como las torres, que dejan sin ninguna oportunidad a la clase media y a la baja de vivir en la capital.En contraparte con esta tendencia, lo que se ha dado es un crecimiento de la población en sitios como Santa Ana, Ciudad Colón, Alajuela y Desamparados, entre otros lugares, dado que los habitantes buscan alejarse del centro, pero sin perder ventajas.
Este documento no posee notas.