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El 31 de marzo del 2010 se cumplen 52 años de que el presidente José Figueres Ferrer otorgara la primera concesión -por 30 años- para telecomunicaciones al ICE, mediante Ley No. 2199, del 31 de marzo de 1958.
En 1924 la estadounidense The Electric Bond & Share Company (constituida en 1905 por la General Electric Company, con sede en New York), a través de su subsidiaria American & Foreign Power Company, compró la Compañía Nacional Hidroeléctrica S. A. y en 1927 también lo hizo con las empresas The Costa Rica Electric Light & Traction Co. (cuyo mayor accionista era Minor Keith) y la Compañía Nacional de Electricidad (propiedad de Felipe J. Alvarado & Cia.), que también prestaba los servicios telefónicos, con lo que los servicios eléctricos y telefónicos del país fueron monopolizados por esa transnacional.
El 8 de abril de 1941 la American & Foreign Power Company fundó la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL S. A.), y trasladó a ella todas sus concesiones. José Figueres, como Presidente de la Junta de Gobierno de la Segunda República, fundó el 9 de abril del 1949 el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), que inició un ambicioso plan para el desarrollo eléctrico del país y asumió los sistemas de la CNFL, y en 1958, en su segundo mandato, le encargó también el desarrollo de las telecomunicaciones y le solicitó un diagnóstico y elaborar un plan a diez años plazo. Ese mismo año se promovió la Licitación Pública No. 380, para contratar la mejora y expansión del SNT, de ingrata memoria, pues intereses poco diáfanos pretendieron adjudicarla a un consorcio financiero italiano: «La Centrale Financiera Generale» de Milán, con tecnología obsoleta. El proyecto se logró abortar gracias a la valiente posición de la Contraloría General de la República, que impugnó tanto la licitación como a la empresa ganadora. La Contraloría se apoyó en los reveladores dictámenes del Servicio Nacional de Electricidad (SNE), la cual asesorada a su vez por la firma Preece, Carden & Rew de Inglaterra, alertó sobre la compra de tecnología obsoleta.Para 1963 el sistema telefónico todavía estaba en manos de la CNFL y contaba con 9.602 líneas, de las cuales 9.002 eran manuales, instaladas en San José principalmente, 330 en Cartago, 540 en Heredia, 650 en Alajuela, 83 en Coronado, 1147 en Tres Ríos y 342 en Puntarenas. Sus centrales automáticas prestaban servicio en el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría 200 líneas y en Moravia 400 líneas. Sin embargo, San José contabilizaba 15.171 aparatos, lo cual representaba 1.6 aparatos por línea, consecuencia del uso de las Jota. Para 1963 la central manual de San José era considerada la más grande del mundo, sus equipos eran obsoletos y el servicio deficiente. Costa Rica ocupaba para entonces el último lugar en telecomunicaciones en Centroamérica, con 1.000 aparatos automáticos; le seguía Honduras con 5.000, Nicaragua y El Salvador con 7.000 y Guatemala y Panamá con 22.800, cada uno. La administración de Francisco Orlich Bolmarcich reforzó el marco jurídico del ICE, nacionalizó los servicios de telecomunicaciones mediante Ley No. 3226 del 29 de octubre de 1963, facilitando así las negociaciones entre el ICE y la CNFL, para que el Instituto pudiera finalmente asumir el sistema telefónico de esa compañía, lo cual hizo el 31 de diciembre de 1963, hace ya 46 años.La visionaria labor del ICE, a 30 años de haber asumido los servicios eléctricos en 1949 y los telefónicos en 1963, puso a Costa Rica entre los países más desarrollados en ambos servicios en América Latina.
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