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Los países más poderosos deben tener presente que los seres más amenazados del planeta son,precisamente, los pobres.
El ser humano se sensibiliza ante los miles de millones de seres humanos que se mueren de hambre, por el simple hecho de carecer de las condiciones mínimas para vivir; los países desarrollados deben aprender a decrecer para que al resto de la humanidad se le proporcione las herramientas necesarias para que aprendan a pescar su sustento diario con equidad y respeto por la naturaleza.
Sin embargo, las posibilidades de sobrevivencia para los millones de personas pobres son mínimas, por la destrucción ecológica que hoy resiste la Tierra; ecesitamos un cambio, el cual requiere de un diálogo entre personas, comunidades y países desde los principios de la solidaridad humana y el respeto a la naturaleza. De nada nos sirve crecer si se está destruyendo las fuentes de vida de las futuras generaciones.¿Será entonces mediante el diálogo que logremos integrar la realidad, para diseñar un modelo pedagógico que nos lleve a la sana y nueva convivencia en el planeta? Poco a poco y muy lentamente se enciende una luz en algún lugar del globo terráqueo; sí, es una luz de esperanza para que el complejo proceso de cambio pedagógico desde lo más abstracto del pensamiento hasta las acciones más simples, nos lleven a la construcción de beneficios para todos, producto de la unión, la cooperación, el interés por los demás, de la abundancia para todos, con justicia social y con igualdad, con ternura y con amor, de un volverse al ser humano, como fuente primaria, con sus raíces profundas, con sus complejidades, con su pasado y su presente. Uno de los aspectos fundamentales es que la pedagogía tiene que ver con humanizar lo humano, el alma, la mente, es decir con el espacio relacional o psíquico que vivimos y que deseamos que vivan nuestra niñez, para que la nueva cultura sea heredada a generaciones futuras más solidarias y sororales.Como grupo social integrado en el cosmos, el futuro de la cultura siempre se había visualizado desde la naturaleza humana optimista de “progreso”; sin embargo, la profunda contaminación y abuso de la Tierra, ha ocasionado a mediano plazo un futuro muy incierto donde está en juego la sobrevivencia del planeta. El pasado nos permite determinar los grandes errores cometidos, en la ciencia, sistema político y la agresividad explotadora del medio. El presente nos ayuda a reflexionar que se puede cambiar en convivencia y diálogo entre los seres humanos con la naturaleza y el futuro, nos hace mirar hacia arriba o abajo, pero no hay vuelta atrás, si no cambiamos la visión de nosotros mismos, de la naturaleza y del universo, desaparecemos. Desde esta nueva apropiación de conocimientos, la aprendencia es un proceso de convivencia y de una perpetua aceptación al otro; educar es formar a la humanidad bioéticamente comprometida para enfrentar los grandes problemas de nuestra Madre Tierra, como son el hambre, la miseria, ignorancia y la fragmentación del saber. Educar es amar, convivir, y compartir en lenguaje constante entre cada ser humano con un único propósito: La bioética permite percibir y vivir bajo la concepción como que la existencia no está predeterminada, la vida no es lineal, como tampoco la flecha del tiempo lo es, que aprendemos mientras se tenga vida, la realidad que percibo es una construcción cerebral que se erige por los recuerdos y la imaginación, la creatividad, que las cosas existen en muchas dimensiones y no solo en las de la dicotomía. La bioética pedagógica es vida, dentro del propio entorno, porque, vivir es conocer, es aprender. En el caso que nos ocupa, la promoción de aprendizajes es durante toda la vida de cada ser humano junto y para las otras y los otros; por lo tanto, es un compromiso que se da en convivencia para la construcción de la sociedad planetaria, como de sí mismo, se debe tomar en cuenta, ciertos principios, entre ellos:Ser pleno en el desarrollo de uno mismo, bajo la renuncia del tener, para convivir en armonía. Amar y solidarizarse con el mundo que le rodea.Amar y respetar todas las manifestaciones de la naturaleza y a cada cultura en particular.Ser feliz en el proceso de vivir cada día más.
Con base en lo anterior, la educación es un proceso continuo que dura toda la vida y que hace de la comunidad donde vivimos un mundo espontáneamente conservador en lo que al educar se refiere. Al mismo tiempo, el ser humano tiene derecho al disfrute, gozo de la ciencia, poesía, música y espiritualidad, en armonía con su conciencia ecológica.
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