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En honor a los cinco héroes
cubanos prisioneros del imperio
Es reiterativo y repugnante, observar como a través de las poderosas empresas periodísticas, especialmente de Europa y Estados Unidos, se ha impulsado una campaña mediática en torno a la muerte del recluso cubano Orlando Zapata, quien se sometió a una huelga de hambre de dos meses y medio.
La agresividad contra Cuba se pone de minifiesto en los editoriales, columnas de opinión y notas periodísticas. La Nación publicó un editorial 26/2/2010, haciendo gala de su incondicional servilismo al imperio, y a los grupos mercenarios afincados en Miami.
En nombre de los «prisioneros de conciencia»y «disidentes» cargan todo su odio, rencor y cinismo contra el pueblo heroico de Cuba y su proceso revolucionario, que en 52 años, y a pesar del criminal e inhumano bloqueo económico, comercial y financiero, ha demostrado al mundo ser un país lleno de solidaridad, fraternidad y amor por la humanidad.
Un pueblo trabajador, dedicado permanentemente a engrandecer a su patria, a fortalecer sus intituciones y a defender su soberanía territorial con valentía y dignidad, cuyos valores y principios revolucionarios, y el amor extraordinario que sienten por su patria agredida. Así exponen sus vidas con entrega, honor y lealtad.
Lamentablemente, la muerte de este ser humano es utilizada en forma vil e inmoral por los enemigos de la Revolución cubana, hasta el extremo de convertirlo en un «mártir», de las libertades, la democracia los derechos humanos, y de actuar en forma independiente.
Pero el señor Orlando Zapata tenía todo un expediente como delincuente común. Al final de cuentas se puso en manos de los enemigos de su patria, al servicio del imperio criminal que durante más de cinco décadas ha llevado dolor tragedia y destrucción al pueblo de Cuba, donde más de cinco mil hermanos han sido víctimas del terrorismo de Estado. Acciones criminales, de lesa humanidad por grupos de apátridas estacionados en Miami, coordinados y financiados por Washington o la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).
Debido a estas acciones contrarrevolucionarias, el pueblo y gobierno han hecho enormes esfuerzos para detectar y desenmascarar a estos grupúsculos, infiltrándolos con agentes de la seguridad del Estado, como aconteció en marzo del 2003, cuando el gobierno cubano presentó las pruebas irrebatibles contra 73 «disidentes», juzgándolos como mercenarios al servicio de los Estados Unidos y los grupos terroristas radicados en Miami.
Hay material sufuciente, tanto testimonial como fotográfico, que demuestra una vez más que estos grupos anticubanos son asalariados al servicio de los planes del imperialismo, de anexar y recolonizar a Cuba.
Pero lo grave e inaceptable de este escándalo político, es que la prensa hegemónica ha venido guardando silencio cómplice en relación con otros acontecimientos de gran connotación política y legal.
Por ejemplo, el pueblo de Cuba recibe con indignación la noticia de que el día 8 de mayo, la Jueza Kathleen Cardone tmó la decisión de liberar en forma definitiva a Luis Posada Carriles, terrorista convicto y confeso en el atentado contra la línea áerea de Cubana de Aviación en 1976, donde murieron 73 personas, con clara evidencia del desprecio que sienten por la humanidad. Son los mismos intereses que guardan silencio ante miles de personas que han muerto en Irak y Afganistán, y otros detenidos y torturados brutalmente en Abu Ghraib, Guantánamo y otras cárceles secretas en Europa, por el imperialismo.
Ahora con la resolución del 11 de marzo sobre Cuba, el Parlamento Europeo se suma vergonzosamente a la maquiavélica campaña política y mediática de violación al principio de autodeterminación que tiene el pueblo de Cuba, cuya intromisión en sus asuntos internos es de ya rechazada, y se exige respeto a su proceso revolucionario, a su vida institucional, a su democracia participativa y representativa, en el ejercicio pleno de sus derechos como patria libre, soberana e independiente. Y no son los aullidos de los lobos mercenarios, los que van a decidir en Cuba.
Porque además, ese pueblo tiene razones suficientes para luchar y resistir, como lo han hecho durante casi doce años los cinco héroes cubanos antiterroristas: Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González, René González y Gerardo Hernández, que permanecen injustamente encarcelados en prisiones del imperio, sometidos a todo tipo de crueldades, vejámenes y atropellos a sus derechos fundamentales tipificados en la Constitución de los Estados Unidos, y el derecho internacional. Honor a quien honor merece.
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