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Arcádicas certezas paradójicas

Dentro de los eufóricos rebotes públicos por el triunfo de L. Chinchilla en el seno de quienes utilizan el nombre de Partido Liberación Nacional destaca el del economista Saúl Weisleder.

Dentro de los eufóricos rebotes públicos por el triunfo de L. Chinchilla en el seno de quienes utilizan el nombre de Partido Liberación Nacional destaca el del economista Saúl Weisleder.
La publicó La Nación S.A. (16/02/10). Su tesis  es que una mejor comprensión del logro de Chinchilla se obtiene si se la ubica en el período histórico abierto en la década de los ochenta, período que provocó ‘transformaciones profundas’ que la actual presidenta electa supo recoger en su propuesta política. Para Weisleder, Chinchilla tendría un posicionamiento global (GPS) que le permite superar el viejo mapa de papel de la cúpula del PAC y, al mismo tiempo, le otorga una eficacia operativa que le impide caer en el ‘piloto automático’ neoliberal que atribuye al Movimiento Libertario.
El GPS (Sistema de Posicionamiento Global) es un producto de las tecnologías de punta, de origen militar. Permite fijar mediante satélites la posición de cualquier objeto (“terroristas” afganos, por ejemplo), y aniquilarlos a cohetazos “sin error”. Así Chinchilla, un tipo de mujer biónica, estaría dotada de esta capacidad ‘infalible’ de discernimiento y acción.
¿Cómo se llegó a esta ‘bionización’ de Chinchilla? Bueno, Costa Rica, ‘rara’ excepción en la crisis planetaria, articuló los gobiernos de Luis Alberto Monge (quien crea la Social Democracia Remozada), Óscar Arias (inaugura el ‘boom’ turístico) y José María Figueres (abre al país a una ‘integración inteligente con el mundo’) que constituyen, junto con los cambios demográficos, una estructura social compleja que ni socialistas democráticos tradicionales, ni pacistas o libertarios, comprenden. Menos todavía, dirigentes o analistas que alguna vez fueron de avanzada (menciona a Rolando Araya y a Rodolfo Cerdas). Ninguno de ellos se ‘bionizó’ como Laura.
Las maravillas modernas (Arcadia) que serían Costa Rica y Chinchilla, gracias a la secuencia, articulación y acumulación continua de los gobiernos ‘liberacionistas’, admiten, según Weisleder, una paradoja. El padre de la Social Democracia Remozada, Luis Alberto Monge, repudia su paternidad, la denuncia (agregado nuestro) como anticostarricense y se alía electoralmente con quienes antes fueron sus opositores. Burro que es Luis Alberto “arriesgando así su legado histórico”.
Cooperando con Weisleder se podría señalar otra paradoja: ¿Cómo conciliar la política de una ‘integración inteligente con el mundo” (W. la entiende como una globalización que beneficie a Costa Rica más que a las economías centrales), de Figueres Jr., con su autoexilio (algunos lo llaman ‘fuga’) y nacionalización española? ¿No arriesga de este modo también su “legado histórico”?
Bromas aparte, la Arcadia de Weisleder, efecto de la ‘maravillosa’ conducción ‘liberacionista’ del país, le ofrece a la biónica mujer presidenta los siguientes desafíos para nada idílicos: a) una educación pública que ni por calidad ni cobertura es funcional; b) un sistema autoderruido de seguridad social; c) una estructura vial desatendida durante al menos 30 años; d) el acoso del crimen organizado, cuyos actores centrales: EUA, narco, OIJ y jueces, aceleran corrupciones y dependencias y trituran la seguridad ciudadana; e) una concentración de poder político-empresarial privilegiado (que además rechaza pagar más impuestos) que habría deseado para sí Nebjeperura Tutanjamón, alias Tutankamón, no por 9 años sino para la eternidad; f) un creciente deterioro del empleo, la capacidad salarial y el sistema cooperativo de trabajo; g) el carácter corrupto y venal o negligente, al parecer definitivo con la derrota político-cultural del PAC, de las argollas políticas reinantes, ceño ejemplificable con el procesamiento de dos expresidentes y la defraudación y robo del Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares durante la administración Figueres Jr. O, aún más grave, con el clientelismo del aparato estatal.
Por supuesto aquí se desea que la presidenta Chinchilla, biónica o no, atienda esta gama de desafíos concertando todas las fuerzas socio-históricas del país y enfrentando con bravura a quienes quieran prolongar o reforzar un statu quo suicida. Y si lo hace bien, que se la reelija en el 2018 y hasta en el 2014 si una ley y un renovado Tribunal Supremo de Elecciones la facultan.
 

  • Helio Gallardo (Catedrático UCR)
  • Opinión
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