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Fernando Contreras se aventuró en la reescritura de “Única mirando al mar”, al considerar que requería de un nuevo estilo.
A pesar de que “Única mirando al mar” fue un éxito desde que se publicó, la honestidad y la madurez de Fernando Contreras hizo que diez años después la reescribiera por completo, un proceder por demás insólito en la literatura costarricense.Tras un largo pulso con la editorial Norma, que publicó una versión no avalada por el autor, Contreras presentó en el Centro Cultural Mexicano, el lunes 19 de abril, la novela reescrita.
Tanto “Única mirando al mar” como “Los peor” aparecen esta vez editadas por Legado, la cual es coordinada por Sebastián Vaquerano, actual embajador de El Salvador en Costa Rica.
Contreras, quien es profesor e investigador en el Universidad de Costa Rica, expresó su satisfacción por haber logrado, al fin, resolver la disyuntiva con Norma, la cual hizo que “Única mirando al mar” estuviera fuera de circulación un año.“Las diferencias con la editorial Norma surgieron por una razón muy concreta: publicaron una versión de mi novela y no tenían autorización para hacerlo”, expresó.
El autor de “Urbanoscopio” explicó que los personajes, las situaciones y la historia del relato se mantienen, lo que hizo fue una labor estílistica que en un principio comenzó con una revisión de rigor; no obstante, conforme se adentraba en el texto descubría que necesitaba de un nuevo tono narrativo.
“Me parece que el tema que plantea la novela sigue vigente e interesa todavía a los lectores, pero al revisarla diez años después de haberla escrito, me di cuenta de que debía reescribirla”.
Esa tarea — que no es usual entre los escritores, incluso muchos, como el propio Gabriel García Márquez, prefieren no volver a sus textos jamás, por el temor de toparse con amargas sorpresas—le llevó un año de trabajo.
Luego surgió el diferendo con Norma y eso provocó que la novela se quedara un tiempo fuera del alcance de los lectores, con quienes Contreras considera que por medio de sus historias establece un diálogo interesante y provechoso.
El autor reconoce que reescribir, como lo hizo esta vez, una novela no es un proceder frecuente, pero que realmente aceptó el desafío no para quebrantar las reglas que rigen en la literatura costarricense, sino porque sintió una necesidad al disponer de más madurez como escritor.
“Denuncia irónica de nuestra corte de los milagros, la breve y laureada novela ha sido profundizada por su autor y nos la ofrece ahora en versión revisada y definitiva”, se destaca en la solapa posterior del libro.
UNA ATRACTIVA TRAMA
“Única mirando al mar”, publicada en 1993, es una historia que transcurre en la marginalidad y uno de sus principales escenarios es el relleno de Río Azul, donde Mondolfo Moya Garro se encuentra con Única Oconitrillo y ambos personajes empiezan a entrelazar esperanzas.
La propuesta textual del autor no solo sobresale por la hondura con que se abordan los asuntos en la novela, sino también por su belleza estética, como la escena en la que “un hombre le da a un canario su última ración de alpiste y lo libera; después se tira a la basura como un desecho más”.
Para el comentarista anónimo de los paratextos que aparecen en la novela, “esta es una de las imágenes más brillantes que haya inventado algún escritor costarricense, no solo por el ingenio que la adorna, sino por lo que vislumbra y desencadena, en uno de los mejores relatos sobre la miseria global del siglo XX”.
“Única mirando al mar” forma parte de los textos que utiliza el Ministerio de Educación en secundaria para tratar distintas temáticas que en teoría deberían interesarle a los jóvenes estudiantes.El autor de “Cierto azul”, su más reciente novela, que salió el año pasado, reconoce su predilección por los temas urbanos y marginales.
Tanto “Única mirando al mar” como “Los peor”, galardonada con el Premio Nacional de Novela Aquileo J. Echeverría en 1995, ya están disponibles en la principales librerías del país, en ediciones al mejor estilo de la editorial Legado.
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