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Autonomía universitaria e improvisación judicial

“No es orden ni estabilidad lo que perdura sobre una base de violencia”. Con  estas palabras cerró Rodrigo Facio uno de sus mejores discursos ante la Asamblea Nacional Constituyente. (Acta 94)

“No es orden ni estabilidad lo que perdura sobre una base de violencia”. Con  estas palabras cerró Rodrigo Facio uno de sus mejores discursos ante la Asamblea Nacional Constituyente. (Acta 94)
El campus universitario, bautizado con el nombre de aquel prócer de la academia, fue invadido sin ningún aviso ni coordinación previa por una fiscal y el contingente de policías judiciales a su cargo que hoy son defendidos por el mismísimo fiscal general y el director del OIJ, quienes presumiblemente habrían dicho sí justo antes de la toma de la Universidad.
Sí a invadir una casa de enseñanza superior rompiendo portones y defensas, destruyendo jardines y hasta golpeando profesores, estudiantes y quien se pusiera por delante.
Todo con tal de corregir su propia incapacidad supina para prever y coordinar seriamente un operativo que casi pareciera de rutina.
Como mínimo, debió preverse que un policía corrupto de la universidad -que de que los hay lo hay, pues yo mismo he denunciado abusos de esas gentes que han parado en nada gracias a las refractarias respuestas de los Vicerrectores-, podría huir hacia el campus contiguo para desaparecer los billetes marcados que servían de evidencia a su corruptela.
Pero, además, porque al mismo tiempo debió coordinarse ipso facto con la rectora o supletoriamente con el vicerrector de administración, el ingreso al campus Rodrigo Facio. Si no le hubiera respondido, se difiriera la respuesta, o le negaran el ingreso, ahí sí, en todo caso, podían forzar su entrada.
Pero: ¿Por qué no se pidió la colaboración inmediatamente? Y ya que no se hizo y la captura había fracasado: ¿Por qué no se replegaron? ¿Eran realmente necesarios los refuerzos armados? ¿No era más lógico esperar al supuesto corrupto a su salida y ahí, ya fuera del campus, detenerlo sin la más mínima complicación? ¿O es que acaso la “inteligencia” fiscal creyó que por llamarse “ciudad universitaria” el perseguido vivía ahí?
Decía mi abuelo, Luis Barahona, profesor de filosofía de la UCR que entregó su vida a la lógica, que “la inteligencia consiste en anteponerse al caos”. Justamente, lo que faltó a la neófita fiscal, sus jefes y ad láteres, incluido el Fiscal General que hasta ahora venía siendo casi venerado por buena parte de la comunidad universitaria. Y esto porque no anticiparon la reacción del supuesto corrupto ni mucho menos la esperable respuesta estudiantil que, ante la fuerza innecesariamente aplicada por hombres armados y supuestamente entrenados, pudo enlutar el campus.
Esta vez, fueron las fuerzas del orden las que provocaron el desorden. Eso es, ciertamente, anormal, y por tanto no puede quedar sin consecuencias. Lo que importa ahora es impedir que se borre impunemente el antecedente, dado que no hay peor crimen que los malos ejemplos. Y está claro que policías volando puño a estudiantes esposados y patadas a señoritas que rodaban por el suelo, no es más que el peor de los ejemplos que puede brinda una autoridad que se desautorizó a sí misma frente a toda la comunidad universitaria y aquella porción de la opinión pública que nada tiene que ver con la universidad pero está en capacidad de justipreciar el uso innecesario de la fuerza.
Así que si la rectora y su equipo de vicerrectores no logra, echando mano de sus asesores legales y en clara coordinación con el Consejo Universitario y los decanos, sobre quiénes desde luego ha de volcarse todo nuestro apoyo, restituir la autonomía universitaria mediante un reconocimiento público del Poder Judicial que, incluso, debería acarrear destituciones, no habrá mañana seguro para nadie, porque si hasta en la universidad benemérita es la fuerza y no la razón la que triunfa, y la propia universidad es incapaz de defenderse, quién podrá defendernos mañana como sociedad civilizada.
 

  • Pablo Barahona Kruger (Máster en Derecho Constitucional)
  • Opinión
Violence
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