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El mes de abril es emblemático para el país: la lucha contra los filibusteros, tanto los de 1856 como los de ALCOA en 1970, fechas a las cuales –lamentablemente- tendríamos que agregar otras dos: el 12 y 16 de abril del 2010, hoy con la irrupción de nuevos protagonistas de la irresponsabilidad y la violencia.
La abrupta violación de la que ha sido objeto el campus de la más vieja institución de Educación Superior en Costa Rica por una policía fuertemente armada que atropella sus barras de acceso y las zonas verdes, su feroz arremetida contra estudiantes, docentes y funcionarios (as) administrativos defensores de la autonomía universitaria, evidencia el grado de militarización de las fuerzas policiales en Costa Rica y su ilimitado abuso de autoridad.
¿ En qué se diferencia esta embestida contra el alma máter de la que sufrió recientemente la Universidad Nacional Autónoma de Honduras ( UNAH) bajo las órdenes del ejército y del Comando Especial Cobra? ¿En qué se asemeja el famoso grito de Córdoba un 21 de junio de 1918 de lo que aconteció el 12 de abril?
Efectivamente, hace más de 90 años los jóvenes argentinos se rebelaron , aún a costa de su propia vida, para romper las cadenas de la tiranía que ataba la Universidad Pública a la dominación; la conquista fue inmensa al proclamarse la autonomía universitaria como “una vergüenza menos para el país , y una libertad más.” La llamada “revolución de las conciencias”, se tejió con sangre y con heroísmo.
El tesón y la valentía con que los universitarios (as) de hoy defendieron la autonomía de nuestra Universidad, a pesar de las lesiones recibidas por los garrotazos de la policía, a pesar de los estudiantes detenidos y esposados como delincuentes, volvieron a revivir los ideales proclamados por aquella juventud de 1918: “no podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa, ni al juego de intereses egoístas”. La gran marcha en Costa Rica tres días después, mostró la indignación y el repudio de miles de personas , la caminata desde el pretil hacia la llamada Corte Suprema de Justicia, no fue para pedir, sino para exigir libertad, respeto y responsabilidad hacia los sagrados recintos universitarios.
El día 16, se difunde una nueva y alarmante noticia: la Sala Constitucional da luz verde para la depredación de nuestros recursos naturales, mediante el aval a la minería a cielo abierto en Crucitas. Los cuidadosos estudios de biólogos y ambientalistas mostrando las consecuencias irreversibles para la devastación del bosque, y la contaminación de los mantos acuíferos, con grave peligro para la salud humana y para los seres vivos de la región, no fueron suficientes para los señores magistrados. La votación fue de cinco a favor y dos en contra, los mismos dos patriotas que se opusieron en su momento a la privatización de la energía, a la venta de las instituciones públicas, y a la entrega de la soberanía nacional. Desde luego, el Presidente de la República se declara “feliz” con el fallo de la Sala IV, ésta a su vez también aplaude el haberse constituido durante estos cuatro años en un apéndice leal y obediente de los mandatos del ejecutivo.
Este gobierno ha dejado a un lado la responsabilidad con la población actual y las futuras generaciones. Su característica principal ha sido “Nobel de la paz” en el extranjero y “Nobel de la guerra” en Costa Rica. Se le declara la guerra a las universidades públicas, particularmente a la Universidad de Costa Rica, por su posición crítica e independiente frente a la realidad del país; se propician acciones terroristas contra la naturaleza, leáse Sardinal, Barva, Crucitas, Osa, zonas costeras… , mientras en los foros internacionales se propagandiza cínicamente el programa “paz con la naturaleza” .
En otras palabras, al actual gobierno incluidos sus apéndices incondicionales, les importa poco la vieja y sagrada conquista de la autonomía universitaria, les importa menos aún la flora y la fauna del país. Lo importante es el tener contante y sonante, por encima del ser y del futuro de Costa Rica.
En esta ofensiva en donde incluso la constitución ha sido abusada y maltratada, cuentan con el apoyo de la gran prensa empresaria, que al fin y al cabo reacciona conforme a los intereses económicos de su sociedad comercial. Parafraseando a un gran autor podríamos decir, ya no se trata solamente de “civilización o barbarie”, en la Costa Rica actual se trata sobre todo de “responsabilidad o barbarie”, que constituye el gran el reto que tiene por delante nuestro pueblo.
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