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Las promesas de Óscar Arias para mejorar la calidad de vida de las poblaciones más vulnerables, quedaron rezagadas.
Las metas a las que el presidente Óscar Arias prometió llegar en el área social en su plan de gobierno se incumplieron o se hicieron realidad a medias, pues la pobreza, desempleo y falta de vivienda no disminuyeron en su segundo mandato.
El gobernante saliente indicó en su propuesta publicada en el 2005 que impulsaría “una política social renovada y socialdemócrata, incluyente y orientada al logro del desarrollo del ser humano”, y que era uno de los ejes de acción de su programa.
No obstante, según informes recientes, dichos rubros aumentaron en los últimos cuatro años. Según el último Informe Estado de la Nación, 600.000 personas reciben menos del salario mínimo, el desempleo abierto creció en 0,3% y el nivel de pobreza y pobreza extrema aumentaron 1 y 3,5 puntos porcentuales, respectivamente.
FALTA DE ARTICULACIÓN
Para Isabel Román, investigadora del Estado de la Nación, resulta fundamental la coordinación entre los programas dedicados a mejorar la calidad de vida de las personas más necesitadas. Comentó que en este gobierno hubo mucha desarticulación entre los esfuerzos para fortalecer dichos sectores, pues no se conformó una política de ataque a la pobreza con una visión de largo plazo, quedando como un desafío pendiente para el país.
“En el combate a la pobreza se hicieron esfuerzos importantes como el programa Avancemos y el Régimen no contributivo de pensiones, que tuvieron un impacto positivo, pero en el contexto de la crisis económica esto se revirtió al final de la administración”.
La socióloga comentó que a pesar de estos esfuerzos, la lucha contra la pobreza debió implementarse de forma paralela al impulso de políticas universales en salud y educación, y la generación de una política de empleo. Afirmó que el Estado fue incapaz de articular ese último rubro, lo que tuvo como consecuencia que más de un tercio de la mano de obra ocupada gana menos del salario mínimo.
“Si a esas personas se les diera el salario mínimo, la pobreza se reduciría en 6%, es un tema de apostar a políticas universales y focalizadas que se articulen bajo una rectoría y visión de largo plazo que apueste al crecimiento económico. En un contexto de crisis es mucho más necesaria una política de empleo”.
Citó que resulta esencial la construcción de un mecanismo donde funcione un ente rector que promueva ese trabajo conjunto entre los distintos programas sociales y que evite su dispersión. Una de las propuestas que no se hizo realidad fue la creación de un ministerio de desarrollo humano y de combate a la pobreza.
Durante los últimos 20 años no se ha logrado armar una política de combate a la pobreza aunque existen bastantes programas para atender a la población con mayores necesidades, por lo que urge colocarlos en una sola vía para potenciar los recursos con los que se cuentan, y que se conviertan en objetivos que trasciendan las administraciones, comentó.
Destacó que otorgar subsidios no es suficiente, sino que se requiere de la fusión entre la política social y económica. Añadió que la inserción de las mujeres en el mercado no es de la mejor calidad, ya que muchas se incorporan en jornadas parciales porque deben cuidar a sus hijos e hijas, además de que son jefas de hogar en su mayoría.
Pese a las circunstancias, en su informe de labores presentado el pasado 1 de mayo ante la Asamblea Legislativa, el presidente Arias aseveró que por primera vez en la historia del país, el Gobierno dedicó gran cantidad de recursos a las políticas sociales.
“No soy yo quien dice que la prioridad de este Gobierno ha sido ayudar a las personas más pobres de nuestra sociedad. Lo dice el Presupuesto de la República y cada uno de los programas que mantuvimos, aún en medio de una devastadora crisis económica internacional”. Manifestó que logros como disminuir la pobreza en 3,5% a la mitad de su mandato demostraron que el Gobierno estaba a favor de los más humildes y vulnerables.
Indicó que la crisis detuvo parte del avance realizado, pero que con el Plan Escudo se solventaron muchas necesidades.
POCO SEGUIMIENTO
El economista y exministro de Vivienda Helio Fallas mencionó que en el programa de gobierno de Arias se proponían acciones muy concretas, tal es el caso del reestablecimiento del papel del ministerio del ramo como ente rector y encargado de velar por la buena marcha de los programas.
No obstante, estas promesas eran extrañas porque la institución ya venía cumpliendo con esas funciones desde gobiernos anteriores. Agregó que queda debiendo en la parte de asegurar la buena marcha de los programas.
Explicó que la propuesta de movilización social y de brindar hogares a las personas que habitan en los precarios no se cumplió. De las 16.000 casas nuevas que se construirían por año, en el momento más alto se llegó a 13.000, por lo que la meta se logró parcialmente.
“El comprometerse a erradicar los precarios y tugurios parecía una cuestión muy ambiciosa, mal planificada y sin recursos, y se necesitan dos o tres gobiernos para establecer políticas de Estado”, dijo.
Este objetivo no cumplido aumenta ahora la debilidad de las personas con más necesidades, porque además de no contar con una vivienda, carecen de otros recursos como la educación, salud y empleo, al no darse una unión efectiva de todos los esfuerzos por mejorar su situación.
Explicó que el mandatario también colocaba énfasis en la expansión sistemática de la clase media, aunque consideró que tampoco se logró mucho en este punto, por diversos factores que obstaculizaron su avance, como los cambios de los líderes en el ministerio.
“El hecho de que hubiera cambios en los jerarcas de las distintas instituciones del área hace que a veces se empiecen planes pero que no se terminen. Ello porque mientras la persona conoce las prioridades se le va el tiempo rápidamente; esa inestabilidad en los cargos principales le afectó y la planificación fue muy débil”.
Recordó que hubo varias permutas en los jerarcas. El ministro de vivienda cambió dos veces y el Banco Hipotecario de la Vivienda (BANHVI) tuvo tres gerentes, provocando que los resultados no fueran los mejores y ello afectó el desarrollo de las acciones.
La última renuncia fue la del hoy diputado por el Partido Liberación Nacional Guillermo Zúñiga, quien dimitió del cargo de ministro para lanzarse a la candidatura para una curul.
Igualmente, expresó que la planificación se combina con el tema de los recursos y financiamiento para lograr sus planes, elementos que fueron insuficientes. Aseguró que se dio una falla seria en la organización de las acciones por ejecutar y que la proyección fue muy débil, además del poco seguimiento y supervisión de las obras.
“Es un tema complejo porque participan muchos actores. En la administración Arias se abandonó la supervisión por medio de auditorías de calidad”.
Aunque surgen críticas por las acciones del Gobierno saliente en el área de vivienda, Arias destacó en su último discurso como presidente que la mitad de las personas que habitaban en tugurios (19.000 familias) recibieron atención por medio de bonos de vivienda y bonos comunales.
Promesas sin cumplir
Estas son algunas de las propuestas que el presidente saliente Óscar Arias planteó en su plan de gobierno, muchas de las cuales cumplió de manera parcial.
* Compromiso con la reducción sostenible de la pobreza y expansión sistemática de la clase media.
* Compromiso con niveles crecientes de coordinación, seguimiento y evaluación de la política social.
* Reducir la brecha de oportunidades y bienestar que hoy separa a los costarricenses por razones económicas, geográficas, étnicas, raciales y de género y, en particular, reducir las tasas actuales de pobreza en, al menos, un 4% en los próximos cuatro años.
* Es preciso asignar recursos de manera prioritaria a las zonas más empobrecidas del país o en mayor riesgo social. Esta tarea debe ser ejecutada en coordinación permanente con los ministerios e instituciones que poseen una alta incidencia en el desarrollo social, especialmente en el ámbito rural.
* Asignar recursos anuales del BANHVI en el programa Fondo de Subsidios para la Vivienda (FOVUSI) por ¢60.000 millones. Con esta asignación, a través del BANHVI y utilizando mecanismos de subsidio, se estarían construyendo 16.000 unidades nuevas y reparando 4000 viviendas anualmente.
Fuente: Programa de Gobierno 2006-2010. Partido Liberación Nacional.
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