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Riqueza en Talamanca

El  pasado  22 de abril,   día de la Tierra,  el periódico La Nación nos regaló una  “joya informativa ambiental”.  Un reportaje de dos páginas titulado “Talamanca esconde codiciados yacimientos de oro y cobre”.  

El  pasado  22 de abril,   día de la Tierra,  el periódico La Nación nos regaló una  “joya informativa ambiental”.  Un reportaje de dos páginas titulado “Talamanca esconde codiciados yacimientos de oro y cobre”.  
El mismo señala la existencia de un alto potencial de esos minerales  valorado en 20.000 millones de dólares, ubicado en la zona de Talamanca. Se señala entonces entre otras cosas en el reportaje que “la salvación económica de Costa Rica podría estar en la cordillera de Talamanca”
El reportaje, muy tendencioso,  retrata de cuerpo entero la posición  codiciosa y  capitalista de algunas personas que apoyan la minería. No se  menciona absolutamente nada sobre la importancia ecológica y cultural de estas áreas.  No se señala que la zona de explotación afectaría  el parque internacional La Amistad, declarado  Patrimonio Natural de la Humanidad y Reserva de la Biosfera, un sitio que alberga una enorme biodiversidad y que es fuente de gran  riqueza hídrica.  Tampoco se dice que afectaría entre otras  las reservas indígenas de Talamanca, Telire, Ujarrás y Bibri,  zonas de gran riqueza social y cultural, donde habitan culturas indígenas ancestrales, que tienen una cosmovisión y sentimientos muy  diferentes. No, parece que  solo interesa el beneficio monetario que pueda obtenerse de esa explotación.
La gran riqueza de Talamanca no es el oro o el cobre del subsuelo, cuyo valor es ínfimo en comparación con el valor humano, socio-cultural, ecológico y espiritual  presente en estas zonas. Se equivoca totalmente  el artículo, la gran riqueza de esta zona no está escondida, está a la vista y percepción de todos: son sus bosques, sus ríos,  su suelo,  toda la  biodiversidad presente, su aire puro, su paz, su silencio, sus comunidades, su cultura, sus conocimientos autóctonos. ¿Cuánto vale eso?, sencillamente, no tiene precio.
El artículo demuestra claramente que el interés de los grupos neo-liberales y desarrollistas, del cual tanto la Nación como el gobierno actual son fieles representantes, no es solo el proyecto  Las Crucitas en la zona norte  y que el peligro de que un enjambre minero se desarrolle en nuestro país es una realidad.  Ellos van por todo, su codicia y voracidad no tiene límites.  Sus dioses son  el oro y el dinero, por eso están dispuestos a impulsar fuertemente cualquier  negocio que sea lucrativo.
Este reportaje se da en momentos en que la presidenta electa anuncia una supuesta moratoria de  la minería.  No  nos engañemos, doña Laura   no va a  erradicar la minería metálica,  su moratoria solo  frenaría durante unos años esta actividad.  La estrategia parece ser enfriar los ánimos,  logrado esto,  saldrían con un nuevo código de minería  que ordena y moderniza  la actividad y de nuevo  se abriría  la posibilidad de nuevos proyectos. No, doña Laura, no pretenda engañarnos,  lo que queremos no es una moratoria, es declarar a Costa Rica  para siempre  libre de proyectos mineros,  erradicar de nuestro  modelo de desarrollillo esa destructiva actividad.
Esperamos sinceramente que esos “tesoros” bajo el Parque Internacional la Amistad y las Reservas Indígenas sigan escondidos y nunca sean desenterrados.  Que entendamos cual es el  verdadero valor de estas áreas. No puede haber “salvación económica” cuando está en riesgo una zona de tal importancia ecológica y socio-cultural.
La pesadilla ambiental del gobierno de los Arias continúa.  Su visión del desarrollo es la explotación desmedida de  la naturaleza en aras del  beneficio económico. Esperemos que el gobierno de doña Laura tenga la visión y la valentía para cambiar de rumbo en materia ambiental.  Nuestra maravillosa  y rica  naturaleza  lo merece y necesita.
Información del autor.

  • Rolando Portilla Pastor (Ingeniero Civil)
  • Opinión
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