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Mientras los presidentes de Centroamérica celebran la firma del Acuerdo, surgen dudas sobre su conveniencia por la crisis económica.
Las bondades del recién firmado Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea (AACUE) son puestas en duda en vista de la crisis económica fiscal a la que esa región se enfrenta, que incluso podría derivar en una recesión como la del 2009.
Así lo manifestaron varios expertos consultados por UNIVERSIDAD. El economista Luis Paulino Vargas indicó que Europa “entra en una crisis que va a durar muchos años, el euro no puede competir con el dólar, viene un periodo que puede ser social y políticamente muy convulso en esa región y Costa Rica debe pensar si es conveniente amarrarnos a ese mundo rico que va a entrar en convulsión”.
“Me parece un hecho que Europa vuelve a una recesión y halará a toda la economía mundial, incluidos los Estados Unidos. Ello tiene implicaciones en términos de la pérdida de empleo, que llegará a niveles aún más altos, a lo cual se suma la dificultad que significaría el tratar de combatirla como la primera recesión, que fue a través del gasto, ahora eso no se puede porque es un colapso precisamente en lo fiscal. La situación es incierta pero amenazante”, expresó.
Sin embargo, en Costa Rica fuentes oficiales han celebrado la firma del Acuerdo con una región que representa el segundo mercado en importancia para el país, luego de Estados Unidos. Se ha dicho que la vigencia del Acuerdo significará la entrada sin pagar aranceles del 90% de los productos costarricenses a la Unión Europea (UE), mientras que será la mitad de los productos europeos que entran al país la que lo hará libre de cargas.
El Gobierno de Costa Rica ha dicho que se logró un mejor acceso para el banano, así como cuotas para vender textiles, azúcar, arroz, y carne de res y que el conjunto de los beneficios logrados, representa un avance respecto de lo comprendido en el Sistema General de Preferencias (SGP), una iniciativa de la UE mediante la cual se facilita el acceso de ciertos productos a la región. En el caso de Costa Rica, se trata de productos como la piña y las flores e incluso de habla de un SGP-Plus, pues recibe beneficios adicionales.
Sobre la incertidumbre que puede generar la firma del AACUE en momentos en que Europa está a las puertas de una crisis, la Oficina de Prensa del Ministerio de Comercio Exterior (COMEX), respondió que en esa cartera el tema no genera preocupación pues “el fortalecimiento de las relaciones con la Unión Europea es importante, aún en este contexto”.
CRISIS
«La actual crisis del euro es el desafío más grande que Europa ha afrontado en décadas, desde la firma del Tratado de Roma. Este desafío es existencial y debemos estar a la altura; el euro es la base del crecimiento y de la prosperidad, junto con el mercado común. El euro está en peligro, si no manejamos este peligro, las consecuencias para nosotros en Europa serán incalculables».
Así de clara expuso la situación la canciller alemana Ángela Merkel el pasado 20 de mayo ante el parlamento de ese país, según informó la agencia internacional Reuters.
La actual coyuntura que atraviesa Europa empezó en Grecia. De acuerdo con cifras del servicio informativo BBC Mundo, la deuda griega asciende a más de €400.000 millones, lo cual representa el 115% de su Producto Interno Bruto (PIB), mientras que su déficit fiscal, es decir, la diferencia de los gastos sobre los ingresos estatales, alcanza el 12,7%. Cabe recordar que el Tratado de Maastricht, que en 1992 estableció los parámetros para la unión económica de Europa, puntualizó que el máximo de deuda pública permitido para un país de la UE es del 60% de su PIB y su déficit fiscal no debe superar un 3%.
Así, el detonador ha sido que entre abril y mayo se vence un pago de deuda griega por €20.000 millones. El agravante en este caso ha sido que al utilizar Grecia el euro como moneda corriente, “su déficit fiscal causó una mayor especulación, pues en las bolsas de valores han pensado que el euro no aguantará”, según explicó Koen Voonend, economista del Programa de Acumulación, Distribución y Desigualdad del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UCR.
Sin embargo, la crisis que hoy se da no consiste en un fenómeno aislado en una esquina mediterránea de la UE, sino que es consecuencia de la crisis financiera del año pasado, que detonó una recesión que los países del mundo, incluida Costa Rica, enfrentaron con gasto público, explicó.
El economista Helio Fallas dijo que esa crisis del 2009 “afectó a Europa y propició bajos niveles de crecimiento económico; ello redujo los ingresos fiscales pero no los gastos que se requerían para contrarrestar el ciclo económico recesivo, así que los déficits fiscales aumentaron rápidamente”.
En el caso de Grecia, los acreedores de la deuda son bancos europeos, indicó, “por lo que es preocupante la situación en que están otros países deficitarios en Europa”.
Por su parte, Luis Paulino Vargas añadió que el mundo está ante una segunda etapa de la crisis, “la primera fue la crisis financiera; se produjo una recesión que obligó a una intervención gigantesca sin precedentes para salvar los sistemas financieros y evitar el colapso total”.
“En la segunda etapa las secuelas de la primera revientan en esos déficits y deudas públicas, a lo cual se le suma el hecho de que la misma recesión produjo un bajonazo en los ingresos fiscales”, explicó.
Vargas resumió que “estamos ante el colapso de los sistemas fiscales, de las deudas públicas, que por el momento golpea a Grecia, luego a España, Portugal e Irlanda, Italia también está en grave riesgo y hay una gran sombra de duda sobre Gran Bretaña”.
DUDAS SOBRE EL ACUERDO
Consultado sobre los efectos del AACUE para el país, Fallas señaló en primer lugar que aún no se conoce el texto completo del Acuerdo. Sin embargo, destacó que si el mercado europeo enfrenta una seria crisis económica, es preciso analizar en detalle con cuáles países de la UE se debe comerciar más.
El economista, exministro de Planificación y de Vivienda, indicó que Costa Rica “no parece estar preparada para administrar tantos tratados de libre comercio, ni que la oferta de productos, particularmente de empresas costarricenses, tienen la capacidad de competir con empresas de otros países con mejores tecnologías y que además cuentan con apoyos de sus gobiernos”.
Apuntó que en esas condiciones resulta “imprescindible” una valoración objetiva de cuáles son las posibilidades técnicas y productivas para lograr una inserción inteligente en el mercado europeo.
Añadió que es “urgente” la definición de acciones entre los sectores productivos y el Gobierno para mejorar la competitividad de las exportaciones, lo cual “pasa por redefinir la política cambiaria”.
Al respecto, la Oficina de Prensa del COMEX informó que el Gobierno realizó “estudios sectoriales para cada uno de los sectores productivos del país”, así como los análisis necesarios para determinar el apoyo que la Unión Europea brinda a sus sectores productivos tanto en ayudas directas como indirectas.
Además, la información oficial puntualizó que “desde el inicio de la negociación se ha trabajado con las distintas instituciones” que tienen que ver con “la capacidad del Estado costarricense para la administración efectiva del Tratado”.
Alonso Ramírez, politólogo del mismo programa del IIS al que pertenece Voonend, lamentó que Costa Rica, a pesar de ser parte del SGP, incluso de un SGP Plus que según dijo incluye 7.200 productos, “la negociación partió de 0, así que el gran logro fue lo que ya estaba en el SGP y a cambio de ello no sabemos en qué se cedió, pero el interés de la UE estaba del lado de los servicios, como las telecomunicaciones, electricidad y la banca”, analizó.
Vargas, investigador y catedrático de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), puntualizó que “se requiere un tipo de vinculación más moderada y estudiada para que las convulsiones de ese mundo no nos golpeen”, pues acuerdos de este tipo “aumentan el grado de exposición, establecen un tipo de vinculación sin cortafuegos, no hay nada que establezca la posibilidad de desenchufar algo cuando sea necesario”.
Sobre las consecuencias de todo esto, Vargas recordó que “los motores” de la economía costarricense son las exportaciones y el turismo, “pero si los países ricos no funcionan bien, serán dos motores anémicos, se debilitarán a lo largo de varios años”.
Dudas en Centroamérica
El diario digital salvadoreño ContraPunto en su edición del 20 de mayo informó que el AACUE establece cuotas de 162.000 toneladas de azúcar, 9.000 de carne y 20.000 de arroz, las cuales “son generales para toda la región centroamericana y deberán repartirse entre los países del Istmo en futuras negociaciones”.
Ese medio recogió declaraciones del director ejecutivo de la Cámara Agropecuaria y Agroindustrial de El Salvador (CAMAGRO) Óscar Albanés, quien criticó que, en el caso del azúcar, “lo que Europa aperturó a Centroamérica no pasa del 0.75% de su mercado, ni siquiera el 1% de lo que representa el mercado europeo le dan a Centroamérica”.
Por otra parte, Henry Morales, doctor en economía guatemalteco, luego de presentar en Madrid su libro El Acuerdo de Asociación Unión Europea-Centroamérica, afirmó que con el AACUE “se afianzarán los intereses de las grandes multinacionales europeas y algunas centroamericanas”.
Morales citó que la multinacional española Telefónica ya controla el 35% del servicio de telefonía en la región, mientras que Unión Fenosa, también de España, posee más del 80% de las empresas eléctricas, antes estatales, de Panamá, Nicaragua y Guatemala.
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