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A pesar de que se necesitan mejoras técnicas en el cultivo, el principal obstáculo sigue siendo la comercialización del frijol nacional en competencia con el importado.
Mejor acceso a semillas certificadas y mayor asistencia técnica, pero sobre todo mecanismos legales que obliguen a la industria comercializadora a adquirir más frijol cultivado en Costa Rica, son algunas de las medidas que se plantearon en el marco de la Feria del Frijol, organizada por la Facultad de Ciencias Agroalimentarias en la UCR, el pasado 31 de mayo.
Rodolfo Araya, ingeniero agrónomo e investigador de la estación Experimental Fabio Baudrit, de la UCR, manifestó que “solo producimos el 23% del frijol que nos comemos”.
Uno de los detonantes de la crisis ha sido la importación del grano principalmente de Nicaragua y China, donde por subsidios a los insumos de producción y salarios muy bajos, los precios son bastante menores que el nacional. El especialista fue uno de los participantes en el foro “Disminución de los productores de frijol en Costa Rica”, el cual tuvo lugar en el marco de la Feria y donde participó además la empresa Kani Mil Novecientos Uno S.A., comercializadora de Frijoles Don Pedro.El ingeniero, quien ha laborado en el Programa Colaborativo de Fitomejoramiento Participativo en Mesoamérica y en el Programa de Investigación y Transferencia de Tecnología Agropecuaria en Frijol (PITTA), explicó “el problema más grande es el mercadeo, ya que se importan muchos millones de colones en frijol. La importación significa grandes ganancias y mientras tanto al consumidor el quintal le cuesta unos ¢50.000”.Se ha dicho que el productor costarricense de frijol es “una especie en peligro de extinción”, pues la competencia hostil del grano importado “a precios de hambre” ha hecho que en 20 años la cantidad de familias dedicadas a esta actividad pasó de unas 20.000 a 5.000. El Foro también contó con la presencia de Isidro Valverde, gerente de compras Kani Mil Novecientos Uno S.A.; William Peraza, presidente de la Asociación de Pequeños Productores de Frijol de México de Upala; y de Juan Sibaja, director regional de la Zona Sur del CNP.Valverde señaló a UNIVERSIDAD que la empresa a la que representa ha hecho un esfuerzo por comprar el producto de manera directa a las asociaciones de productores. “El problema principal son los costos, pues producir aquí es mas caro que traerlo de afuera, de manera que muchas industrias importan todo lo que venden”. Según detalló, el quintal de frijol importado cuesta de ¢20.000 a ¢25.000, mientras que comprarlo en Costa Rica cuesta mínimo ¢30.000. “Se trata de una diferencia muy grande que muchas empresas no están dispuestas a costear”. Cabe recordar que un quintal equivale a 46 kilos.
FALTA APOYO
Araya informó que a inicios de los años 90, Costa Rica era prácticamente autosuficiente en cuanto a la producción de este producto, pero en 1995 inició “la debacle, la era del nuevo comercio”. Según explicó, el Consejo Nacional de Producción (CNP) compraba toda la producción y fijaba el precio. “Hoy hay incertidumbre por los precios y la comercialización, además de que el fenómeno del Niño implicó cambios climáticos perjudiciales para la producción. Todo se juntó”.Durante el encuentro Juan Sibaja, del CNP, tras aclarar que no intervenía en la actividad en nombre de la institución, señaló que “hace quince años estamos en lo mismo” y presentó datos según los cuales en 1994 la producción nacional fue de 21.500 quintales, en el 2009 era de 8.400 y esa cifra refleja un leve aumento en relación con el 2008, que según dijo se debió al Plan Nacional de Alimentos. “El Plan pretendía que el abasto nacional pasara de un 23% a un 70%, pero no se cumplió esa meta. Fallamos en la concepción y gestión del Plan, las ayudas de gobierno se deben enfatizar solamente en las zonas de alto potencial y con experiencia en el cultivo de frijol”, señaló.Cabe recordar que UNIVERSIDAD ha abordado el tema de las dificultades que los productores de frijol de la Zona Sur enfrentan este año para colocar su cosecha. (Ver ediciones del 7 de abril, 14 de abril y 21 de abril )Precisamente en la primera de esas ediciones algunos productores explicaron cómo ese Plan les afectó de manera negativa, pues generó ayudas no para productores tradicionales, sino para parceleros del Instituto de Desarrollo Agrario (IDA), con lo cual se aumentó la producción sin resolver las deficiencias en la comercialización. Sibaja añadió que lo más importante para mejorar las condiciones de los productores es que se den garantías de un mercado rentable, mayor acceso a buenas semillas y a crédito. Por su parte, William Peraza, quien participó como productor, subrayó que “es preciso establecer el impedimento a la importación, en tanto no se venda toda la cosecha nacional”. “Los precios de los insumos no nos permiten ser competitivos. Para bajar costos se requiere de crédito y la banca de desarrollo fue un engaño, ello no se refleja en ninguna parte”, sentenció. UNIVERSIDAD también consultó sobre el tema a Xinia Chaves, viceministra del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), quien visitó la Feria del Frijol. Sobre las críticas al Plan Nacional de Alimentos, señaló que “así como se dieron casos exitosos, también se dieron otros que no supieron aprovechar sus condiciones. Se debe hacer una revisión de la política, pues efectivamente en algunas zonas no se debió sembrar frijol”.“La función primigenia del MAG es facilitar el esfuerzo de los productores y hacerlo de la manera más integral, por eso creemos en el encadenamiento productivo, en la participación de la industria y en la Ley de Desempeño. El año pasado fue el primero en que se aplicó y hay lecciones que aprender”.La Ley de Desempeño determina exenciones de impuestos para la importación de frijol para aquellas empresas que hayan comprado de previo a la declaración nacional de desabasto, una cantidad de frijol correspondiente a la cuota del mercado nacional que controlan.Esa Ley ha sido criticada por los productores, pues más bien ha servido para abrir las puertas a la importación del producto sin pagar impuestos, cuando aún queda frijol nacional sin colocar en el mercado. “El MAG -indicó la funcionaria- debe ser más proactivo, las investigaciones no se pueden quedar en las gavetas ni los ingenieros en la oficina. Tenemos un sinnúmero de necesidades y pocos recursos económicos, pero podemos canalizar el esfuerzo humano”. El diputado Jorge Alberto Gamboa, del Partido Acción Ciudadana (PAC) se hizo presente en el foro y tomó la palabra para indicar que “el CNP tenía la obligación de comprar al productor nacional dentro del Programa de Abastecimietno Institucional Nacional (PAIN), ya que la ley respalda al CNP para comprar insumos para ayudar a la producción”.“En Costa Rica se nos dice que dejamos de ser competitivos por nuestro nivel socioeconómico, parece que para ser competitivos hay que ser más pobres”, aseveró. El industrial Valverde señaló que se debe trabajar en conjunto entre la industria y los agricultores. “Se requiere apoyo para que ellos tengan mayor acceso a semillas y a agroquímicos, así como asistencia técnica; se debe apoyar la producción con créditos accesibles. En la UCR se desarrollan programas de investigación muy buenos, pero esa investigacion no llega al agricultor. Se debe hacer un esfuerzo para que ese conocimiento se transmita mejor”, señaló.Al respecto, Araya explicó que a través de programas como el PITTA, se ha integrado a los productores directamente en los procesos científicos de desarrollo de semillas.“El problema no es técnico, sino que el producto se consuma. En China y Nicaragua se adquiere el frijol a precios de hambre, por eso hay que concientizar al costarricense de que el frijol nacional recién cosechado presenta una mayor calidad culinaria, además de que tenemos diferentes variedades”, apuntó. Recordó que Estados Unidos y Canadá también son productores de frijol, “por eso el libre comercio nos puede meter en un zapato, si no hay vías para desincentivar la importación, hay que recordar que hay familias que dependen de esta actividad”.
¿Cuánto pueden aguantar?
Al foro se hizo presente Alexis Bermúdez, presidente de la Asociación de Productores de Concepción de Pilas, de Buenos Aires de Puntarenas. Bermúdez ha sido uno de los líderes que han buscado vías para la colocación en el mercado de 9.000 quintales de frijol de la Zona Sur.Según informó, aún están en busca de una solución para un total de 8.500 quintales, que el CNP almacenó, pero no han sido colocados. “Desde febrero no hay ingresos para las familias; la Asociación otorgó un adelanto de la compra y también conseguimos algunos insumos con un mes de plazo, que ya venció”. Sobre la situación del sector, sentenció que “estamos totalmente en vías de extinción, no hay políticas de Gobierno que apunten hacia la parte social de esta actividad económica. Muchas familias migran a la ciudad con todos los problemas sociales conocidos que causan esas migraciones”.Agregó que “no se puede hablar de competitividad cuando enfrente se tiene a la pobreza tratando de sobrevivir”, en alusión a lo poco que ganan los productores de Nicaragua, por ejemplo. “El Gobierno debe pensar si es mejor invertir hoy o arrastrar el problema cada vez mayor en las comunidades campesinas, debe ser capaz de decir sin miedo que el sector es sensible y ser capaz de defenderlo ante la Oragnización Mundial del Comercio”.
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