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Crujen las cuadernas del barco que se llama “Mundo”

El escenario internacional muestra una severa fragilidad, que amenaza el actual orden mundial, advierten los especialistas.

El escenario internacional muestra una severa fragilidad, que amenaza el actual orden mundial, advierten los especialistas.
Las voces de alarma suenan por todos los rincones del mundo, en medio de un aumento de las tensiones sociales y diversas expresiones de conflictos, empezando por el destino de la moneda europea, el euro, que podría arrastrar el sistema financiero internacional en su caída, en opinión de los expertos.
Pero no se trata solo de la crisis financiera por la que navega el mundo dese hace dos años, sin que se vislumbre su final.
El reacomodo de las estructuras políticas internacionales se reflejó en la reciente irrupción de Brasil y Turquía en un escenario hasta ahora reservado a las grandes potencias, en particular los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el acuerdo logrado para ofrecer una salida a la situación creada por el enriquecimiento del uranio en Irán.Otros tres acontecimientos muestran también el impacto de los cambios ocurridos en las últimas décadas, todos ellos apuntando a la fragilidad de los sistemas mundiales, internacionales, económicos y ambientales. Por una parte, el conflicto entre las dos Coreas a raíz del hundimiento de un buque de guerra surcoreano recientemente (que el gobierno de Seúl atribuye a un ataque con un torpedo norcoreano), ha puesto en tensión a los ejércitos en la zona.En el ámbito social, la situación se expresa de una manera muy particular en América Latina, donde el narcotráfico se ha adueñado del aparato estatal en algunos Estados, como en Colombia, o ha adquirido tal fuerza que es capaz de desafiarlo, como ha ocurrido en México y Jamaica.Esa fragilidad se muestra también en el plano ambiental, donde la catástrofe de la plataforma petrolera de la British Petroleum, en el golfo de México, amenaza a todo el ecosistema de la zona.
EL CONFLICTO DETRÁS DEL EURO
“Llamemos al “rescate griego” por su nombre: un programa de rescate de activos en situación de riesgo de banqueros alemanes y de otros países europeos, así como de especuladores de todo el mundo”, afirma Michael Hudson, Profesor Distinguido en la University of Missouri, en Kansas City y execonomista de Wall Street, al referirse a las medidas tomadas por le Unión Europea para evitar que el gobierno de Atenas se declarara en quiebra.En un artículo titulado “Hoy Grecia, mañana Estados Unidos”, Hudson señala que las medidas de rescate de la economía griega significan que “han abierto una especie de cuenta corriente para que el Estado griego pueda pagar a los tenedores de bonos del país que los habían comprado a precios de saldo durante las últimas semanas. Estos habrán hecho el negocio de su vida y, de igual modo, se forrarán los compradores de millones de dólares en títulos de cobertura por riesgos crediticios contra los bonos del Estado griego, así como los especuladores y los distintos jugadores del capitalismo de casino que hayan contratado seguros contra otros bonos europeos”.Y advierte que el pago a los tenedores de bonos, un modelo que, en su opinión, será luego aplicado por otros países, es la excusa para “recortar drásticamente los servicios públicos, las pensiones de jubilación y otros gastos del Estado”.El 26 de mayo pasado, el congreso español aprobó, por un solo voto, medidas similares, en una votación en la que el gobernante Partido Socialista quedó absolutamente solo y pudo salvar la propuesta gracias a la abstención de tres grupos minoritarios. “Los recursos previstos para los fondos de jubilación y para el gasto social estatal de Grecia van a servir ahora para reponer fondos en los bancos de capital alemanes y de otros países europeos”.  Cuanto más satisfagan los intereses de los banqueros, “más endeudada va a acabar la economía”, asegura Hudson.De confirmarse esa predicción, el resultado será un agravamiento del conflicto, generado, precisamente, por el endeudamiento del Estado, y que se pretende resolver reduciendo los programas sociales y los ingresos de los trabajadores.El resultado de esas medidas, en todo caso, son inciertos y se prevén estallidos sociales como los ya ocurridos en Grecia.“Los gobiernos de la Unión Europea, con el español y el griego a la cabeza, han dado el pistoletazo de salida a la aplicación de una enloquecida (por inviable) política económica impuesta por el FMI”, afirmó un economista español.El sentimiento generalizado en las calles es que esos recortes están equivocados. La reducción en el presupuesto, el aumento de los impuestos y la reducción de salarios, combinados, pueden llevar al desastres”, estimó Heiner Flassbeck, viceministro de Finanzas de Alemania cuando se implantó el euro, y hoy jefe de la división de Globalización y Estrategia de Desarrollo de la UNCTAD.La otra sensación bastante extendida en Europa es que, detrás de las medidas de austeridad impulsadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), está el interés de debilitar el euro. Para el analista francés, Jean-Michel Vernochet, “el ataque financiero lanzado contra Grecia como consecuencia de su elevado endeudamiento y de su potencial insolvencia se ha transformado, rápidamente, en una ofensiva contra el euro, o sea, contra la Unión Europea”.“Esperemos que, en el actual contexto de extrema fragilidad de la economía mundial, cualquier salida de la crisis por la puerta del “caos” (constructivo) sea, al menos, pacífica, porque se ven venir guerras contra Irán, Siria y Venezuela”, agregó.
LOS OTROS DESAFÍOS
Ese marco de “extrema fragilidad” se completa con otros diversos acontecimientos, que señalan profundas transformaciones en el escenario mundial.La iniciativa brasileña-turca para negociar con Irán un acuerdo que permita resolver el impasse creado en torno al programa nuclear de ese país “deben ser vistos dentro del contexto de un desafío creciente al orden político internacional”, escribió Mark Weisbrot, codirector del Centro de Investigaciones Económicas y Políticas, en Washington, en un artículo publicado en el diario brasileño Folha de São Paulo.Luiz Carlos Bresser Pereira, exministro de Hacienda y de Reforma del Estado en el gobierno conservador de Fernando Henrique Cardoso, en Brasil, señaló que la negativa de Estados Unidos de aceptar esa negociación “dejó claro que su objetivo principal no es evitar que Irán tenga la bomba atómica, sino desestabilizar su gobierno”.La iniciativa deja en evidencia que los desafíos internacionales ya no pueden ser resueltos en el marco del orden internacional creado después de la II Guerra Mundial, en el marco de la Guerra Fría, señalan los analistas. Ese orden se expresa, principalmente, en la estructura del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, cuya reforma piden insistentemente países como Brasil.En el terreno internacional, la crisis entre las dos Coreas, consecuencia del hundimiento de un buque de guerra surcoreano, muestra también que, en ese marco de fragilidad, el conflicto puede estallar en cualquier momento, por causas muy diversas, y en cualquier lugar.En América Latina la situación de violencia en Colombia – donde senadores, diputados, ministros, embajadores, generales, incluyendo el presidente de la República – están presos o acusados de vínculos con los paramilitares y la narcopolítica; en México y Jamaica – donde el narcotráfico desafía el poder del Estado – muestran la debilidad de una institucionalidad desbordada por los narcotraficantes, incapaz de ejercer una parte esencial de sus funciones.A esto se suma una de los más graves accidentes ambientales, con el derrame de crudo en el golfo de México, consecuencia del desastre en una plataforma petrolera que se suma a ese marco de “extrema fragilidad” del escenario internacional.

  • Gilberto Lopes 
  • Mundo
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