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Hace siglos, los siervos “liberados” son de nuevo esclavizados por un mísero salario, en galerones, en que se pudrían, y morían, mujeres, hombres y niños, obligados a cumplir larguísimas jornadas de trabajo, en condiciones infrahumanas de higiene y salud. Así se inició el sistema en que vivimos: el capitalismo.
La conquista y colonización de América, en medio del saqueo y el genocidio, lo abonó y le inyectó vigor.
La formación de los Estados Unidos de Norteamérica significó el despojo de las tierras de los pueblos originarios y el más grande de los genocidios, pero, a este Estado no le bastó, con mucho apetito, se lanzó contra el territorio mexicano, robándose más de la mitad de éste. En estas acciones está patente la esencia, el espíritu, del sistema capitalista, la acumulación de riqueza, la ganancia a toda costa, no importan los medios, siempre y cuando se cumpla el fin.
Ahora, cabe la pregunta: ¿de dónde parte la violencia?
En la actualidad, en el campo económico, con implicaciones sociales y políticas, el sistema hace posible, que el 15% de los costarricenses acumulen el 80% de la riqueza, mientras el 85%, tan sólo posen el 20% de ésta, lo que indica que el sistema utiliza un mecanismo engañoso para producir desigualdad, marginación, exclusión y pobreza. Este mecanismo es la causa de que millones de seres humanos, en el mundo, mueran de hambre. En nuestro pequeño país hay casi un millón de pobres. Esto sí es violencia y ya sabemos dónde se origina.
Hoy, por el desarrollo de la ciencia y tecnología, la productividad de las y los trabajadores, que es fuente fundamental de la creación de riqueza, se ha incrementado mucho, y, continúa en aumento, si hubiese un sistema justo de distribución de la riqueza, no el capitalista, el mundo sería otro, y los pueblos no sufrirían marginación, exclusión y muerte por hambre.
Por los hechos de ayer y hoy, comprendemos dónde se origina la violencia y quiénes son los responsables.
El sistema, por la locura de la ganancia, que es su esencia, engaña, viola, encubre, especula. En el mundo, hay billones de billones de dólares creando “burbujas”, para embaucar y facilitar las ganancias por especulación, sin producir un grano de arroz o un par de zapatos.
Las grandes y pequeñas corporaciones financieras encubren las operaciones ilícitas, del mundo capitalista, porque éstas dejan muy buenas ganancias, y están acorde con su esencia; ahí están los negocios de la pornografía, la usura, la prostitución, el tráfico de drogas.
Como ejemplos, recordemos el “caso Caro Quintero”, que introdujo los carteles de la droga de México en nuestro país, y, el responsable fue “la autoridad política superior”, el otro caso es el “Irán-contras”, en que, altas autoridades políticas y militares de los EE.UU. utilizaron el tráfico de drogas para adquirir armas y con ellas atacar al gobierno constitucional de Nicaragua. Si esto no es violencia, ¿qué es violencia?, y, lo más importante, ¿dónde se origina?
La doctrina de la seguridad nacional, sin eufemismos, se sabe, que se puso en práctica para defender el sistema capitalista, constituido por la alianza entre el capital transnacional y las oligarquías locales, ante diferentes formas de su rechazo; por lo tanto, aunque no lo digan, consideran a los pueblos contestatarios sus mayores enemigos y contra éstos van las políticas de seguridad, que se mimetizan, son camaleónicas.
Como la doctrina de seguridad nacional trajo la Escuela de las Américas, centro de formación de golpistas, torturadores y genocidas, por lo tanto, tan desprestigiada, entonces, el obsecuente servidor, Álvaro Uribe, presidente de Colombia, atento a las órdenes del capital transnacional, muy ingenioso camaleón, cambió de doctrina de seguridad nacional a política de seguridad “democrática”, que incluye el terrorismo de Estado.
Este flamante servidor cree que los pueblos son tontos y no ven que su política se utiliza para enfrentar a los contestatarios, los disidentes y a los pobres, que claman por una vida mejor, en definitiva, para mantener los privilegios de que goza la alianza entre capitalismo transnacional y las oligarquías nacionales, causa de la más extendida violencia.
Esta alianza ha logrado, en Costa Rica, con base en su poder económico y dictadura mediática, colocar en la Presidencia de la República a quien aprendió muy bien la lección que le dieron, y antes de tomar el poder, se mueve, muy diligentemente, para unir a nuestro país al carro del sistema centroamericano de seguridad “democrática”, que es copia del colombiano, del obsecuente servidor Álvaro Uribe, el camaleón.
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