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El regreso de la bicicleta

Es indudable que una de las muchas crisis y fenómenos que requiere una reforma en nuestro país tiene que ver con la flota vehicular, esta transformación tiene como raíz la deconstrucción de la idea de que conducir es un derecho cuando en realidad es un privilegio.

Es indudable que una de las muchas crisis y fenómenos que requiere una reforma en nuestro país tiene que ver con la flota vehicular, esta transformación tiene como raíz la deconstrucción de la idea de que conducir es un derecho cuando en realidad es un privilegio.
Lo anterior debido a diversas razones, en primer lugar, el aumento de la flota vehicular y la infraestructura (carreteras y autopistas) no han crecido al mismo ritmo, la cantidad de vehículos que soportan nuestras carreteras tiene al menos 20 años de retraso en relación con la tasa de crecimiento de los vehículos que circulan por el país, lo que finalmente se traduce en congestionamientos y desplazamientos en distancias cortas con mucho tiempo de espera.
En segundo lugar, es importante destacar las externalidades que producen los carros, son responsable de gran parte de las emisiones de CO y CO2 que contaminan nuestro aire y destruyen la capa de ozono, sumado a lo anterior también producen contaminación sónica, el ruido de muchos motores más el ruido de las bocinas pitando aumentan la cantidad de decibeles a niveles peligrosos para la salud humana; está  comprobado que la exposición prolongada al ruido produce enfermedades mentales como el estrés e incluso locura.
Por otra parte, los vehículos aumentan la factura externa de un país que no posee fuentes de petróleo y también tiene un impacto directo sobre la inflación, puesto que el petróleo no se cotiza en nuestra moneda, sino en moneda extranjera y puesto que nuestro dinero está devaluado en relación con el dólar; necesitamos producir más moneda local para cubrir la relación con la moneda extranjera, en otras palabras hacer más dinero para poder comprar hace que el dinero valga menos porque hay más.
Siguiendo la línea anterior, los vehículos también han hecho de nuestra existencia una actividad sedentaria y con tendencias a poblaciones cada vez  más obesas, es necesario fomentar el uso de vehículos que no consuman petróleo y fomenten una vida más activa, como la bicicleta por ejemplo.
Para solucionar el problema del transporte en Costa Rica es necesario, primero, fomentar el uso del transporte público, si menos personas usan el carro particular y más el autobús, la cantidad de vehículos que circulan es menor, los tiempos de espera se reducen y la contaminación sónica y del aire también disminuyen.
Empero, también es necesario transformar la percepción de que conducir es un derecho, el libre tránsito por el país es un derecho; es decir que las personas tenemos el derecho de recorrer cualquier zona de nuestro país, pero ello no implica hacerlo conduciendo un vehículo, por lo menos no necesariamente. Conducir es un privilegio, puesto que tiene muchísimas consecuencias para una nación, desde la contaminación, el aumento de la factura petrolera, la inflación, el mantenimiento de la infraestructura vial, su impacto sobre la salud pública y ambiental.
Otros problemas relacionados con el conducir versa sobre la educación vial y la cultura de respeto a las leyes. Si examinamos la cantidad de muertes en carretera y la causa de la mayor parte de accidentes, nos percatamos de que su causa principal es el irrespeto a las señales de tránsito.
No obstante, este problema va de la mano con la profunda crisis de identidad de cierto sector de nuestra población, que ve en su vehículo y en su necesidad de ser “rudo, fuerte, borracho y al margen de la ley” la fuente de construcción de su identidad.
Es necesario mejorar el transporte público y colectivo a todas las zonas del país, sea mediante el ferrocarril o cualquier otro método. Pero, también es necesario no seguir estimulando la conducta, sino más bien inclinarla hacia formas más ecológicas y económicas para el país.
 

  • Andrey Badilla (Politólogo)
  • Opinión
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