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Señalan que la agenda legislativa se atrasa por desconfianza y vacío de liderazgo.
Luego de mes y medio de haber iniciado funciones la nueva Asamblea Legislativa, las bancadas no habían logrado acordar la agenda de proyectos para tramitar en el actual período.
Fuentes legislativas y analistas lo atribuyen a los resentimientos y desconfianzas que dejó el anuncio del veto presidencial que frenó el millonario aumento salarial que iban a recetarse los diputados y diputadas.
La aprobación por vía rápida en primer debate del aumento -que casi duplicaría el actual salario de ¢2,5 millones hasta llegar a más de ¢6 millones al final de este Gobierno y que quedó en el aire tras el anuncio de que la presidenta Laura Chinchilla lo vetaría, en medio de una gran repulsa popular- hizo que se perdiera un importante capital político del Gobierno.
Tras la salida en falso con aumento, la Asamblea Legislativa parece empantanada, con vacío de liderazgo y recelos al interior de bancadas, así como de éstas entre sí y hacia el Poder Ejecutivo.
El pasado jueves 10 de junio supuestamente se iba a acordar la agenda de proyectos en reunión de los jefes de fracción; sin embargo, ello no ocurrió. El encuentro en buena parte se dedicó al tema del nuevo edificio para la Asamblea Legislativa que el directorio decidió hacer, por más de $90 millones (unos ¢50.000 millones) mediante financiamiento del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Lo que se dice ahora es que la agenda la están acordando a través de los asesores de las distintas bancadas.
En palabras del politólogo Francisco Barahona, lo que ha sucedido en el parlamento es que a los diputados “les zafaron la tabla y todos se cayeron en la piscina y ahora no saben cómo salir del agua. Se quedaron resentidos unos, otros decepcionados, otros disimulando el fracaso, o mintiendo, y en fin, perdieron la confianza.”
En su opinión, la principal causa de que no se haya establecido la agenda de proyectos es el fracaso del aumento.
“Si el aumento hubiera pasado, seguramente tendrían la agenda concordada y dialogada, pero como hubo esa gran decepción no ha sido posible.”
Dijo que ante la avalancha de opinión publica negativa, el gobernante Partido Liberación Nacional (PLN) decidió dar marcha atrás con el aumento y salvar a doña Laura, aunque la presidenta es completamente responsable del planeamiento inicial del aumentazo; pero vieron que era mejor salvarla en el último minuto retirando el proyecto, y entonces el costo ha sido grande (ver recuadro “Minoría dribla el desprestigio”).
Especialmente notorio ha sido el desgaste de la jefa de la bancada oficialista, Viviana Martín, quien tras la salida en falso del aumento dejó de ser la vocera de la fracción, que ella había asumido de manera exclusiva, para disgusto de algunos de sus compañeros. Ese papel lo ha asumido ahora el subjefe del grupo, Luis Fernando Mendoza (ver recuadro “¿Existe la minifracción de Rodrigo Arias?”).
La propia presidenta Chinchilla reconoció que le ha tocado enfrentar cosas polémicas en el arranque de su administración, pero aseguró que se han resuelto con determinación y no se ha perdido el rumbo. En declaraciones al programa Nuestra Voz de Radio Monumental, dijo que las relaciones con los diputados “se afectaron a raíz de esta coyuntura, y no se podía esperar que no fuera así.”
No obstante, aseguró confiar que en los diputados y diputadas prevalecerán el patriotismo y “los ideales que les hicieron trabajar tanto para poder ganarse esa curul en representación del pueblo costarricense.”
A la vez, la mandataria intentó despejar sospechas en torno a presuntos acuerdos bajo la mesa que podrían haber tras el intento de aumentar a los diputados.
“Lo que nosotros negociamos es lo que se ve, y lo único que se negoció de cara al 1 de mayo fue lo que la gente vio en un documento firmado con el Movimiento Libertario (ML) y las conversaciones que se anunciaron con algunos de los partidos (fracciones) unipersonales. Eso es lo único que se negoció y, bueno, ahora don Marco Vargas (Ministro de la Presidencia) ha estado muy abocado a reconstituir las relaciones con el parlamento”, aseguró Chinchilla.
Las aclaraciones de la gobernante se dieron luego de que Walter Céspedes, jefe de bancada del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), dijera al diario La Nación que el aumento fue “un premio” que se les ofreció por los votos para conformar el nuevo directorio legislativo el pasado 1 de mayo, presidido por el liberacionista Luis Gerardo Villanueva.
Céspedes ha sido de los que más francamente han expresado malestar por el freno oficialista al aumento para los legisladores. Acusó a la presidenta Chinchilla de haber faltado a la palabra, pues dijo que siempre se les dijo que la mandataria apoyaba el incremento. Su enojo se acrecentó luego de que Martín declarara a la prensa que el tema del aumento había sido planteado por Céspedes en una reunión de jefes de fracción.
A raíz de ello, el socialcristiano declaró que no reconocían más a Martín como interlocutora del oficialismo y que se entenderían directamente con el presidente legislativo, Luis Gerardo Villanueva.
En vísperas de la reunión de jefes de fracción del jueves pasado, Céspedes dijo que allí no iba a opinar sobre la conformación de la agenda, “porque no vale la pena.”
Adujo que a pesar de que ya se había dicho cómo se iban a ordenar los proyectos, luego aprobaron en el plenario una moción y cambiaron el orden. “Si ya lo hicieron una vez, lo pueden hacer dos veces” y es poco lo que se puede hacer, se resignó Céspedes al justificar su renuencia a hablar sobre la agenda.
En cambio, dijo que en la reunión iba a pedir a Villanueva una explicación sobre la decisión que tomó unilateralmente de construir un nuevo edificio para la Asamblea Legislativa, sin siquiera haber llevado el tema ante los jefes de fracción.Recriminó que Villanueva en una reunión les dijo que esa negociación ya no se iba a hacer, pero luego en conferencia de prensa anunció que todo estaba solucionado y que el proyecto iba adelante.
“Lo que veo es que no están haciendo bien las cosas, como que están en una posición de que uno salga a darles, a crear descontento en las fracciones para que uno tenga oportunidad de hablar (mal)”, se quejó el socialcristiano.
AGENDAS OCULTAS
Víctor Emilio Granados, jefe de fracción del Partido Accesibilidad sin Exclusión (PASE), dijo que no veía razones para que la agenda no se hubiera conformado, pues el reglamento legislativo distribuye proporcionalmente los proyectos de las fracciones según su tamaño. Por ello supone que deben estar influyendo “las agendas ocultas” de la negociación que hizo el oficialismo con grupos opositores.
“Supongo que hay agendas ocultas en torno a los pactos de ellos”. Además, hay roces a lo interno de las fracciones, que no son grupos homogéneos, y esa debe ser otra de las razones que impiden concordar una agenda.
Añadió que ello se evidencia en los temas de plenario legislativo, en donde, por ejemplo, la semana pasada se aprobó una moción para conocer el pasado lunes (14 de junio) el proyecto de préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para obras de infraestructura, lo que fue gestionado por una diputada del ML como iniciativa personal, no como propuesta de la fracción.
¿Existe “ la minifracción” de Rodrigo Arias?
En corrillos parlamentarios, dentro de la fracción oficialista se distingue un grupo de diputados y diputadas que “son” de Rodrigo Arias, el exministro de la Presidencia, quien aspira a postularse para la presidencia en el 2014, y ya tiene oficina abierta de la tendencia en Heredia, con una decena de activistas trabajando.
Como miembros de ese grupo se señala entre otros a Óscar Alfaro, el exministro de Hacienda Guillermo Zúñiga y Víctor Hugo Víquez. Coincidentemente, estos tres diputados le retiraron su apoyo al proyecto de aumento salarial para los legisladores cuando la protesta pública se hizo más estridente, pese a que habían votado junto a la mayoría para darle vía rápida al trámite del proyecto. En la votación del aumento, Alfaro estuvo ausente y los otros dos votaron en contra.
Indicios de la cercanía con el hermano del expresidente Óscar Arias se han visto en hechos como que Ileana Brenes, diputada por Cartago y segunda secretaria del directorio legislativo, se hiciera acompañar por Rodrigo Arias dos semanas atrás a una ceremonia de inauguración en Tres Ríos. También, que Rodrigo Arias estuviera presente la semana antepasada en un convivio de diputados en la oficina de Luis Gerardo Villanueva, quien celebraba su cumpleaños. Consultados por este semanario, tanto el subjefe de fracción, Luis Fernando Mendoza, como el diputado Víquez negaron que exista una especie de subfracción en el grupo oficialista. Víquez, sin embargo, reconoció ser abiertamente arista y dejó entrever que podrían ser muchos más.
“No existe ningún subgrupo, lo que existen son compañeros diputados de fracción. Yo sí no escondo y nunca lo he escondido que soy arista de toda la vida, y si don Rodrigo Arias es candidato yo voy a estar con él, por supuesto.”¿Y no existe una minitendencia?
“Ni minitendencia ni minifracción, porque esa no va a ser mini, va a ser múltiple”, bromeó.
Minoría dribla desprestigio
Desde la perspectiva de Francisco Barahona, la jefa de la fracción oficialista, Viviana Martín “perdió muchísimo” con el traspié del impopular aumento salarial de los diputados y diputadas.
“Ella debió haber renunciado a la jefatura, porque le iba a resultar muy difícil ante ese fiasco recomponer la confianza. Como no lo ha hecho, ahí está la consecuencia. La desconfianza reina.
Ahora usted ve a diputados del PUSC diciendo que ellos no quieren tener ninguna relación con esa señora, porque los traicionaron. Los libertarios no usan unas palabras tan fuertes, pero sí algo por el estilo”, apuntó.
Según el analista, en la Asamblea Legislativa hay dos grandes grupos: por un lado los libertarios, Liberación Nacional, un grupito del PUSC y los dos partidos cristianos; todos ellos están del centro a la derecha. Mientras que del centro a la izquierda está el otro grupo, donde se ubican el Partido Acción Ciudadana (PAC), Accesibilidad sin Exclusión (PASE) y el Frente Amplio (FA).
Eso es desde el punto de vista ideológico, porque desde el punto de vista del número de votos, éstos son minoría y todo dependerá de cada negociación y del interés de cada fracción, comenta.
A su juicio, el llamado “Pacto de gobernabilidad” firmado entre Liberación Nacional y los libertarios no ha caminado, a pesar de la mayoría de votos que suman las dos agrupaciones, y es que hay un problema de confianza entre esas fracciones, que se supone tienen un pensamiento de derecha compartido.
En cuanto al otro grupo (del centro a la izquierda), pese a que las matemáticas no dan para hacer mayoría, “yo diría que fue el grupo que quedó con más prestigio frente al desprestigio general de la Asamblea Legislativa. El PAC y el FA desde el principio se opusieron al aumento de los diputados, y el PASE al final cambió de opinión y retiró su apoyo al proyecto, yo diría que a tiempo”, apuntó.
No obstante, hay que esperar a que las aguas se vayan asentando para ver cómo va a quedar la Asamblea Legislativa después del “batacazo” del aumento.
“Cualquier cosa puede pasar en la Asamblea Legislativa, dentro de un desprestigio muy generalizado que ya venía desde antes, pero que ahora es mucho más grave, después de esa decisión que era no solo impensada, sino totalmente impopular y era una locura, como si Costa Rica estuviera en otro planeta y como si el país y el mundo no estuvieran en crisis.”
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