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La Universidad merecía la apaleada del 12 de abril pasado. ¿“Muy feo”? ¿Nuestros pequeños oídos no están preparados para tales afirmaciones? ¿Acaso merecemos un mejor trato por parte del gobierno del Premio Nobel de la Paz?
¿Qué esperábamos de un Estado Policial? (“La milicia no es necesaria cuando la policía es efectiva para apalear al pueblo) ¿Qué hemos hecho para merecerlo, si por el contrario, la Universidad se ha opuesto a los proyectos gubernamentales, presentando más obstáculos que cuestionan la ‘intocable’ sabiduría de aquellos que poseen la efectiva autoridad? ¿O es que acaso nos hemos tragado el cuentito de la susodicha democracia costarricense?
La autoridad no está en el papel. La auténtica autoridad es activa. Los agentes del OIJ desplazan a la ‘seguridad universitaria’. Los estudiantes indignados se lanzan frente al atropello de la prepotencia.
Los administrativos sienten a la institución como su casa y buscan defenderla.
Los profesores ingenuos creen que mediante el diálogo, la policía ignorante al adquirir conocimiento de su actuar injusto abandonará la ciudad universitaria. Y la ‘seguridad universitaria’ no sabe cómo actuar: Su formación es policiaca, algunos se identifican con los ‘paracaidistas’.
En el tumulto, las amenazas y el bullicio están confundidos, no saben si son ellos quienes ‘tienen’ la autoridad o son los ‘no invitados’. Algunos optan por ofrecer cierta resistencia y son golpeados, los otros están al margen, tan al margen que ven cómo golpean a un profesor dentro del campus y no intervienen ni siquiera para separar a los cobardes de la OIJ, que patean a la víctima que yace indefensa en el suelo. ‘Los golpeados fueron golpeados porque se resistieron a la autoridad’ –esto se informa por los medios de difusión oficiales. Más tarde, las máximas autoridades universitarias hacen uso del poco poder que les queda para sacar a sus revoltosos golpeados, humillados y sin dientes.
Y prometen que se hará justicia, pero no quieren afrontar la idea que el dictamen por la efectividad de la justicia ya ha sido dado, a través de esa prensa que los universitarios insultaron como ‘prensa vendida’. Las estrellas especialistas del derecho estatal ya se promulgaron al respecto, en oposición a los ‘especialistas dudosos’ de la casa universitaria.
De nuevo, un acto de violencia (como el TLC) se ha llevado al plano del discurso, al plano de la retórica. Y la mayoría de los costarricenses ya han tomado partido. De esto podemos percatarnos visitando la página web de ‘La Nación’ ¿o queremos seguir dándonos a nosotros mismos la misa consultando los medios universitarios?
¡Basta ya de idioteces! En este caso, no solo es responsable el agresor sino también el agredido.
La responsabilidad es compartida aunque los niveles de responsabilidad difieran, pues mientras más poder para actuar se tenga, más responsables somos. Y si la responsabilidad pasa por la toma de conciencia, ¿no es que la universidad es la ‘conciencia lúcida’ de la sociedad costarricense?
Hoy es cuestionable, ¡muy cuestionable! ¿Qué hay que hacer para que los intelectuales entiendan que la lucha por los derechos y libertades se despliega principalmente a través de los medios de difusión? ¿Hay que gritar acaso por el pretil y los pasillos para que aprendan esta verdad ya vieja?
La máquina de asedio contra la Universidad ya ha sido puesta en marcha desde hace tiempo. ¿Y qué hemos hecho al respecto? Se sigue ‘educando’ a un montón de ‘profesionales’ que, una vez al servicio de otras visiones de mundo, se prostituyen por intereses lejanos a la formación humanística.
Así tenemos a una prensa que sataniza a la universidad y, políticos que salidos de ella mal-educados, han optado por restringir y socavar la autonomía universitaria. Y para colmos, se sigue contratando a un profesorado que, bajo la manta de la ‘libertad de cátedra’, contradicen los preceptos básicos humanistas de aquellos que forjaron las bases teóricas de los principios por los que la Universidad de Costa Rica se debe regir. Si la ‘limpieza’ y la ‘reconstrucción’ se hacen en otros órdenes ¿por qué no hacerlo nosotros desde el parámetro de toda universidad auténtica posible?
Habría que empezar por una reestructuración de los medios de difusión. ¡Y no me vengan con algo parecido a que ‘somos subdesarrollados’ y que no hay presupuesto! Pues si de cuestiones de presupuesto se trata, empecemos por no pagar un solo anuncio más en ‘La Nación’ –además que motivos morales nos obligan. Y dediquemos esfuerzos concretos para que el Semanario UNIVERSIDAD se distribuya por todo el país. Lo que debería de ser lo mismo para la difusión nacional de la Radio Universidad y el Canal Universitario. Lo que exige en el caso de estos dos últimos, una reestructuración estética urgente, para que la gente quiera encender el aparato y así escuchar su música y ver su la programación.
Únicamente mediante el empoderamiento de los medios de difusión, podrá la Universidad de Costa Rica retardar su agonía y su muerte.
El compromiso por formar una conciencia social y humanista no puede darse solo en las aulas. ¿Pues cuántos costarricenses tienen y han tenido oportunidad de recibir una educación universitaria estatal?
Recordemos el siguiente panorama: “–Yo soy gobernante y empresario. Lo que no es ilegal (pero creo que por moral debería prohibirse, es decir, debería ser ilegal: …o se ejerce la función pública -que puede entrar en conflicto con mis intereses privados- o se ejerce la función privada). Gusto del poder cada vez más. Como jerarca tengo un buen salario inimaginable para cualquier costarricense promedio, pero quiero más. ¿Cómo puedo tener más dinero? Sé que la educación universitaria privada ha sido en muchos países un excelente negocio para los accionistas a la Educación S.A.
Mis compinches y yo lo tenemos claro. Hay que hacer lo posible para mantener en una situación paupérrima, mediocre y decadente el presupuesto de la educación superior estatal. Lo hemos logrado. Ahora se quejan aquellos que no pueden ingresar a esta educación. Y tenemos la eterna justificación de todos los tiempos: ‘somos un país subdesarrollado’.
Pero les tenemos a ustedes una buena noticia: Gracias al capital nacional e internacional, los costarricenses tendrán la oportunidad de ingresar a las venideras universidades privadas, para así poder cumplir sus sueños, incluso, hay muchas casas de préstamos al servicio de la educación. ‘Hoy por hoy’ sabemos cuál es el panorama actual de la educación privada. La tendencia es cada vez más ‘neoliberal’. Poco a poco tenemos más de lo que queremos.
La escogencia de los profesores responde cada vez más al perfil neoliberal. Pero las nefastas universidades estatales nos siguen poniendo obstáculos a nuestros propósitos. Lo que debemos hacer, es buscar la manera de introducir, de una u otra forma, a profesores con el perfil neoliberal para poco a poco ir despejando más nuestro camino”. ¡Qué! ¿Muy cercanos a la teoría de la conspiración? Quizá. E incluso, puede que me equivoque ¡Y es más!: ¡quiero equivocarme! ¿Pero qué esperaban de una creencia desfragmentada, engendro de un sistema caótico y represivo?
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